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Las Tunas.- El talento es una condición con la que se nace, con el tiempo se van madurando las habilidades, ya sea a través de estudios o con el ejercicio del oficio. Para cualquier ejercicio se necesita destreza y todos tenemos alguna dosis, mas el talento es un don. Aunque todos tenemos habilidades para hacer una fotografía, no todas son arte.

La fotografía es una de las variantes más difundidas dentro de las artes plásticas, inició a principios del siglo XIX con una cámara oscura y fue transitando por una serie de artefactos cuyo avances tecnológicos iban a tono con lo más avanzado del desarrollo humano.

Primero cámara oscura, luego placas secas a carretes; del daguerrotipo en blanco y negro a color, hasta la era digital que llegó para que todos puedan explorar la certeza de una instantánea. Después de cubrir las necesidades vitales y viajar, dejar constancia de cada momento se convirtió en prioridad.

Personajes y épocas pasadas pueden ser analizadas por la existencia de una imagen gráfica. Sin embargo, es arte aquella fotografía que es capaz de hablar de su entorno, mostrar equilibrio compositivo; texturas, líneas, atmósferas y contenido como lo hace, generalmente, una pintura, porque en ella se plasma una intención preconcebida.

Cultura fotógrafa Jennifer Lastre 5La fotografía artística es diversa, puede ser tomada en estudio, trabajada desde un dispositivo digital, captada en el entramado social o espacio natural.

El aspecto social lo perpetuó con mucho estilo en la segunda mitad del siglo XX, Vivían Maier, niñera con una cámara al cuello, hizo de las calles y los habitantes de Chicago, un testimonio. El estilo de la Maier es único.

El resultado de una imagen artística depende de la empatía del ojo, el artefacto y el entorno; depende del equilibrio del objeto fotografiado en el momento de captar su luz. Es un instante que relata una historia y dice por sí sola del bagaje cultural de su creador.

En todo este panorama donde proliferan las fotografías, está la obra de Jennifer Lastre Leyva (Las Tunas, 2003). Jennifer estudió en la Academia Profesional de Artes Plásticas, de Holguín, graduándose en el 2022. De los cuatro años de la carrera, los últimos meses los dedicó a la especialidad del grabado.

Esta joven de 20 años quizás no es consciente de su potencial creativo. Sabe el sentimiento que quiere expresar y esa certeza le asegura el tránsito por el mundo artístico. Quise intercambiar algunos criterios sobre su creación, me mostró su obra "más artística", según ella; se trataba de algunas abstracciones que me parecen importantes por el universo que explora y evidentemente el grabado ejerce mucha influencia en la limpieza de las líneas.

Pero yo quise ir más allá, a esa serie de imágenes donde ella hace además, de modelo, cuestión que se le da muy bien. Tiene una rara belleza, mirada y gestos enigmáticos. Ella no conoce la obra de Vivían Maier, sin embargo, se me antoja que le ha agarrado el punto a la fotografía social artística.

Jennifer me explica que ella escoge el lugar, la hora oportuna, el encuadre, se hace fotografiar y luego las edita. "Todo está en las emociones que me despiertan las cosa que veo: la arquitectura, la luz, colores. Fotografío y mi corazón salta agitadamente y es privilegio sentirse así. Es como estar enamorado intensamente. La fotografía es mi gran amor, mi mayor romance."

Por muchas razones, Jennifer y su grupo de amigos, representan mi concepto de ''la generación z'', desligados de instituciones y dogmas, sin embargo, apegados al respeto y cortesía; bohemios desde su propia aventura.

Es significativo que Jennifer hace su arte con la cámara de su celular, quizás demore en tener tecnología avanzada o exponer su obra teniendo en cuenta que la producción fotográfica es sumamente costosa.

Me atrevo a asegurar que su estilo aún no está contaminado, su acierto está en ver lo que mira desde una óptica más integral. Refiere Jennifer que "es complicado escoger un estilo en específico, estoy dispuesta a experimentarlo todos, pero suelo preferir algo como el efecto bokeh, que se refiere a un tipo de desenfoque".

La obra de Jennifer no ha interactuado lo suficiente con los espectadores, incluso no ha confrontado con otros artistas. Expuso en el Angelote de Holguín, el cual reúne a los artistas de la plástica de la ciudad, organizado por el escultor Alfonso Sablón. En el Angelote, Jennifer ganó el tercer lugar con una fotografía digital, lo que me confirma que es una creadora por la que hay que apostar.

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