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Granma.- Unidad, convicción revolucionaria, espíritu de lucha, fe en la victoria y compromiso inquebrantable con el pueblo volvieron a palpitar hoy, desde este histórico sitio, en el acto político cultural por el aniversario 155 del inicio de las gestas independentistas en Cuba.

Lea: Morales Ojeda: La campana de La Damajagua seguirá repicando en nuestra Revolución.

Como fibras del corazón gigante de la Patria, esas y otras esencias de la nación cobraron vida a través de la poesía, la música, la danza y la oratoria, en oda sublime al patricio Carlos Manuel de Céspedes y a quienes lo acompañaron en la primera guerra anticolonialista, antiesclavista y por la libertad de la Isla.

Mucho antes de que las luces del alba de este martes iluminaran los predios del otrora ingenio azucarero, donde se produjo el alzamiento de aquel glorioso 10 de octubre de 1868, unos 500 granmenses e invitados, en representación de todos los cubanos, dijeron presente en la explanada del hoy Parque Museo, declarado Monumento Nacional en 1978.

Es mi segunda vez aquí en La Demajagua, un lugar que siempre transmite mucha emoción, como una especie de inyección de patriotismo y cubanía, expresó a la Agencia Cubana de Noticias la joven científica Niurka Benítez Guerra, diputada al Parlamento cubano por el municipio de Jiguaní.

Con las banderas ondeando bajo un ya claro cielo azul, de pie, y entre aplausos y muestras de profundo sentimiento patriótico, los asistentes recibieron al primer secretario del Comité Central del Partido (CCP) y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien encabezó la conmemoración junto a Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del CCP.

Participaron, además, Rogelio Polanco Fuentes, jefe del Departamento Ideológico del CCP; Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba; Teresa Amarelle Boué, secretaria general del Comité Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas, entre otras autoridades del Partido, el Gobierno, organizaciones políticas y de masas.

Al pronunciar las palabras centrales de la rememoración, Morales Ojeda resaltó que desde 1868 y hasta el triunfo definitivo de enero de 1959, las revoluciones sociales en la Mayor de las Antillas apuntaron directamente contra el corazón mismo de las oligarquías dominantes: la esclavista, primero, y la latifundista y de corporaciones yanquis, después.

Ponderó entre los grandes méritos de los líderes de esas gestas, como Céspedes y Fidel Castro, la actitud de supeditar los intereses de sus respectivas clases de origen, a la causa de la independencia nacional; pues ninguno vio en la lucha o el accionar político otro fin que no fuera la defensa de un proyecto colectivo del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Quedan muchas batallas por librar y ganar todavía. La campana de La Damajagua, símbolo del llamado al combate permanente, seguirá repicando en nuestra Revolución, con la misma fuerza y el espíritu con el cual Carlos Manuel de Céspedes convocó a sus hombres hace 155 años, aseveró.

Los difíciles momentos que vive la Patria son tiempos de reafirmación y compromiso, de mantener bien en alto los ideales de Céspedes, del Apóstol José Martí y de Fidel, declaró el joven médico Bárbaro Guerrero Vázquez, especialista de Primer Grado en Pediatría.

Frente al guión subversivo y desestabilizador de los enemigos de la Revolución, los jóvenes no fallaremos y continuaremos defendiendo la unidad nacional, agregó con el orgullo de haber sido uno de los seleccionados para depositar, en nombre del pueblo cubano, la ofrenda floral en tributo a los héroes y mártires de las gestas independentistas.

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