La Habana.- Uniformes escolares, ajetreo de estudiantes y maestros, libros y cuadernos bajo el brazo singularizan hoy la cotidianidad de las calles de Cuba, ante el reinicio del curso escolar de forma presencial para distintas enseñanzas.
Un periodo lectivo sui géneris si se tiene en cuenta que durante casi dos años instituciones fungieron como centros de aislamiento para pacientes positivos a la Covid-19.
También como vacunatorios para la inmunización de los alumnos, y muchos de los educandos colaboraron en el enfrentamiento a la enfermedad de forma voluntaria.
En la etapa que ahora concluye una condición fundamental fue la adaptación de los currículos escolares a la nueva circunstancia.
En ello la Isla caribeña estuvo al corriente con lo sucedido a nivel internacional, según comentó en exclusiva a Prensa Latina la directora del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP), Silvia Navarro.
Caracterizaron esta fase también el uso de las tecnologías por maestros y docentes y la transmisión de mil 400 horas de clases por televisión, fenómeno en el cual el país posee una larga tradición.
Esta data de la década del 50 del pasado siglo con el inicio de programas dirigidos a la escolaridad, y a los primeros años de la Revolución su fortalecimiento.
En la reapertura de las instituciones hoy se acogerán más de 612 mil 800 alumnos de sexto a onceno grado, como parte de un retorno gradual que comprendió la vacunación del 90 por ciento de los discípulos, señaló Navarro.
Solo restan los alérgicos al tiomersal y convalecientes, los desafíos están en una “organización escolar flexible y agradable”, agregó.
Cómo lograr una escuela que permita compensar las manifestaciones en la esfera emocional de la reincorporación a las clases presenciales y atender las principales inquietudes de los educandos, constituye la principal interrogante a la cual deben responder directivos y docentes.
“Para el reinicio, la evaluación no es la actividad fundamental, sino el reencuentro (…) y que todas las actividades logren combinar lo agradable de estar nuevamente en las aulas, pero al mismo tiempo los recursos y vías para alcanzar los objetivos educativos previstos en los diferentes grados”, consignó.
Alcanzar esos propósitos y pulsar la preparación en sentido general del curso escolar motivó la visita de funcionarios del Ministerio de Educación por alrededor de mil 465 instituciones docentes de todo el país.
En ese proceso resaltaron -de conjunto con el ICCP- los seminarios de capacitación y las actividades demostrativas.
Además, hemos diseñado programas de orientación a la familia, maestros y directivos, materiales y softwares para que puedan trabajar aquellos contenidos que no han sido lo suficientemente vencidos, aclaró Navarro.
Y es que todo apunta a la preparación de directivos y docentes y al vínculo familia escuela como piezas clave para lograr con éxito la formación de niños y jóvenes.
Soluciones que están en correspondencia con las dudas de madres como Dirly Arias, con tres hijos en distintos grados educativos, y para quien la calidad del proceso docente resultará fundamental.
“También me preocupa el control higiénico sanitario y las actividades extracurriculares que implican el movimiento hacia otros lugares”, reconoció a Prensa Latina.
Al respecto, la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, insistió en la adopción de medidas que van desde el uso de mascarillas y el hipoclorito, lavado de manos, hasta la limpieza de superficies y el distanciamiento físico.
Apeló, de igual forma, a la posibilidad de cada institución para organizar las dinámicas escolares en función de sus condiciones, ubicación y sobre todo las necesidades de los estudiantes.
Otra peculiaridad de la nueva arrancada fue la reparación de alrededor de 200 centros escolares, a los cuales se sumarán otros en el transcurso del presente periodo lectivo.
Ello en un contexto complejo para la economía por el impacto de la pandemia de la Covid-19 y el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba.
El pasado 4 de octubre regresaron a las aulas más de 84 mil alumnos de grados terminales de las enseñanzas Preuniversitaria, Técnica Profesional y las escuelas de formación de maestros.
El próximo 15 de noviembre lo hará una cifra superior a los 718 mil de preescolar a quinto año de Primaria.
Mientras tanto, la Educación Superior previó un tránsito gradual de la virtualidad a la presencialidad, en el cual la estrategia radicó en particularizar en cada institución, facultad o carrera, a partir del estado epidemiológico de los territorios.
De esa forma la Educación cubana se suma al resto de los sectores que comienzan su paulatino regreso a la normalidad, en el primer país del mundo en retomar la docencia con casi la totalidad de los alumnos inmunizados.
“Esa condición, y el empleo de las medidas higiénico sanitarias convertirá a nuestros centros en ambientes seguros”, aseveró la ministra.