Las Habana. – El primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ratificó la determinación cubana de sobreponerse a las dificultades que afronta el país y de encontrar soluciones a partir de la iniciativa creadora de la nación. “Creo en la posibilidad de que se pueden convertir los reveses en victorias”; “no podemos renunciar a los sueños de la prosperidad posible”; dijo. La entrevista, grabada al parecer en su despacho en el Palacio de la Revolución, fue emitida este lunes por la Televisión nacional y no eludió los asuntos más álgidos en la agenda pública del momento aquí; al tiempo que transitó por detalles como sus estilos de trabajo.
EL MAYOR PROBLEMA DE CUBA ES…
El centro de su comparecencia podría ubicarse en la interrogante de cuál es, a su juicio, la mayor contrariedad de Cuba ahora. “La mayoría de los compañeros coinciden que el problema fundamental del país es la baja disponibilidad de divisas”, mencionó; otros, reseñó, “han hecho la observación que el problema es de producción”.
“Yo creo, apuntó, que los dos están muy relacionados. Es necesario producir; porque si tú no creas riquezas no tienes como distribuirlas; y mucho menos cuando nosotros aspiramos a distribuir las riquezas en función de justicia social, en función de crecimiento, de desarrollo social, en función también de conceptos de equidad”.
“Estamos viviendo, describió, precisamente, en un momento donde la producción está muy deteriorada y tenemos baja disponibilidad de divisas”. Sin embargo, defendió el criterio de que es posible salir de ese círculo vicioso. Hay reservas, sostuvo, de productividad, de ahorro: “Hay cosas que se pueden hacer con un mínimo de divisas y otras se pueden hacer casi sin divisas. Lo que pasa es que tenemos que creérnoslo. Y esa es una discusión que es política, que la estamos haciendo ahora y la estamos sistematizando en reuniones o en encuentros que en estos días hemos hecho de intercambio con los burós provinciales del Partido en cada uno de los territorios. Porque lo que sí no podemos es renunciar a los sueños de la prosperidad posible para nuestro país, que este pueblo lo merece como nadie”.
Por ese camino, opinó, la planificación sigue siendo a escala macroeconómica, la mejor forma de administración de los limitados recursos con los que se cuenta. “Hay que aprovechar las posibilidades que tenemos como Estado socialista de planificar y distribuir recursos disponibles para priorizar las producciones que en este momento nos podrían dar más posibilidades; y también para proteger a las personas que pueden estar en una situación de desventaja social o de vulnerabilidad, preservando la mayor justicia social posible en estas condiciones”.
Díaz-Canel reveló que durante octubre presidió el chequeo a los programas presentados por las provincias a inicios del año para lidiar con el panorama duro ya descrito y que tuvo una evaluación intermedia cercano a la mitad del año. A menudo, contó, detectaron fisuras y cierta pasividad de las empresas estatales y las autoridades locales; todavía demasiado acostumbradas a esperar orientaciones. Cuántas cosas podrían hacerse y no se están haciendo, en eso hemos reflexionado, contó.
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El Partido, indicó, tiene que atenderlo todo, pero sin suplantar funciones, propiciando que el Gobierno gobierne. Tiene que haber espacios de escucha y debate con la ciudadanía, siendo receptivo a las críticas, orientó.
ERRAR ES DE HUMANOS
Ante los críticos que le censuran al Gobierno cubano la realización a destiempo del ordenamiento monetario y la bancarización, el estadista cubano respondió enumerando el conjunto de medidas de asedio económico impuestas al Archipiélago por la Administración del republicando Donald Trump, mantenidas luego por el demócrata Joe Biden, cuyo mayor efecto comenzó a sentirse desde el segundo semestre del 2019 y con el efecto añadido de la pandemia de la covid-19.
“Todos tienen el derecho a criticarnos, además creo que no hay obra perfecta y sería muy ideal también pensar que todo se ha hecho bien, que todo es perfecto y que tenemos las razones en todo”, expresó. “Ahora, añadió, estamos viviendo una situación de máxima presión. Yo digo, en circunstancias tan difíciles como esta que estábamos hablando es imposible encontrar el tiempo perfecto. ¿Cuál es el tiempo perfecto? El tiempo de la espera y tampoco cuál es la medida perfecta”.
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Poner fin a la dualidad monetario-cambiaria y acelerar la transición hacia las operaciones bancarias digitales de las empresas cubanas, recalcó Díaz-Canel, eran pasos necesarios pero entorpecidos por la carencia de divisas. “No somo cerrados ni dogmáticos” aseguró. Pronto, anunció, compartirán con la opinión pública los resultados de los análisis del impacto de esas medidas. Reiteró la disposición del equipo bajo su mando de rectificar lo que sea necesario. Porque, sentenció, están a la escucha de todas las opiniones. “Compartimos muchos de los criterios que leemos, pero son acciones que requieren de recursos que no tenemos”, aclaró.
El primer secretario del Comité Central del Partido calificó de ofensivas las afirmaciones hechas desde la extrema izquierda de que la creación de las micro, pequeñas y medianas empresas privadas es una decisión neoliberal. El sector no estatal, recordó, ya existía en Cuba antes del 2021 y, de hecho, es el responsable del mayor porcentaje de la producción agropecuaria nacional, nombró. Su ampliación, recordó, fue aprobada por el sexto Congreso del Partido.
Es el “enemigo”, “los yanquis”, insistió, los interesados en convertirlas en un factor de regresión del sistema político y económico actual. Esas mipymes están aprovechando sus ventajas comparativas con respecto a las empresas estatales; algo que, estimó, no es nocivo para la economía doméstica. Aunque reconoció las desviaciones en su formación. “Estamos haciendo los análisis. Vamos a ordenar la relación entre el sector estatal y no estatal. Deben haber reglas claras que impidan las distorsiones”, enfatizó.
