Las Tunas.- Las leyes -y las amenazas de los ladrones- motivarían a los tenentes de ganado mayor a mantener a sus animales en potreros o corraletas, pero nunca en las carreteras o líneas férreas. Sin embargo, con frecuencia se viola esa “lógica” y ahí se ven, pastando libremente y haciendo de eso un gran peligro.
Hace pocos días, en un viaje de ida y vuelta a Manatí, esta reportera vio a orillas de la vía que une a ese municipio con esta ciudad a una veintena de reses, sueltas y sin vaqueros cerca. Por ahí el tránsito es escaso y los baches obligan a ir despacio.
Sin embargo, no siempre es así y las consecuencias han enlutado a muchísimas familias a lo largo de los años. Para evitar la ocurrencia de accidentes urge un mayor control, no solo de los ejemplares de propietarios privados, sino de los que pertenecen a empresas estatales.
Para lograrlo, el Consejo de Ministros de la República de Cuba aprobó en agosto del 2022 el Decreto 70, Modificativo del Decreto 225 De Contravenciones Personales de las Regulaciones para el Control y Registro del Ganado Mayor y de las Razas Puras.
En el apartado 12 del Artículo 1 de ese documento legal se establece que quien permita la presencia de ganado mayor o menor de su pertenencia o bajo su custodia, en cualesquiera de las vías de circulación, será multado con 20 mil pesos por cada animal, y a eso se suma el decomiso.
Según informaciones del Departamento de Control Pecuario de la Delegación del Ministerio de la Agricultura (Minag), durante el 2023 en la provincia de Las Tunas se impusieron 13 multas, con un importe de 260 mil pesos, y se decomisaron cinco animales.
Si solo se evalúan los números, pudiera creerse que las medidas han sido efectivas. Y lo son, si se les da esa mirada. De hecho, autoridades de la jefatura de Tránsito en el territorio informaron que el año pasado nada más hubo cuatro accidentes en los que intervinieron dichos animales.
Pero uno solo de esos fenómenos basta para saber que no todo está bien y que no todo está hecho. A los responsables del sector agropecuario, de vialidad y del Ministerio del Interior (Minint) les falta vigilar más y explicar mejor a los dueños del ganado que pasta en los alrededores de las vías.
A los propietarios les corresponde garantizar en sus tierras la comida y el agua que demanda el ganado. Y si la sequía “aprieta”, ellos tendrán que “apretarse” los cinturones y, desde antes, inundar sus predios de plantas proteicas y forrajeras para garantizar la nutrición de los rebaños.
Evitar el otorgamiento de ganado vacuno o equino a quienes no dispongan de tierras para su cuidado es una prioridad en el territorio tunero. No obstante, en carreteras, caminos y hasta en calles siguen apareciendo los animales sueltos. Con ellos, el peligro.
La Ley es clara. Los hechos, lamentables siempre, también. Falta que entre todos se dé la estocada a esta indisciplina social que transgrede las normas y repercute negativamente en la vida y la integridad de las personas, y en la ya lastimada economía nacional.
