Wang Yi y Sergei Lavrov

Beijing.- China y Rusia esta semana demostraron la fortaleza de su alianza estratégica, al coordinar posturas contra la hegemonía y la manipulación del orden internacional en momentos de una renovada hostilidad desde Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

Los ministros de Relaciones Exteriores, Wang Yi y Sergei Lavrov, analizaron en su 51 reunión bilateral las últimas jugadas de Occidente y determinaron que sin importar cómo cambie la situación global, la comunicación entre sus países no se debilitará ni contraerá, sino todo lo contrario.

El encuentro permitió pasar revista al desenlace del reciente encuentro Beijing-Washington, la ofensiva cimentada en acusaciones sobre la violación de derechos humanos y los intentos por convertir al multilateralismo en vehículo para las sanciones, el conflicto y la injerencia en asuntos de índole interna.

Un comunicado conjunto recogió la voluntad de renovar y darle mayor relevancia al Tratado bilateral de Buena Vecindad y Cooperación Amistosa, consolidar la coordinación estratégica, combatir campañas de desinformación y apoyarse mutuamente en mantener la estabilidad de las zonas alrededor de los dos países.

Como novedad, Wang y Lavrov consideraron pertinente examinar el posible reconocimiento de las vacunas desarrolladas en cada lado para proteger de la Covid-19, oponerse a la politización del tema y unir fuerzas en el empeño de proporcionar esos productos a estados pobres. Entre otros aspectos, plantearon celebrar una cumbre de miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para facilitar el diálogo directo y la discusión de soluciones a problemas que enfrentan todos los seres humanos y ayudar a mantener la estabilidad del mundo.

Politólogos observan en la cita la determinación de dos miembros del Consejo a romper el monopolio en la narrativa hegemónica de la Casa Blanca y la UE, y también un empuje a la democratización de las relaciones internacionales.

De hecho, Wang estimó que "ante los rápidos cambios en la situación internacional, llevar a cabo una comunicación y una coordinación estratégicas oportunas no sólo es importante para China y Rusia, sino también benéfica para el mundo".

Mientras, Lavrov acentuó que "el modelo de interacción Moscú-Beijing está libre de ataduras ideológicas, no está sujeto a oportunismos" y sí encamina al orbe hacia un sistema verdaderamente multipolar porque toma en cuenta el florecimiento y la "creciente influencia de los nuevos centros económicos, financieros y políticos".

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