El papa Francisco condenó hoy, tras el rezo del Ángelus, la actual ola de violencia en Haití, que incluye decenas de secuestros, entre ellos el de seis monjas, ocurrido recientemente en Puerto Príncipe.
Este mediodía, desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, el Sumo Pontífice expresó ante decenas de miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, que "he recibido con dolor la noticia del secuestro, en Haití, de un grupo de personas, entre ellas seis religiosas".
"Pidiendo encarecidamente su liberación, rezo por la armonía social en el país e invito a todos a poner fin a la violencia, que tanto sufrimiento causa en esa querida población", manifestó Francisco en sus palabras a los asistentes al rezo del Ángelus, divulgadas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En la tarde del 19 de enero fueron plagiadas las monjas de la Congregación de las Hermanas de Sant’Anna, por miembros armados de una banda criminal, junto a un profesor y el conductor del autobús en el que viajaban en misión humanitaria, indica una nota divulgada en el sitio digital del diario Vatican News.
Estos hechos delictivos están a la orden del día en la capital haitiana, donde el Gobierno local es incapaz de garantizar condiciones mínimas de seguridad, mientras se espera el despliegue de alrededor de mil efectivos kenianos, en el marco de una misión internacional de mantenimiento de la paz encabezada por Nairobi, apunta la fuente.
Las agrupaciones criminales intensificaron sus acciones en los últimos días, en medio de múltiples manifestaciones contra la inseguridad en el país, como la realizada el jueves último en el barrio de Solino, al sur de Puerto Príncipe, escenario de violentos tiroteos con un saldo de unos 20 muertos.
Otros barrios de la capital, como Carrefour Péan y Delmas 24, también fueron blanco de ataques y en las calles de Puerto Príncipe; los residentes levantan barricadas para tratar de protegerse, añade el reporte publicado por ese medio noticioso del Vaticano.
El obispo de Anse-à-Veau y Miragoâne, monseñor Pierre-André Dumas, expresó en declaraciones divulgadas por ese diario, que la sociedad haitiana debe unirse para obtener la liberación de las personas secuestradas "y garantizarles un regreso rápido y seguro con sus familias y seres queridos".
