Guitarra en mano foto Rey

Las Tunas.- ¡Quién en Cuba no conoce ese tema que dice: "Fíjese don Kike, fíjese Marina, con esta caldosa que bien se camina..."! Se trata de La caldosa de don Kike, compuesta por Rogelio Díaz Castillo, una canción que es difícil imaginarla divorciada del hombre que le dio vida. Para proteger los derechos de autores como él, a quien la musa inspiradora visitó un buen día, existe la Agencia de Creadores Dramáticos, Audiovisuales y Musicales (Acdam), creada en 1986 y subordinada al Instituto Cubano de la Música.

En nuestra provincia, un total de 369 creadores pertenecen a esa entidad, la que, al decir de Carlos Dagoberto Reyes Leyva, su líder en nuestro territorio, "los representa delante de todos los utilizadores de la música, sean grabadores de discos, cafeterías, restaurantes, bares, centros nocturnos..., tanto en el sector privado como en el estatal".Dago derecho autor las tunas rey

Este gremio también se encuentra amparado desde el punto de vista jurídico por el Artículo 62 de la Constitución de la República de Cuba, que plantea: "Se reconocen a las personas los derechos derivados de la creación intelectual, conforme a la ley y los tratados internacionales". Además, en el 2022 se aprobó la Ley 154, de los Derechos del Autor y del Artista Intérprete, y la Resolución 65, Reglamento de las Organizaciones de Gestión Colectiva de Derechos sobre Creaciones Literarias y Artísticas, entradas en vigor en el 2023.

Sin embargo, a nivel social todavía no existe conciencia suficiente en torno a la necesidad del pago del derecho de autor. Ejemplo de ello son las dificultades a la hora de recopilar los documentos que respaldan los cobros, y los criterios encontrados respecto al tópico, como si la música no fuera un bien patrimonial.

LA CREACIÓN, VIAJE A LA SEMILLA

Narra Rogelio Díaz Castillo que, a finales de los años 70, cuando se estrenó La caldosa..., y durante el período de su auge inicial, el tema le generó una cuantía económica significativa, realidad que ha ido cambiando con el tiempo. En el 2023 solo recibió por ello 250.00 pesos en moneda nacional. "En Cuba no he tenido problemas con el dinero, pero noto en la esfera internacional que hay detalles que no se concretan para uno obtener la remuneración real.

"En otros países se comercializa un CD con canciones de varios autores, incluida la mía. En el pasado hice gestiones con una productora, por mediación de la Acdam, pero lo obtenido fue casi simbólico. Sí reconozco que en estos momentos hay acciones que puedo hacer y no hago, como informar a esa instancia dónde y quiénes reproducen mi música", apunta.

"Pertenezco a la Acdam desde hace más de 35 años. Enseguida que registras una canción, te llega la confirmación de que eres el compositor, en eso no hay inconveniente. El dilema es con la parte monetaria. Considero que hay que revisar lo referente a los reportes del derecho de autor. Se han puesto temas míos en la Radio y, en 18 años, solo he recibido como mil pesos por ello, y también he tenido dificultad en cuanto a la música en vivo", alega Gaspar Esquivel, con unas 30 canciones registradas.

Mientras, Víctor Hidalgo Boysan, subdirector técnico-artístico de la empresa comercializadora de la música y los espectáculos Barbarito Diez, quien además desde 1986 pertenece a la Acdam, expresa: "A mi juicio esa institución funciona bien, me siento representado, pero puede hacer mucho más porque las leyes no se cumplen del todo. Si ese es el lazo de unión entre el compositor y quien interpreta la obra, el asunto no puede dejarse a la conciencia.

"No es justo que un artista o agrupación se beneficie con determinada música y su creador no sea remunerado. Tengo canciones en la Televisión y la Radio, y por eso no he percibido ni un centavo. Por citar un caso, varias veces le he preguntado a mi representante si ha visto en algún reporte Hasta los huesos, cubano, que se ha puesto incluso en la Televisión Nacional, y nada... Yo, con un centenar de temas inscritos, no soy de los que más recibe, aunque en el 2023 salí muy bien, porque obtuve unos 31 mil pesos. Igualmente tengo obras en el extranjero, nunca he obtenido monto alguno, y lo he informado.

"Para que el proceso funcione mejor, los intérpretes deben reportar lo que cantan. Pero debemos presionar más en ese sentido. Junto a la orden de trabajo, deberíamos adjuntar el documento concerniente al reporte del derecho de autor. Y si usted, como solista o agrupación, no lo entrega, no le recibo la factura. Hace varios años eso funcionó, pero se dejó de hacer".

Conjunto Cucalambé foto rey

HURGANDO EN EL ASUNTO

Actualmente están registrados del sector privado 203 utilizadores en la provincia (personas naturales o jurídicas que emplean la música en su actividad), 194 trabajadores por cuenta propia (TCP) y nueve mipymes, además de 29 entidades por la parte estatal.

