Las Tunas.- Después de un largo período con resultados deplorables en su gestión, la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Maniabo despierta de su letargo y su colectivo lucha por mejores indicadores.
En su época de esplendor -hace ya mucho tiempo-, la otrora unidad producía un millón de litros de leche en un año, y en sus vaquerías se desarrollaban saludables más de seis mil cabezas de ganado, pero la masa decreció de manera estrepitosa, y aunque ha ido aumentando, ahora solo cuentan con mil 200 cabezas y 232 vacas en ordeño que producen 6,3 litros de leche diariamente, y más de 41 mil 700 en el mes, como promedio.
Ya en agosto sus 94 trabajadores vendieron a la industria 44 mil 200 litros, lo que representa el 30 por ciento del plan del año, con más de un millón 58 mil pesos de ingresos.
En las seis vaquerías que producen en Maniabo existe un ambiente diferente. Desde la reincorporación de Luis Fonseca como presidente de la UBPC, los ganaderos se sienten atendidos y las ansias de producir se multiplican.
La vaquería 11 es una de las que aumenta sus producciones por el empuje de sus ocho trabajadores, un colectivo pequeño que tiene sus metas bien definidas.
Así lo considera el jefe de esa unidad, Jorge Luis Matos Rodríguez, quien asegura que con 45 vacas en ordeño se envían a la industria casi 300 litros de leche diariamente, y se empeñan en la preparación de tierras para sembrar comida y enfrentar la sequía.
 Jorge Luis Matos Rodríguez, jefe de la vaquería 11. |
"Desde que llegó Luisito Fonseca, en agosto, todo ha cambiado; esa es la verdad. Se ocupa del más mínimo detalle y nos ha unido, algo que resulta decisivo en los resultados. Nos sentimos contentos y con muchas ganas de trabajar, además de que el salario de los obreros sobrepasa los ocho mil pesos y eso es un incentivo".
JÓVENES Y MUJERES, SIEMPRE PROTAGONISTAS
Con solo 26 años de edad, Yeidel Alexis Céspedes Velázquez lo da todo por la producción de leche. Desde su posición como ordeñador corre detrás de sus reses cada día, y cuando llega a Rondana, su vaca preferida, la vida se le vuelve una fiesta.
"Esta es una vaca que está recentina, con buen estado físico, y en los dos ordeños del día produce unos 15 litros de leche. Yo la quiero mucho, y ella conmigo se lleva bien, al parecer porque soy muy cariñoso, le hablo, la acaricio.
"¿Ordeñador desde cuándo? Bueno, desde que era muy jovencito. Es lo que he aprendido porque nací en esta zona y mi familia es ganadera. Yo no puedo vivir sin la vaquería, fíjese que una vez me fui a probar suerte en otro trabajo y qué va, tuve que regresar enseguida".
Yeidel tiene muchas motivaciones como ordeñador, y todos los meses alcanza altas cifras de leche, lo que al mismo tiempo lo compromete a ser mejor.
El hurto y sacrificio de ganado este año ha golpeado a la cooperativa con más de 55 reses; sin embargo, no afecta a la vaquería 11 por la labor de dos mujeres que hacen guardia cada día para preservar los recursos de la unidad.
Reyna Figueredo Parra es una de ellas. Hace 26 años que está en la vaquería y 11 haciendo guardia.
 Reyna Figueredo Parra. |
"Esto es un trabajo duro, pero lo hacemos porque hay que evitar que nos roben los animales. Los contamos a toda hora, los trancamos, y cuando los soltamos no lo dejamos de la mano; siempre andamos detrás de ellos y hasta ahora no hay robos".
Su compañera de batería es Yanelis Núñez Laffita, quien pondera lo dicho por Reyna, y aunque hay que trabajar sin descanso, ellas dos se ponen de acuerdo para repartirse las tareas del día, y mientras una vela por las reses la otra se dedica a la limpieza y organización de la vaquería.
La unidad básica de producción cooperativa Maniabo se levanta. Y aunque pasará mucho tiempo para llegar nuevamente al millón de litros en un año, esa aspiración no desaparece, y sus trabajadores laboran cada día con la mirada puesta en nuevas metas.
 Yanelis Núñez Laffita |
