Las Tunas.- Pasándolo ya a los archivos, mayo terminó para esta provincia con varias malas noticias; pero también hubo datos, sucesos, que tras analizarlos podríamos mirar con optimismo.
El quinto mes del 2021 rompió todos los récords negativos respecto a los anteriores, tanto en el acumulado de positivos como en los autóctonos e importados, y colocó la cota de más notificados en un día en 50. Esa tendencia al alza se notó cuando en 13 de sus días se informaron 20 casos o más, algo inédito; como lo es su total de 629 positivos. Esta última cantidad duplica la de abril y supera a los diagnosticados en los tres primeros meses del año. El agravamiento aquí de la pandemia es visible en el fallecimiento de dos pacientes y en el aumento de los reportados con algún estado de gravedad.
Notable fue la dispersión de los nuevos contagiados al punto que, a diferencia de abril, en las ocho demarcaciones municipales se detectó al menos uno, manteniéndose la capital provincial en su lugar cimero. La presencia del virus en todo el territorio se reafirmó con el hecho de que, en 14 días diferentes, se notificaron casos en cuatro o más municipios al mismo tiempo.
La cabecera territorial afrontó otro evento de transmisión comunitaria, ahora en la Comunidad Militar del reparto Aguilera, que generó más de una veintena de contagiados; mientras que los focos abiertos en el hospital Ernesto Guevara hicieron sonar las alarmas.
“Colombia” vio romperse su relativa tranquilidad epidemiológica al punto que registró el primer evento de transmisión local fuera de la ciudad de Las Tunas. La sureña demarcación tuvo en mayo 42 diagnosticados, que equivalen a más de dos tercios de todos los detectados allí desde el inicio de la pandemia. Tanto ese evento como el acaecido en esta capital patentizaron las consecuencias de celebrar reuniones familiares u otros encuentros sociales transgresores de las medidas sanitarias indicadas.
Mas no se trata únicamente de examinar la cantidad de contagiados para señalar a mayo como nefasto. Si no que le pregunten a Manatí, que tuvo menos casos que otras zonas y, sin embargo, padeció el fallecimiento de uno de sus habitantes.
En el llamado mes de la primavera se reforzó la tendencia alcista de los positivos importados, la abrumadora mayoría, viajeros cubanos procedentes de Rusia. Consecuentemente, el Gobierno antillano anunció un grupo de disposiciones que pretende desestimular este tipo de viajes. No obstante, como advierten las autoridades sanitarias, la vigilancia a quienes llegan desde el exterior debe continuar, incluso, cuando ya estén en sus viviendas.
MOTIVOS DE OPTIMISMO
El inicio de la intervención sanitaria con el candidato vacunal Abdala es la mejor de las noticias, no solo por lo que significa desde el punto de vista práctico proteger a quienes hacen las labores más riesgosas de contención del virus; sino también, por el alto valor simbólico, al confirmar el poderío de los científicos formados por la Revolución. Y anótelo: ya avanzaba la inoculación de la segunda dosis y no se habían reportado efectos adversos severos, solo los más comunes, como cefalea y dolor en la zona de la vacunación.
Abdala entre nosotros no es la única nota con buen semblante. Las Tunas, vale destacarlo, pudo mantenerse entre los territorios con cierto control de la pandemia con respecto al resto del país. Dentro del agravamiento de los números en mayo, se notó una disminución del contagio en la segunda mitad del mes, que hizo caer la tasa de incidencia.
Pero el doctor Aldo Cortés González, subdirector del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, es cauteloso al respecto. Él prefiere calificar ese comportamiento de “meseta”. Para demostrarlo señala lo ocurrido en el referido lapso con los casos informados, pero no por el momento en que se notificaron, sino por el día en que se tomaron las muestras en cuestión.
Argumenta Cortés González que desde el punto de vista epidemiológico es relevante observar a los positivos así, pues este dato indica la severidad de la pandemia en un espacio determinado. Cuando se toman muchas muestras en un día es porque hay claras señales de peligro, expresa.
Lo que ocurre es que, añade, siempre media un tiempo entre la toma de la muestra y la notificación, y aunque el período ideal entre uno y otro no debe superar las 24 horas, en ocasiones por razones diversas se juntan en una misma fecha la comunicación del resultado de muestras tomadas en jornadas distintas. Eso explica, en parte, los picos de casos vistos, por ejemplo, el 12 de mayo y otros ocurridos a lo largo de la pandemia.
Revisando esos confirmados y atenidos a la fecha de la toma de muestra, en los últimos 15 días de mayo hubo una tendencia a la estabilidad, expresa el experto. “Por eso, prefiero hablar de una meseta”, afirma. Sin embargo, ese indicador podría haberse elevado y eso no ocurrió, así que también es un registro halagüeño.
Asimismo, después del 16 de mayo, el 47 por ciento de los confirmados fueron contactos de otros positivos y el 53, pacientes sospechosos; incluso, en la última semana ese balance fue mucho mayor a favor de los segundos, 72 por 50 puntos porcentuales. Ese, dice el doctor Aldo, es otro síntoma alentador, porque cuando los nuevos positivos aparecen más entre sospechosos significa que se encontraron entre personas sujetas a total vigilancia médica, cosa que puede no ocurrir con absoluta seguridad tratándose de los contactos, quienes podrían haberse pasado por alto en la encuesta epidemiológica y, por ende, estar fuera del radar de los especialistas.
No se olvide que, además, en mayo el Laboratorio de Biología Molecular comenzó a confirmar sus diagnósticos de los PCR, siendo así uno de los primeros del país en lograrlo a menos de un mes de su arrancada. Esto redundará en mantener el límite de las 24 horas entre la toma de la muestra y la notificación; algo que como ya explicamos, es de suma relevancia.
¿Y JUNIO?
En lo adelante los desafíos son importantes, especialmente, para el municipio de Las Tunas, que emprenderá la reanudación de las actividades presenciales de su Sistema Educacional. Solo en el primer día de vuelta a las aulas del alumnado de noveno grado asistió el 92 por ciento de los estudiantes, en clara muestra de la confianza de las familias en que los estudiantes están seguros en sus centros docentes.
Ahora bien, este paso, sopesado lo suficiente, requerirá que, tal cual indicó el Grupo Temporal Provincial para el enfrentamiento y la prevención de la Covid-19, se establezca una constante y ágil comunicación entre el Sistema de Salud y las autoridades educativas. De ese nexo dependerá lograr que cualquier estudiante sospechoso de estar contagiado, o contacto de un caso positivo, lo sepa antes de salir hacia su escuela cada mañana. Esto, junto al cumplimiento estricto del resto de las pautas sanitarias, será decisivo para evitar que el SARS-CoV-2 se transmita dentro de las aulas.
Junio traerá, además, el comienzo de la intervención sanitará con Abdala en segmentos más amplios de la población tunera, específicamente entre los adultos mayores. Será, nadie lo dude, un motivo para continuar inclinando la balanza en favor de la vida; pero nunca motivo para creer que todo ha pasado. Para eso aún falta algún tiempo.
