Las Tunas.- El 5 de mayo de 1962, fuerzas conjuntas del Departamento de Seguridad del Estado (DSE) y de Operaciones Militares Antiguerrilleras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en Oriente ponen fin a la cadena de acciones terroristas y asesinatos cometidos por la banda del cabecilla contrarrevolucionario Pablo Pupo Cruz (Tuto).
Luego de una intensa labor de agentes infiltrados en el Frente Anticomunista de Liberación (FAL), el Movimiento 30 de Noviembre y el Movimiento Demócrata Cristiano (MDC), que apoyaban y abastecían a las bandas, el día 3 del referido mes se logra la ubicación exacta del campamento enemigo.
El FAL poseía una estructura militar definida jerárquicamente; el propio Tuto, exteniente del Ejército Rebelde, se autoproclamó comandante en jefe; Cesáreo Nápoles, jefe de Operaciones; y Luis Candelario, comandante Auditor.
Una vez ubicados los bandidos en la finca La Julita, a dos kilómetros del central Argelia Libre, en Manatí, fueron rodeados por los combatientes revolucionarios. El sargento Ramón Pedraza Manso, jefe de la Compañía Especial de Combate, junto al sargento Saavedra, se acercaron a la vivienda de Ángel Luis López, hijastro de José Santana, dueño de la finca cuando los malhechores, apostados a unos 40 metros de la casa y estratégicamente parapetados, abrieron fuego.
Se produjo un fuerte intercambio, murieron dos alzados. Asimismo, cayó el compañero Pedraza Manso, natural de Camajuaní, de solo 23 años de edad; resultaron heridos los milicianos Ángel Vázquez Martínez, de Mayarí, y Justiniano Arias Verdecía, de Minas del Frío. Además de Luis Rodríguez Avilés, del central Julio Antonio Mella; Félix Matos Beltrán, de Bueycito; el cabo Gilberto Romero y Juan Wilfrido López, perteneciente a la batería de morteros 120 de la División 59. Las tropas estaban dirigidas por el primer teniente Elio Ávila Trujillo.
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1962, ofensiva contra el bandidismo en Las Tunas
Los cadáveres de los bandidos fueron trasladados al cementerio de la finca La Caridad. Allí, Eleno Fajardo Pérez, jefe de la Sección Antiguerrillera del DSE en Oriente, convocó al señor Juan Nápoles Rivero para la identificación, quien confirmó que los muertos eran su hermano Cesáreo Nápoles Rivero y el muy buscado jefe de la banda.
Antes de la Revolución, Tuto era conocido en la zona del Cerro de Caisimú y Dumañuecos como un hombre trabajador y amistoso; se incorporó al Ejército Rebelde en 1958, fue herido en combate y obtuvo los grados de teniente. En los primeros meses del triunfo estuvo en la capital y ya en 1960 comenzaron a surgir múltiples denuncias sobre su vinculación con elementos contrarrevolucionarios y conductas negativas.
Lo procesaron, además, en la Causa 385/60, por el asesinato del campesino Delfín Sao Escalona, en la finca La Esperanza, barrio La Cuaba, el 25 de diciembre de 1958. Como parte de su sanción, estuvo internado en el batallón de trabajo en Guaro, de donde evadió y buscó refugio en el barrio de Dumañuecos, del término municipal de Victoria de las Tunas.
A inicios de 1961, estableció su banda en las cercanías de Manatí, junto a Cesáreo Nápoles y el prófugo Luis Candelario Rojas, quienes se habían alzado en octubre del año anterior; al lado del también traidor excapitán del Ejército Rebelde José Gabriel Cedeño Collejo.Por esta fecha asesinaron al jefe de Milicias Ángel Torres López, en Pito Cuatro, Vázquez, y el 4 de julio en Pacheco, barrio de Caisimú, al jefe de Milicias y delegado del DOP Lorenzo Dalis Negrot, a quien disparó Tuto personalmente.
En la desintegración de esta banda jugó un rol fundamental el trabajo desplegado por agentes como Isidro, quien logró ocupar el cargo de jefe de Acción y Sabotaje del Frente Anticomunista de Liberación, organización cuyo cabecilla era Tuto.
La creación del Buró de Bandas y del Departamento de Seguridad del Estado en Victoria de las Tunas, nutrido en lo fundamental de combatientes del buró Q, constituyó un paso de avance en la organización del enfrentamiento al bandidismo contrarrevolucionario en la provincia de Oriente, que estuvo encabezado por Eleno Fajardo.
