maestro alexis

Las Tunas.- El timbre de la mañana despabila a los pioneros del seminternado El Vaquerito, mientras la pequeña plaza parece dibujarse del rojo y el azul de sus pañoletas. A esa hora entonan las notas del Himno Nacional y honran la enseña de la estrella solitaria que ondea impelida por el viento; ese "ritual" los enorgullece y hace sentir más cubanos.

En una esquina está él, lleno de juventud y frescura, abrazando sus recuerdos; mira a los pequeños y se percibe a sí mismo por los pasillos con el anhelo de ser maestro. Aquel sueño infantil es hoy una realidad que Jorge Luis Martínez Crespo disfruta al máximo y lo convida a superarse cada día, consciente de que a sus 24 años de edad le queda mucho camino por andar.

"Ejerzo esta labor desde hace seis años y, la verdad, es mucho más linda de lo que siempre imaginé. Ser maestro fue mi sueño desde pequeño, incluso, en los juegos de roles, ese era el mío. Estoy seguro de que nací con el don de enseñar y es la misión que debo cumplir en este mundo; no me veo desempeñando otra profesión".

Aunque sus primeros pasos en el magisterio iniciaron, en el año 2018, con un grupo de sexto grado, siempre supo de su vocación por enseñar a los más pequeños; acompañarlos a descubrir el fascinante mundo de las letras, la lectura y los números.

"Trabajar con ellos es un regalo para mí, y ser partícipe de su formación siempre resulta placentero. Elegí a los niños de primer grado por ser de las etapas más difíciles de la Enseñanza Primaria y la base para toda la vida, pues en esos inicios se moldea la personalidad del escolar. Ahí adquiere mayor relevancia el rol del docente, por eso me convierto en una especie de guía paterno-maternal". 

El aliento y reconocimiento a sus pupilos, y también el regaño oportuno ante las indisciplinas, considera, forma parte de esta labor que demanda tanto amor, carisma y empatía. Para él las muestras de cariño y la sensibilidad de sus alumnos constituyen la mejor de las recompensas y hacen que se enamore, cada día más, del magisterio.

"Los profesores de la Enseñanza Primaria deben tener 'chispa' y versatilidad porque los infantes están en una edad en la que necesitan del juego, y nos toca buscar la mejor vía para captar su atención y lograr que se apropien de los conocimientos.

"Muchas veces he tenido que convertirme en mago, pintor, cantante, payaso, psicólogo y de todo un poco, con el fin de que mis clases sean dinámicas y motivadoras, tanto para ellos como para mí". 

El maestro Jorge, como le dicen sus alumnos, siente que las horas pasan deprisa cuando está frente al pizarrón. Enseñar desde las cercanías emocionales ha hecho que este joven pedagogo sienta su propia cátedra un oficio tan retador como trascendental, porque es obra de gigantes instruir y educar.

 

 

 

 

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