La Habana.- Cómo lograr la transformación industrial que Cuba necesita, a partir del uso de las nuevas tecnologías, fue el tema que centró los análisis de la más reciente sesión del Consejo Nacional de Innovación, encabezado por el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
En un contexto donde el mundo avanza cada vez más hacia la adopción de la tecnología digital y el fomento progresivo de la automatización de los procesos productivos, este órgano consultivo del Estado cubano —orientado a recomendar las decisiones para impulsar la innovación en el funcionamiento del Estado, el Gobierno, la economía y la sociedad de forma coordinada e integrada— llamó la atención sobre la importancia de asumir y aplicar en el país esos conceptos.
Las acciones tienen sus bases en lo que se ha dado en llamar la Industria 4.0 —considerada como la cuarta revolución industrial— que busca transformar a la empresa en una organización inteligente para conseguir los mejores resultados.
Hacia ese camino también se proyecta la industria cubana que, teniendo en cuenta sus propias características y las objetivas limitaciones económicas que persisten, trabaja para estimular el surgimiento de nuevas empresas de alta tecnología, así como de pymes tecnológicas, a partir de la convergencia entre el sector empresarial y el académico, y sus encadenamientos productivos.
Justamente por ser el Consejo Nacional de Innovación una plataforma para la discusión e intercambio de ideas y perspectivas entre especialistas de diferentes sectores y con ello contribuir a la visión de la nación, su más reciente sesión de trabajo se convirtió en el escenario perfecto para compartir y evaluar algunas de las acciones que ya se realizan en el país para impulsar una industria de avanzada que no se quede solo en el marco digital.
Este tema de la industria de avanzada —detalló el Doctor en Ciencias Agustín Lage Dávila, asesor de BioCubaFarma— guarda una estrecha relación con diversos organismos y tiene además un vínculo muy directo con el desarrollo de las ciencias técnicas. En tal sentido, detalló algunas de las acciones que se potencian como parte del proyecto Nuevas tecnologías, industrialización avanzada y reinserción internacional, que da respuesta a uno de los macroprogramas contenidos en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030.
Estamos llamados a reindustrializar el país, enfatizó, pero no con el concepto de la grandes estructuras físicas que se hacían en los años 70, sino con este nuevo tipo de industria, muy marcada por el empleo de tecnologías habilitantes —tecnologías que generan otras tecnologías—, tales como la conexión de maquinarias industriales a Internet a través de sensores; las telecomunicaciones avanzadas; la robótica; la inteligencia artificial; el procesamiento de grandes masas de datos (big data); las nanotecnologías y otras.
Todas ellas, abundó, tienen en común, entre otros elementos, que son menos intensivas en recursos materiales y más intensivas en conocimientos; borran las fronteras entre las esferas física, digital y biológica de la producción; y utilizan intensivamente las tecnologías de la información y las telecomunicaciones.
Y para esa transformación que precisa la nación, dijo, es imprescindible cortar varios nudos que pudieran estarla entorpeciendo, como la insuficiente dinámica en el proceso de creación de nuevas empresas de base tecnológica; la limitación de dispositivos de protección financiera; la gestión de mipymes estatales y su operación en igualdad de condiciones; así como la poca capacidad de inserción de nuestras empresas en el escenario internacional.
“Si queremos reindustrializar, tenemos que preparar a las empresas para esto”, aseveró el destacado científico cubano.
Caminos que transita Cuba
Sesión del Consejo Nacional de Innovación, encabezado por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Si bien Cuba tiene mucho camino por andar todavía en pos del desarrollo industrial que necesita, y asumir con mayor amplitud los conceptos que trae consigo esta llamada cuarta revolución industrial, algunas de sus empresas no están de brazos cruzados.
Tal es el caso del Grupo de la Electrónica (Gelect), desde el cual, según detalló su presidente, Vicente de la O Levi, se han desarrollado algunas experiencias con el empleo de estas tecnologías y se avanza así en el propósito de convertir a la empresa en una industria basada en el conocimiento, donde se destacan ocho líneas estratégicas de desarrollo, como la eficiencia energética, la automatización, la robótica, la electrónica médica y otras.
