Tras años de debate, Tokio pretende vaciar en el Pacífico el agua almacenada tras la catástrofe nuclear de 2011.
Miles de surcoreanos marcharon ayer sábado en Seúl en contra de los planes de Japón de descargar el agua radiactiva de la central nuclear de Fukushima al océano ante los riesgos para la seguridad alimentaria que puede producir el vertido.
A los manifestantes les preocupa que liberar el agua aumente los riesgos de seguridad alimentaria para los surcoreanos y que también dañe el medio ambiente.
Los activistas se reunieron cerca del Ayuntamiento de Seúl cantando y sosteniendo carteles. Japón planea comenzar a liberar el agua en el océano a fines de agosto.
Los manifestantes participaron en cánticos y también escucharon los discursos de los organizadores de la manifestación. Las protestas fueron pacíficas y no hubo informes de enfrentamientos o disturbios.
Una de las organizaciones activistas que inició la manifestación, Korea Radiation Watch, dijo que la liberación del agua "eventualmente destruirá el ecosistema marino".
Un terremoto y posterior tsunami (provocado por el sismo) en 2011 dañaron la planta de Fukushima, emitiendo una enorme cantidad de material radiactivo a la atmósfera.
La manifestación del sábado fue la última de las protestas de una semana desde que la Agencia Internacional de Energía Atómica aprobó los planes de descarga japoneses en julio, diciendo que el proceso cumpliría con los estándares internacionales de seguridad
El plan de Japón para liberar las aguas residuales nucleares de Fukushima está respaldado por el presidente conservador de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol. Sin embargo, algunos coreanos creen que hacerlo pondría en riesgo la salud y la seguridad ambiental.