rafael viñales 61serie

Las Tunas.- Apuntalado por la calidad de los jugadores, la profundidad de la nómina y la experiencia acumulada a lo largo de un lustro por el colectivo técnico, el equipo de Las Tunas se alista ya para su quinta postemporada consecutiva, luego de asegurar el segundo puesto de la fase regular de la 61 Serie Nacional.

Los Leñadores completaron una escalada de diez puestos desde el lugar 12 que llegaron a ocupar durante el primer tercio del calendario. Hecha la tarea justo a tiempo, al cierre de esta edición esperaban por su rival en los cuartos de final, previstos para comenzar el próximo día 25, con los Cocodrilos de Matanzas y los Azucareros de Villa Clara como más probables contrarios en la lucha por avanzar a semifinales.

Los dirigidos por Pablo Alberto Civil tuvieron la mejor defensa del campeonato: solo 55 errores en 75 partidos y promedio de 980, muy distante del segundo puesto. Además, fueron cuartos en average ofensivo y quintos en carreras anotadas; mientras sus lanzadores concluían octavos en promedio de carreras limpias (4,88).

Con respecto al año anterior, se mejora la quinta plaza obtenida en la etapa clasificatoria, por lo que probablemente en una escala del 1 al 10, la nota de fin de curso pueda subir desde el 7,5 de la 60 Serie hasta un 8,0 en la presente. Soluciones tácticas como el movimiento de Carlos Juan Viera al bullpén y los malabares para sacar lo mejor del cuerpo de picheo, mientras se lidiaba con lesiones y problemas físicos de todo tipo, refuerzan el prestigio del cuerpo de dirección.

Estas son las distinciones individuales de la etapa clasificatoria que propone 26:

Jugador más valioso: Como el año anterior, es imposible quitarle los ojos de encima a los números conseguidos por Rafael Viñales, quien se impone a Yosvani Alarcón y el lanzador Alejandro Meneses. Las lesiones y otros problemas de salud llegaron en sus mejores momentos al bate, por lo que sus estadísticas acumuladas no crecieron todo lo que se podía prever. Sin embargo, sus promedios hablan con claridad del gran año que volvió a vivir en materia ofensiva: fue segundo del país en slugging (661) y OPS (1141), cuarto en bateo (378) y quinto en average de embasado (480). Si no bastara, su versatilidad en el campo lo llevó a jugar también en el jardín izquierdo, más allá de sus buenas prestaciones en la receptoría y la inicial.

Mejor bateador: Yosvani Alarcón tuvo un año excepcional madero en mano, con línea ofensiva (AVE/OBP/SLU) de 351/420/556, además de liderar al equipo en extrabases (31) e impulsadas (57), y registrar un espectacular 38 por ciento de corredores impulsados en posición de anotar. Rafael Viñales, no obstante, tuvo una mucho mejor frecuencia de jonrones (12,9 por 24,8), fue ligeramente superior (13 por 12) impulsando empate o ventaja, y exhibió similar cifra de carreras creadas (58,4 por 58,7), todo eso con casi 70 comparecencias menos. Repite Viñales.

Mejor lanzador: Esta categoría no admite debates. El diestro Alejandro Meneses fue, de principio a fin, el mejor serpentinero del elenco verdirrojo. Concluyó con balance de 9-1, suficiente para encabezar el campeonato en promedio de ganados y perdidos (900). Lanzó para 4,69 y regaló menos de tres bases por bolas cada 9,0 entradas. Su labor ayudó a mitigar el brusco descenso en el número de victorias registrado por la pareja de abridores Carlos Juan Viera-Yudiel Rodríguez, que hace un año ascendió a 21 y ahora se quedó en 10.

Novato del año: No fue un año pródigo en grandes actuaciones de las figuras más jóvenes del equipo. La renovación de una nómina mayormente experimentada es, precisamente, uno de los grandes retos del béisbol tunero. En esa mirada al futuro, uno de los muchachos que habrá que tener muy en cuenta es el puertopadrense Anier Pérez, un muchacho de 20 años que aportó certezas en los momentos de más incertidumbre. Terminó la fase regular con balance de 3-1, sus tres primeras sonrisas en series nacionales, dos de ellas frente a los Gallos de Sancti Spíritus, líderes absolutos del torneo.

Jugador revelación: De Eduardo García, todos conocíamos sus grandes potencialidades como bateador, aunque su falta de continuidad y oportunidades dejaba todo en el terreno de las conjeturas. En cuatro series nacionales, acumulaba apenas 156 veces al bate, a menos de 40 por temporada. Esta vez, el manatiense tuvo casi 120 viajes al cajón de bateo y dejó cifras que confirman el diagnóstico inicial: bateó un robusto 333/402/543, con la mejor frecuencia de carreras impulsadas de todo el equipo: una cada 3,9 comparecencias. En el importante rol de emergente, produjo de 14-6 (429), incluyendo par de dobles, igual número de jonrones y siete carreras remolcadas.

Regreso del año: Denis Peña tuvo un regreso excepcional, luego de que una lesión lo mantuviera fuera de juego casi hasta el final de la etapa regular. Terminó bateando 357 y disparó un doblete cada cuatro turnos, pero acumuló apenas 29 comparecencias, una muestra demasiado exigua. El regreso del año, entonces, podría llevárselo de manera sui géneris el torpedero Andrés de la Cruz. Ciertamente sería una licencia de estos redactores, pero nada impide que el guantanamero sea distinguido por regresar de su pésimo arranque en esta propia temporada. El “Caciquito” estuvo incluso por debajo de 200 en el primer tercio de la campaña y fue capaz de remontar de una manera tan brutal que terminó promediando 349 (récord personal). Además, produjo 21 dobletes y compartió ese liderato dentro del equipo con Yosvani Alarcón.

 

 

 

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