recursos hidraulicos invers

Las Tunas.- Desde hace más de 10 años, el comportamiento de las lluvias se mantiene por debajo del 85 por ciento de lo previsto en la provincia de Las Tunas. Esto ha provocado que en cada calendario sea más bajo el acumulado y, por tanto, no es bueno el pronóstico para el abasto de agua en el territorio.

La realidad tampoco escapa del 2023, que ha comenzado con escasísimas precipitaciones en suelo tunero, apenas un 16 por ciento en la zona norte del territorio, sin lugar a dudas, la más comprometida con los lastres de esta situación.

El problema requiere medidas drásticas y, por eso, se han trazado planes de acción que ejecutan los gobiernos locales y el Partido en cada terruño. Allí se presentan las estrategias que puedan generar nuevas inversiones. El país está dando a este tema prioridad total y apoya a la provincia con todo cuanto es posible.

recursos hidraulicosKennia Batista Céspedes, subdelegada adjunta de la de la Delegación de recursos hidráulicos en el territorio.De eso conversó 26 con Kennia Batista Céspedes, subdelegada adjunta de la Delegación de Recursos Hidráulicos aquí. Y, desde las primeras palabras, nos quedó claro que es Manatí el de la situación más compleja en toda la provincia.

"En Manatí no hay disponibilidad de agua subterránea. El municipio tiene tres presas, pero todo el abasto que tenía era subterráneo y ese colapsó, está completamente seco; y ahora se está haciendo una inversión de agua superficial.

"Se trabaja en la concreción de proyectos para la búsqueda de fuentes alternativas que puedan aumentar ese volumen en beneficio de la población. Se realizan estudios hidrogeológicos para analizar los pozos, el suelo, nutrirse de la experiencia de los campesinos y, si es preciso, destinar fuentes que antes estaban en función de la agricultura y otros organismos para ayudar al abasto del pueblo". 

La experta explicó algunos casos puntuales; entre ellos el del campismo Los Pinos de Manatí. Una institución que se encuentra enmarcada en la zona del acueducto del Cerro de Caisimú, y al que fue preciso restringirle la cantidad de agua que recibe, porque la prioridad es la población.

"Eso también exige que la gente ahorre más en casa. Porque ahora el abasto es en días alternos y también se han reducido los horarios; si antes era de ocho horas, ahora es de seis, se están abriendo pozos y, además, habilitando cargaderos nuevos.

"Se estudian otras fuentes que ya estaban habilitadas, pero eran para el uso rural, como es el pozo Las Margaritas, en la zona de Dumañuecos, que cuenta con un gran volumen en su carga. La intención es que, además de eso, compense una parte de las necesidades del sector urbano.

"La situación de este último es crítica y, también, tenemos problemas con el diésel que es necesario para mantener activo el tren que lleva agua a muchos lugares de ese municipio". 

Kennia dijo que se concretan los recursos y el financiamiento para, en el transcurso de este año, recargar desde la presa Yariguá, que se encuentra también cercana al Cerro de Caisimú. Trabajos que deben iniciar en los próximos días y suponen una inversión de peso.

Si hacemos una especie de paneo por otras fuentes de abasto de agua a la población entendemos que, si bien es Manatí lo más complejo, eso está lejos de suponer que en el resto del territorio todo marcha sobre ruedas.

"La presa de Jobabito abastece a la población de Bartle y también a una parte de Guáimaro, municipio que pertenece a la provincia de Camagüey; para no tener afectación en ninguno de los dos se ajustaron ciclos de abasto diferentes entre ellos.

"En el municipio de Jesús Menéndez se encuentra la presa Juan Sáez, que está muy afectada y se hicieron restricciones en la agricultura para proteger el suministro a la zafra azucarera y a la población, porque este embalse suministra agua a una parte de Chaparra.

"En esa zona está también Copo del Chato que favorece también a Delicias, en Puerto Padre. Está como reserva para cualquier situación que surja, pero se decidió que ya no aporta a la agricultura. Los campesinos tendrán que asumir con pozos y fuentes propias, pues la prioridad es la población.

"Piedra Hueca, por su parte, es capaz ya de suministrar a la cabecera provincial junto con Cayojo y Rincón; las tres se balancean como un sistema para que den agua indistintamente al municipio de Las Tunas, y eso coloca a este en mejores condiciones". 

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Las medidas tomadas en la provincia contra la sequía y los trabajos que se ejecutan en toda su geografía incluyen otros aciertos. Entre ellos la construcción de 19 pozos, la instalación de hidrómetros en las fuentes de abasto, además de en los sectores estatal y residencial, junto a la continuidad del programa de rehabilitación de redes y conductoras en los poblados de Delicias y Jesús Menéndez.

Además, este año se labora para concluir los acueductos de las comunidades rurales El Rincón (Km 17, 18, 19) y el 20 del municipio de Manatí; y en terminar la obra del acueducto que beneficiará a más de tres mil 500 habitantes de nueve comunidades costeras del norte de la provincia (Guayacán 4, 5 y 6, Laguna Blanca, La Herradura, Los Jarros, Punta de Tomate, La Boca y El Yonce).

Se trabaja en el mejoramiento del abasto a la ciudad de Las Tunas; entre otros aspectos con el montaje de equipos de bombeo en el sistema Rincón y Piedra Hueca, la colocación de válvulas; así como en la habilitación de puntos de fácil de acceso en Bazarales y cargaderos en el poblado de Vázquez.

La realidad, más allá de todos los esfuerzos, es sumamente compleja; y de eso tenemos que estar conscientes todos: directivos, decidores y pueblo. Las Tunas es la provincia más seca de Cuba y, con el esfuerzo de todos, cada gota cuenta.

 

 

 

 

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