Durante los dos últimos años —aseguró— todas nuestras empresas han estado inmersas en un proceso inversionista constante que ha dado como resultado una amplia gama de productos como electrodomésticos, equipos médicos, básculas y balanzas, dispositivos informáticos, electrónicos y para el uso de energías renovables, entre otros.
Tras los retos que entraña la imperiosa necesidad de utilizar mejor las capacidades y el talento existente, y buscar producciones, productos y servicios con un mayor valor agregado, el presidente de Gelect coincidió en señalar la importancia de conducir con audacia el proceso de transformación de la industria que se ha propuesto el país.
El camino hacia la Industria 4.0 es necesario, es obligatorio y constante, insistió. Tenemos la base del talento que es lo fundamental, y como grupo nos estamos proponiendo informatizar más los artículos de consumo como la vía para el internet de las cosas, refirió.
Estrechamente vinculada a la Industria 4.0 está también el desarrollo de la industria del software en Cuba. Al respecto, Grisel Reyes León, viceministra de Comunicaciones, consideró que ambas forman parte de un sistema único, teniendo en cuenta que el software es el elemento integrador y soporte del conocimiento que se agrega a los procesos.
La Industria 4.0 no es más que la evolución de la transformación digital de la sociedad —dijo— y en Cuba tenemos muchas fortalezas para desarrollarla.
Sesión del Consejo Nacional de Innovación, encabezado por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez
Como parte del análisis, la viceministra de Economía y Planificación, Johana Odriozola Guitart, compartió con el auditórium algunas de las ideas que se han estado valorando en distintos proyectos, relacionadas con las mypimes estatales de base tecnológica como un componente de la Industria 4.0.
Como elementos decisivos en este camino subrayó la necesidad de dotar a la empresa estatal de la mayor flexibilidad posible y demostrar su eficiencia, así como aprovechar el talento humano existente.
Tenemos conocimiento e inteligencia en el país para lograrlo, valoró Eloy Álvarez Martínez, ministro de Industrias. Lo que se ha hecho hasta el momento, dijo, nos muestra un camino para ir transformando la industria con recursos mínimos, de acuerdo con las prioridades, y avanzar en el menor tiempo posible. Y para seguir avanzando en ese empeño, valoró, es vital automatizar más los procesos y la organización de las cadenas productivas.
“La cuarta revolución industrial no solo tributa a la industria, tributa a toda la sociedad, está lo mismo en la agricultura de precisión que en la medicina de alta precisión” y estas tecnologías, de manera general, van tributando a ese desarrollo de la economía que necesitamos.
Ideas muy valiosas fueron compartidas por expertos, científicos, directivos, empresarios, académicos.... quienes coincidieron en la máxima esencial de que todos los actores deben tributar al desarrollo de la industria en Cuba.
Al reflexionar sobre estas ideas, el viceministro primero de Educación Superior, Walter Baluja García, consideró que el tema no solo puede verse como una necesidad del país, sino que es, además, una oportunidad de aprovechar el capital humano para solucionar problemas y retos que tenemos hacia adentro e incrementar la independencia y la soberanía tecnológica, a partir de creaciones propias y exportaciones.
Entre muchos otros temas, primordiales también para avanzar en el desarrollo de la Industria 4.0 en Cuba, se intercambió también acerca de la importancia de garantizar, desde el primer momento, una industria moderna y a la vez segura; promover en las universidades el estudio de las nuevas tecnologías; continuar potenciando los nexos entre ciencia, tecnología y sociedad; así como suscitar mayores espacios de intercambio sobre estos temas.
De los retos que implica, tanto desde el punto de vista conceptual como organizativo, poner en práctica las ideas que propone le Industria 4.0, habló el presidente de la República. Una de las salidas que surjan de este Consejo Nacional de Innovación, subrayó, tiene que dar respuesta a cómo organizamos lo que nos hemos propuesto para avanzar más.
De igual manera, acentuó la necesidad de potenciar la economía circular para el desarrollo de esta industria en las condiciones de Cuba. A su vez, reflexionó sobre las exigencias de la actual dinámica demográfica, que ha llevado a que cada vez haya menos población económicamente activa para sostener más población económicamente no activa, lo cual demanda de procesos más productivos y eficientes, y una vía para lograrlo es a través de la Industria 4.0.