800px Teatro Tunas

Las Tunas.- El anuncio de los trabajos constructivos en el teatro Tunas vino a ser, para los lugareños más fieles y los amantes de la cultura por estos lares, una especie de bocanada de aire fresco en tiempos duros.

Y no exagero. Somos muchos sintiendo que, aun en medio de esta terrible pandemia, se ha podido hacer más por dignificar a una ciudad que cumple 225 años. Ha faltado ingenio, constancia y hasta cierta dosis de amor por esta patria chica entre quienes lideran; ese amor que, cuando es visceral, te hace inventar maneras, descubrir caminos, y cosechar.

Se decidió apostar por la reparación del teatro Tunas, sueño largamente acariciado por los hijos de esta tierra y que viene a ser, además, una especie de resarcimiento; uno, por cierto, muy atinado.

Hasta allí, hasta esos predios en los que alguna vez vimos a Liuba María Hevia cantando entre goteras con su guitarra eléctrica, los mismos en los que Raúl Paz nos llamó a unirnos por una sede teatral digna después de un concierto memorable, nos fuimos los de 26, curiosos.

Conversamos con la directora provincial de Cine, Yailín Hernández Velázquez, y, en medio de su alegría por el avance de los trabajos, que contagia, supimos que es interés de las autoridades gubernamentales del territorio que estén terminados, con el mayor avance posible, para fines de septiembre, fecha del aniversario de esta tierra de cactus.

Ella y la especialista económica del lugar, Yarina Rodríguez Espinosa, lo creen posible y, aseguran, que están los materiales para lograrlo. Además, quienes asumen los trabajos (Fondo de Bienes Culturales) tienen toda la disposición y las maneras precisas para que esté con calidad en este lapso. Algo, sin lugar a dudas, alentador.

La directora nos mostró fotos de cada detalle previsto y dijo más: “Se está ejecutando un presupuesto aprobado de tres millones 322 mil pesos, que comprenden los trabajos en el lobby del primer y segundo nivel, los camerinos dos, tres y cuatro con sus pasillos; también el baño y el pantry del protocolo.

“Todos los baños del público quedarán reparados en su totalidad. Se incluyen, además, dos en el primer nivel, que antes no existían y se reparan completamente los dos que están en el segundo nivel.

“Será una novedad la creación de una barra para dar servicios gastronómicos a quienes nos visiten. Por supuesto, no se elaborarán alimentos; será para vender ofertas preelaboradas y pondremos cestos para los desechos.

“La idea es que si está sucediendo una actividad para los niños se comercialicen, por ejemplo, confituras; y si es una función en las noches, pues algún coctel u otro tipo de bebida”.

Las directivas explicaron a 26 que están en oferta en la Dirección Provincial de Planificación Económica otras áreas del teatro buscando el presupuesto para que los trabajos no se limiten a esos lugares mencionados.

De ser así (y hay un optimismo enorme en que eso pasará) entrarían pronto las labores constructivas al pasillo lateral para los artistas (entre el teatro y Etecsa), las puertas laterales, el lunetario, el camerino número uno y el baño de todos ellos, el tercer nivel del inmueble y la pintura del edificio, por dentro y por fuera.

Entre tanta explicación minuciosa, preguntamos por el foso. Ese espacio vital para todas las instalaciones de este tipo y que, en el caso del teatro Tunas, ha sido testigo de múltiples accidentes por su oscuridad y su aparente poca funcionalidad.

“El foso es un requisito técnico y ahora más, porque somos la sede de la Orquesta Sinfónica de Las Tunas. Estos trabajos incluyen su iluminación, sabemos que la que ha tenido hasta ahora nunca ha sido la correcta.

“El escenario quedará con las mismas dimensiones que tiene ahora, pero sí se le va a reparar completamente el tabloncillo. Ya tenemos en el propio teatro todo el sistema de rodillos de madera de las bambalinas (100 grandes e igual cantidad de pequeñas) y faltan los telones, porque no están en existencia en el país, y tampoco hemos conseguido la tela (que debe ser una pana traslúcida) para ser importada”.

Les preguntamos por el techo, los murciélagos, las lechuzas…

En diciembre del año 2016 se reparó completamente el techo del teatro Tunas. ¿Qué pasó? Pues, en aquel momento, siguió mojándose porque no se pudieron cambiar las canales; y decimos con mucha alegría que por fin están en la institución, esperando que Metunas venga a montarlas, algo que debe pasar en el mes de agosto.

“Por otro lado, no hay murciélagos en la institución. Todo el mundo sabe que los cines son lugares propicios para que se establezcan colonias de esos animales, porque son sitios oscuros, grandes, altos, húmedos y ellos se instalan en la frialdad entre el techo y el falso techo. Los murciélagos son una especie protegida y no los podemos eliminar.

“Entonces, como había que buscar una solución para este dilema y teníamos muchos que molestaban, incluso, en las funciones, un trabajador trajo una lechuza; que con el tiempo se reprodujo y ahora tenemos dos.

“Donde suena una lechuza, no viven murciélagos. Este animal es también de oscuridad, pero se mantiene sobre los telones, las bambalinas y, como para vivir también necesita el aire fresco, no baja nunca”.

Conversamos, además, con Reynier Quesada, arquitecto al frente de los trabajos. Forma parte del grupo de creación del Fondo de Bienes Culturales; un equipo que ha sido responsable de otras obras como en los hoteles Cadillac y Las Tunas, las sedes de la agencia Viajero (calle Colón) y de Gelma, entre otros.

Es tunero y tiene, como tantos en estos parajes, recuerdos de su infancia asociados al teatro y sus rincones. “Estamos trabajando sin descanso para hacer las cosas bien. Nos da alegría que muchas personas se han acercado a la institución mirando y, la mayoría de ellas, muestran satisfacción de ver las labores.

“Hemos querido darle un toque de modernidad en los falsos techo con la utilización de nuevas formas, elementos curvos y colores claros, aunque también los combinamos con los grises para dar elegancia. Este es una edificación del movimiento moderno y apostamos por un mobiliario simple. Nos empeñamos en restaurar la madera existente en las paredes y se trabaja en los camerinos, que ya están en fase de terminación.

“Hemos dado vitalidad a las escaleras de acceso al tabloncillo, se están cambiando por unas de metal y madera. Y nos enfrascamos en una de acceso para los 50 músicos de la Orquesta Sinfónica y la iluminación del escenario.
“Mucha gente lo reconoce; otros no, siempre es así. Pero estamos trabajando horas extras, con mucho ánimo para que la obra esté lista y con calidad”.

Los directivos aseguraron a 26 que el proyecto aprobado no salió de la improvisación. Ha sido fruto del consenso luego de la valoración de tres propuestas, que contó con los criterios de la Dirección Provincial de Cultura, la de Patrimonio y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

Los sueños posibles incluyen una galería, que tendrá la muestra permanente de 13 artistas que han visitado el recinto desde que adoptara el nombre de teatro Tunas. También andan empeñados en otros muchos, que no podemos revelar, querido lector, porque aún están en el camino de lo probable.

Constatamos un gran esfuerzo, mucho trabajo y es, quizás, el mejor regalo que podríamos hacerle a la ciudad en sus 225 años y a la cultura en general, que tanto ha crecido y sufrido en este año. Desde 26 estamos optimistas.

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