sabila

La Habana.- Cuentan que Aristóteles la recomendó a Alejandro Magno para la curación de los soldados heridos en batalla, Nefertitis y Cleopatra la usaron para realzar su belleza y la NASA la eligió entre muchas, por su capacidad de absorber toxinas y radiaciones nocivas.

Y es que así es de amplio el “poder” de la sábila o planta de Aloe, como se le conoce en otras latitudes, perteneciente a la familia de las liláceas y oriunda de África, con más de 250 variedades.

Se asegura que su uso en la medicina data del año 3500 a.C., en tanto una recopilación de datos curiosos contenida en páginas digitales, expone que los científicos aún no encuentran su ingrediente mágico y más bien opinan que al parecer es la sinergia existente entre todos sus componentes lo que le da el poder de curar.

Los indios americanos la emplearon como remedio para malestares del sistema digestivo, y también como crema abrillantadora y acondicionadora del cabello.

En muchos sitios se le considera como protectora y portadora de buena suerte, de ahí que su uso esté extendido en América del Sur, México y América Central, donde suele ser colocada en lugares de paso, para detectar y absorber la energía extraña o negativa de las visitas.

Los musulmanes la consideran un símbolo religioso, y es muy frecuente su empleo en rituales, por su gran poder energético, mientras aseguran publicaciones digitales que se puede comparar con el poder del diamante en el mundo mineral.

Añaden, que es costumbre poner un lazo de color rojo en el Aloe vera, cuando se invoca al amor, y un lazo de color verde, cuando se invoca a la suerte y también se cuelgan por la raíz, detrás de la puerta de entrada de la casa, para protegerla de males externos. En cambio, en su sentido místico, se le atribuye el poder de purificar el alma.

Entre sus tantas cualidades demostradas, contiene seis agentes antisépticos que penetran fácilmente en la piel y los tejidos; el gel de aloe resulta un eficaz cicatrizante, al aumentar el correcto entrelazado de las fibras de colágeno sobre la zona lesionada debido a la regeneración celular y tisular promovida por las glicoproteínas, entre otros factores.

Resalta además la sábila, por disolver los depósitos grasos que obstruyen los poros y provocan acné, por sus propiedades anticancerígenas, sobre todo, en los sarcomas blandos, pues el acemanano, una sustancia contenida en la planta, reduce el crecimiento del tumor y puede producir su regresión.

Regenerador cutáneo, fortalecedor del cabello, antinflamatorio, preventivo en casos de infecciones virales respiratorias, como gripe, resfriados y laringitis, se añaden a las cualidades curativas de la especie vegetal.

En su amplio abanico de favorecimientos a la salud humana se incluye, a su vez, su poder para regenerar las células, calmar todo tipo de dolor, disminuir los niveles de glucosa en sangre y destructor de muchos tipos de virus.

Y tras conocer buena parte del alcance de esta planta, seguramente coincidirán en que más allá de su gran poder, resulta casi “milagrosa”; no por gusto en Cuba, es fácil encontrarla además de en parcelas con otras especies medicinales, en jardines, en una maceta de cualquier azotea, terrazas o en el sitio menos sospechado, pero siempre al alcance de todos.

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