Miguel Díaz-Canel anticipó que están sobre la mesa propuestas de modificaciones al mercado cambiario que saquen de la informalidad a la mayoría de las operaciones de compra-venta de divisas que hace, sobre todo, el empresariado privado cubano. También, informó, fórmulas que eleven los salarios y pensiones sin que eso termine perdiéndose en más inflación.
Convino igualmente en que el panorama económico del país es duro. Por eso, señaló, “hay lujos que nos podremos darnos en un buen tiempo, pero seguimos siendo solidarios”. Empero, recalcó que no habrá privatizaciones de los recursos fundamentales del país.
LOS QUE SE VAN, LOS QUE DISCRIMINAN Y MÁS
Ante el flujo migratorio incrementado de los últimos años, el presidente de la República expresó que se trata de un proceso que han ocurrido siempre; mas, insistió, acentuado cada vez que arrecian las acciones de bloqueo económico desde los Estados Unidos. Lo preocupante, expuso, es que se está realizando en condiciones inseguras y no por las leyes cubanas sino por la actitud de Washington. Hizo notar que se habla poco de quienes se quedan, ni tampoco de quienes tras establecerse fuera de Cuba no han tenido el éxito que esperaban y que luego descargan su frustración en el sistema político del país que dejaron atrás. A pesar de eso, reiteró la voluntad del gobierno que dirige de estrechar las relaciones con la migración patriótica.
Díaz-Canel tampoco eludió referirse a otros asuntos que preocupan a la sociedad como son los rezagos de discriminación por razones de color de la piel o género; enfáticamente, expresó, la violencia de género. Ambas cuestiones, dijo, forman parte de las prioridades gubernamentales.
Sobre la pertinencia de sus viajes al exterior durante este año los defendió por su valor como momentos para asegurar negocios cruciales para el futuro económico del país, muchos de los cuales no pueden informarse por la persecución y las presiones que en su contra hace el gobierno de los Estados Unidos. Sí dio a conocer que durante su estancia reciente en Nueva York sostuvo encuentros a puertas cerradas con personalidades de ese país interesadas en regresar al camino de la normalización de las relaciones bilaterales.
Calificó de victoria política y diplomática la elección de Cuba como miembro del Consejo de Derecho Humanos. Algo que, acotó, “es un reconocimiento a la coherencia, a la valentía, a la manera en que hemos defendido nuestros principios, con firmeza; y a la solidaridad con que hemos apoyado a otros”.
REUNIRSE Y COMUNICAR BIEN
Tal cual ha hecho en comparecencias y discursos a lo largo de su mandando, Díaz-Canel hizo espacio este lunes para referirse al necesario enlace de comunicación entre la dirigencia del país a todos los niveles y la ciudadanía.
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Ante la realidad de que algunos de los anuncios recientes por el Ministro de Energía y Minas de mejoría de la situación energética luego no se concretaron, respondió: “A mí me parece que hay criterios que se hiperbolizan mucho y distorsionan un poco los propósitos. Distorsionan la realidad sin objetar de que hay cosas que se hacen de una manera indebida y que hay que perfeccionar. El barco de combustible entró y no había toda la disponibilidad de divisas para hacerle el pago y retuvo la entrega de combustible. Por lo tanto, eso nos causó el déficit de combustible, lo prolongó unos días con respecto a lo que informó Vicente. Entonces él no dijo una mentira, él dijo la información para lo que estábamos trabajando ese día.
“Lo que aprendimos, enfatizó, es a no decir mentiras. Nosotros siempre defendemos que en la manera de hacer política tiene que estar la ética que es trabajar sobre la verdad; tiene que estar el derecho que es la defensa de los justos; y tiene que estar la cultura y la historia; porque ahí están los antecedentes y ahí está la respuesta a las soluciones de nuestros problemas”.
Interrogado de si habrá que esperar a una comparecencia análoga en el futuro para tratar estos temas dejó entrever que en el corto plazo se establecerá un programa de contacto habitual con los medios de comunicación.
Asimismo, manifestó, “he exigido que los compañeros de la dirección del Partido, los compañeros de la dirección del Gobierno, todos los que ocupamos responsabilidades, que somos servidores públicos, somos servidores de nuestro pueblo, tienen que sistemáticamente informar a la población de los asuntos que son de su competencia. No solo informar y comunicar, también rendir cuenta”. Dichas prácticas, enfatizó, deben fluir cotidianamente no solo ante momentos de crisis. “También, consideró, hay una responsabilidad de los medios de comunicación, de los medios de prensa, que lo tienen que hacer con una maestría, lo tienen que hacer con una profesionalidad, porque también abarrotar de alguna información a la gente, si eso no se hace de una manera atractiva, es peor; pero yo hago el compromiso de que tenemos la disposición para hacerlo”.
¿UN PRESIDENTE CON MALA SUERTE?
Inquirido sobre sí las numerosas adversidades que han cercado su gestión se deben a la fatalidad respondió que “el problema no es la suerte, sino cómo enfrentar esos desafíos”; y evocó las vicisitudes que en su momento atravesó la generación histórica de la Revolución y cuya resiliencia es su principal referente. “Creo en la posibilidad de que se pueden convertir los reveses en victorias, sentenció.
Eso sí, confesó su angustia ante los momentos difíciles que vive la nación; sin embargo, relató, eso no puede dar espacio al desaliento, sino a la serenidad; tampoco a alejarse de sus seres más queridos. “Un revolucionario no puede negar su vida personal, el estar con su familia y con los amigos”, concluyó.