"Desde abril del 2023 se realizan contratos de licencia con el sector privado a los nuevos proyectos que declaran que harán uso de la música, los cuales se presentan al Ministerio del Trabajo. En general, con quienes tenemos más incidencias es con los TCP. De los aprobados, solo se les está cobrando a 10, todos en el municipio cabecera, que han respondido al llamado hecho o tenían los datos completos al firmar su contrato-licencia.

"A la mayoría de esos casi 200 TCP les realizamos el proceso para que cumplan con lo establecido, aun faltándole datos a la documentación, pues al llenar el contrato-licencia no cuentan con el RC-05 de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria, ONAT, (identificación fiscal única o carné del contribuyente) ni la cuenta bancaria fiscal. Se les precisa que, en los 10 días dispuestos para que los proyectos sean aprobados por los organismos, están obligados a facilitarnos esa información. Dicen que sí, pero al final ni con nuestra insistencia lo hacen.

"De cualquier manera, todos emplean la música; aun cuando estén establecidos con sus negocios antes de abril del 2023 deben firmar contrato-licencia con la Acdam y pagar las tarifas correspondientes. Existen excepciones donde no media esa obligación como en un hospital o sanatorio, un acto político...", aclara el representante de la Acdam aquí.

Aunque con respecto a las mipymes, reconoce que "hemos establecido un sistema de trabajo que cumplen a cabalidad", en este periplo reporteril se apreció que -más allá de materializar lo legislado- todavía hay desconocimiento sobre la importancia del pago del derecho de autor. Lo idóneo fuera que asumieran esa responsabilidad con completo convencimiento del porqué.

Fernando Gómez, socio único de la mipyme Bella Vita (bar-restaurante), afirma: "No conozco mucho de la Acdam, pero cumplimos con lo establecido, pagamos nuestros impuestos mensuales. Según la venta del mes, es la cantidad que abonamos, un dos o tres por ciento de eso. La verdad no le hallo mucha lógica al asunto, pues más del 90 por ciento de los temas que pongo no son cubanos. Si pudiera dar alguna sugerencia sería que nos ayudaran con la música, porque pago algo que no me dan, la mayoría la descargo de Internet".

En ese sentido, Reyes Leyva puntualiza a 26: "La gente nos dice '… porque la obra es de afuera', pero Cuba es miembro de la Confederación Internacional de Autores y Compositores (Cisac) y -por representación recíproca-, nuestro país vela por los derechos de los creadores internacionales, como mismo hacen con los nuestros. Por ello, la Isla recibe dinero de Israel, Bulgaria y otras naciones.

"Hemos avanzado algo desde el 2023; sin embargo, nos falta cultura jurídica, incluso, en organismos rectores. Se ha explicado en infinidad de ocasiones la función de la Acdam, y no hay entendimiento pleno. Existen mecanismos para reclamarles a los incumplidores (reclamación comercial, prejudicial y, luego, presentación a los tribunales correspondientes), pero no hemos querido llegar a extremos, aunque parece que tendremos que hacerlo.

"La gente piensa que el dinero va para el Gobierno y no es así, en nuestros contratos con compositores consta que el 80 por ciento de lo recaudado les pertenece a ellos y el 20 es para que la Acdam gestione su trabajo".

En el universo estatal, igualmente, ha habido sinsabores, sobre todo, con unidades empresariales de base (UEB). "Muchos hacen resistencia a la firma del contrato-licencia aduciendo cualquier criterio. Los utilizadores en ese sector deben crecer, pues las empresas de Gastronomía -por ejemplo- comenzaron un proceso de creación de UEB y, al tener personalidad jurídica propia, cada una de estas se convierte en utilizador", comenta el experto.

"Tampoco entiendo por qué Comercio bajó sus aportes. Si vas a La Arboleda, al Parque Temático y otros lugares se escuchan nuestras sonoridades y, paradójicamente, no es mucho el reporte, además de la renuencia a usar música en vivo", añade Nilian Rodríguez, directora de la empresa comercializadora de la música y los espectáculos Barbarito Diez.

solistas foto Rey

NO TODO ES OSCURO

En septiembre del 2022, en plena pandemia, Carlos Dagoberto Reyes creó el software Sistema de Gestión de la Radio (SGRadioV3.0), que empezó a implementarse en Radio Victoria, con resultados positivos.

"Se crearon tablas con microsoft Excel que llenan los directores de programas y se entregan al fonotecario, quien importa los datos al sistema informático. Es ventajoso, emite una estadística fiable para el medio y nosotros ya no tenemos que teclear tanto a nivel local ni en La Habana, cuando reciben la información.

