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Las Tunas.- Ante su inminente cercanía, salta el recordatorio: el 21 de Febrero se celebra el Día Internacional de la Lengua Materna. En este calendario, matizado por la presencia de pandemias y agudización de crisis económicas, suenan las alarmas para llamar la atención sobre un problema muy singular, aunque menos palpable que los antes mencionados: la desaparición de las lenguas a consecuencia de las rutinas y prácticas sociales.

Según datos del Banco Mundial, la mitad de los idiomas que existen hoy en el mundo se extinguirán durante este siglo. Por ejemplo, en América Latina y el Caribe, uno de cada cinco pueblos indígenas ya ha perdido su idioma nativo y lamentablemente con esta desaparición van, además, importantes características en el aspecto identitario que lastran sus idiosincrasias.

Tal omisión no caracteriza de ningún modo como un mal menor. La lengua materna es el primer idioma que aprende una persona durante su niñez. La utilizará como un instrumento para pensar y comunicarse y también llegará acompañada con la historia de sus estirpes y el basamento del porqué de sus ideas, de su estatura, del color de la piel y de la fuerza que le nace en el pecho.

Lamentablemente, muchos factores externos han conspirado contra las tradiciones y, por ende, la conservación de idiomas y dialectos. Los efectos más devastadores les atañen a los conflictos militares, religiosos y culturales. Otro elemento que influye son los desplazamientos que producen los conflictos, que obligan a las personas a vivir en lugares a los que se tienen que adaptar y comienzan a hablar la lengua dominante en esos lugares.

En la desaparición de las lenguas no solo han incidido causas externas. En muchas comunidades del mundo se ha evidenciado el rechazo de la lengua materna por parte de los propios hablantes por miedo a ser excluidos debido a sus tradiciones.

Y es que la globalización reforzada por los medios de comunicación en todo el planeta, venden cada vez más la imagen que refuerza la "cultura global" con cánones estrictos de belleza, productos de sociedades de consumo donde tienen poca cabida los valores identitarios.

Como contraparte hoy en toda Latinoamérica se pretende fomentar el valor de la diversidad y el atractivo de las individualidades. Cada lengua está asociada a una cultura y a una forma diferente de ver la realidad. Por tanto, a través de ella se fomentan valores como la tolerancia y el respeto. También se preservan conocimientos. Cuando una lengua materna se extingue, desaparece un conjunto de saberes que se han transmitido de una generación a otra durante años.

Abogar por preservar las lenguas originarias es también una batalla por proteger la diversidad cultural. La existencia de etnias diferentes nos ayuda a entender que existen otras formas de ver el mundo y a enriquecernos con ese aprendizaje. Es también potenciar la protección de los derechos humanos: la libertad y la igualdad.

El Día Internacional de la Lengua Materna pone de manifiesto que el multilingüismo puede fomentar la inclusión, y que los Objetivos de Desarrollo Sostenible se centran en no dejar a nadie atrás. La celebración de este año pretende hacer un llamado a formular políticas educacionales más comprometidas con las necesidades y potencialidades de cada comunidad.

 

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