Managua.- Representantes de la República Popular de China inauguraron este viernes la sede diplomática del país asiático en esta capital, tras el restablecimiento de los vínculos con Nicaragua el 10 de diciembre último.
Durante la ceremonia de reapertura, el ministro de Relaciones Exteriores de la nación centroamericana, Denis Moncada, aludió a la lucha de ambos pueblos por su liberación nacional con perseverancia, victorias progresivas por la paz, prosperidad, erradicación de la pobreza y convivencia armoniosa.
El canciller transmitió a la sociedad y Gobierno chinos un fraterno saludo del presidente Daniel Ortega y de la vicemandataria Rosario Murillo y mencionó la entrañable amistad entre los dos territorios, expresada desde el establecimiento de vínculos diplomáticos durante la Revolución Sandinista en 1985.
De acuerdo con el titular, esos lazos experimentaron una interrupción desde la llegada al poder de los ejecutivos neoliberales, a comienzos de la década de 1990, si bien algunas organizaciones mantuvieron la afinidad ideológica, política y el intercambio comercial.
Moncada recordó cómo el 9 de diciembre último Nicaragua emitió una declaración de reconocimiento ante el mundo de la existencia de una sola China y de su Gobierno como el único legítimo y con ello, apuntó, emprendieron una nueva etapa de colaboración e impulso de inversiones estratégicas.
A su juicio, los convenios bilaterales futuros impactarán en campos como: ciencia, tecnología, educación, salud, arte, cultura, deporte, medios de comunicación, transporte, información, proyectos, defensa y seguridad, aquellos sectores vinculados con un mayor entendimiento y comprensión.
“Ambos pueblos y gobiernos desarrollamos nuestras relaciones sobre la base del respeto mutuo a la soberanía, la no injerencia en los asuntos internos, la dignidad e integridad territorial de los Estados, su derecho al desarrollo y a contar con sistemas de seguridad social (…)”, refirió el canciller.
También rechazó la amenaza o el uso de la fuerza como medio de resolución de conflictos, las medidas coercitivas unilaterales contrarias al derecho internacional y la Carta de la Organización de las Naciones Unidas, que atentan contra la soberanía y la estabilidad de los pueblos.