"La Radio es uno de los lugares que más derecho de autor genera, aunque solo paga por un tema completo 0.96 centavos y por una incidental, 0.48", explica el especialista.

"Humaniza el trabajo. Una vez insertados los datos, el software realiza el resumen del costo, atendiendo a cada autor e intérprete", agrega Arletis Alonso Yero, especialista de Artes y Medios Audiovisuales en la emisora provincial.

Por otro lado, "hemos fortalecido la alianza con la Dirección Provincial de Cultura, pero aún puede ofrecer más apoyo. Incluso en ese sector hemos encontrado desconocimiento. Asimismo, podríamos contar con la ayuda de directivos gubernamentales. Lo alcanzado ha sido fruto de nuestra insistencia y, precisamente por eso, logramos que nos incluyeran en el grupo de trabajo multidisciplinario que atiende los TCP en la provincia", agrega Reyes Leyva.

Y aclara: "Las unidades artísticas propiamente dicho no pagan nada porque están insertadas en el sistema estatal de la empresa de la música. Las que sufragan el derecho de autor son las direcciones de Cultura, porque utilizan sus servicios por mediación de la otra institución. La empresa de la música, por su parte, solo lo vinculado a cabarés y sitios similares.

"Antes, con esa entidad teníamos un acuerdo interno que, a cada unidad artística, junto a la orden de trabajo, se le daba el modelo Acdam; los intérpretes se sentían en la obligación de completarlo con el repertorio ejecutado. Así, el ciento por ciento de lo recaudado a Cultura, por derecho de autor, se revertía en los modelos que respaldaban esa 'compra'.

"Pero tal dinámica se malogró. Las unidades artísticas siguen ganando dinero usando la música de alguien y es triste que hagamos gestiones cada mes y, al final, los creadores no reciban lo merecido. Además, si Cultura me paga un dinero que no esté amparado por la documentación pertinente, no puedo distribuirlo entre los autores", remarca.

Recientemente, en intercambio efectuado entre René Hernández Quintero, director nacional de la Acdam, compositores tuneros y algunos directivos, salió a relucir este último obstáculo, y Nilian Rodríguez se comprometió a retomar esa iniciativa. Hoy solo está entregando modelo el que es autor e intérprete al unísono y, lógicamente, se preocupa por que le paguen su música. No sucede así con quienes interpretan obras ajenas.

"También debemos educar más a los artistas. Existen creadores con piezas meritorias y no son miembros de la Acdam", acota Rodríguez.

Hernández Quintero reconoció los avances de esa cofradía en la provincia, máxime cuando hubo un tiempo en el que aquí no hubo representante. Actualmente hay en todos los municipios menos en el de "Colombia".

Música en teatro tuyo

CULTURA IMPRESCINDIBLE

En general, según la actividad, son los porcentajes por aportar en los sectores estatal y privado, algo que vislumbran resoluciones como la 71, del 2021, y la 5, del 2022. Al decir de Carlos Dagoberto, "mensualmente se les factura a los utilizadores y ese dinero se distribuye a los autores dos veces al año. Se cuenta tanto la música viva (interpretada en el momento) como la grabada, que firman los utilizadores".

Entre los buenos ejemplos que tiene Las Tunas en cuanto al pago del derecho de autor figura la sucursal Palmares. Alexei Guevara Martínez, subdirector de Operaciones que atiende la parte comercial en esa entidad, refiere que, por tradición, todos los meses cumplen con ese impuesto. "Nuestros centros nocturnos (dos) son los que más pagan, por ejemplo, el Luanda; y hablamos de un cuatro por ciento. Abarcamos cafeterías y restaurantes, con tarifas fijas. Hay quien pueda decir 'si yo pongo la música...', pero realmente no es nuestra. Además, si no pones música, difícilmente vaya gente a tu establecimiento, así que beneficia el negocio. Turismo sin cultura no avanza".

En medio del enrevesado panorama entre lo legislado y la reticencia por honrar lo establecido, se mueve la Acdam, una agencia que protege el quehacer de autores musicales, incluido las sonoridades usadas en propuestas dramáticas o audiovisuales. Cuando en el mundo son comunes las demandas por violaciones al respecto, aquí sobran las deudas en dominar la cultura jurídica.

Las instituciones relacionadas con viabilizar el proceso deben fortalecer las alianzas y ahondar en el asunto, para permitir que sean justamente remunerados nuestros inspiradores, esos que -amparados por la Ley- pueden decidir forma y momento en los cuales la obra se divulgue, retirarla de circulación o sitio público si desean, entre otras facultades. Ya lo dijo René Hernández Quintero en su reciente visita a la provincia: "A los cubanos nos ha costado entender que el agua se paga y así mismo sucede con la música. La música tiene dueños y esos dueños son los creadores".

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