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Las Tunas.- Una fábrica para producir el biofertilizante Ecomic se construye actualmente en la cooperativa de producción agropecuaria Calixto Sarduy, de Becerra, en el municipio de Las Tunas, y su futura puesta en funcionamiento anuncia numerosos beneficios para los productores de alimentos, tanto de la zona como del resto de la provincia.

El ingeniero agrónomo Rafael Antonio García Ramayo, asociado a la unidad productora, explicó que la importante obra se encuentra en la fase inicial de ejecución por parte de la brigada de montaje y construcción de la Empresa de Suministros Agropecuarios y que se prevé su culminación el presente año.

"Aunque los materiales que han llegado no son suficientes, ya ven avances y calculan que esté terminada en dos o tres meses, si no hay dificultades con la enfermedad Covid-19. En el país se instalarán 10 plantas como esta y la de nuestro territorio debe ser la segunda, por suerte para los tuneros.

Rafael Antonio García Ramayo"Los suelos de la provincia, calificados en más del 80 por ciento como regulares o malos, pueden mejorar mucho con el uso del producto porque sustituye los fertilizantes químicos, fundamentalmente el NPK; además, es natural, lo tenemos en nuestros propios suelos, es viable y el proceso de elaboración resulta muy barato".

Hasta el momento se prevé que la instalación produzca unas 20 toneladas de ese abono cada año; pero, por intereses locales se analiza la incorporación de cinco canteros más, los que podrían generar otras tres toneladas.

El Ecomic es un biofertilizante basado en las esporas de un hongo de las micorrizas, que se adhiere a las raíces de las plantas y les ayuda a succionar los nutrientes que por sí solas no pueden. O sea, permite aumentar la captación de nitrógeno atmosférico e incorporarlo a los cultivos favoreciendo la nutrición y aumentando la productividad.

Los especialistas han demostrado sus excelentes resultados en varias especies como frijol, maíz, plátano, tabaco y arroz; y constituye una excelente y necesaria opción en la actualidad.

El pasado año, la falta de productos químicos afectó los cultivos agrícolas en Cuba y la producción de esas sustancias estimulantes dentro del territorio nacional puede mejorar los rendimientos y contribuir a la soberanía alimentaria del pueblo, tan necesaria en estos tiempos por la situación económica que tiene el país.

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