Las Tunas.- La posibilidad de compartir los conocimientos y, a la vez, nutrirse del gran caudal de ideas que florece en los más jóvenes ha sido motivación constante para Danis Figueredo Espinosa, doctor en Ciencias de la Educación y profesor de la Universidad de Las Tunas. En el magisterio encontró su pasión y la manera de convertirse en un mejor ser humano; motivo para que le brille la mirada y no disimule el orgullo al reconocerse como un maestro de corazón.
“Estar frente a mis estudiantes es lo que me hace más feliz; es un proceso de aprendizaje mutuo, recíproco y multifactorial. Enseñarlos me mueve el pensamiento y me anima a continuar formándolos, siempre con nuevos métodos”, comenta mientras conversamos de sus inicios en la Pedagogía, la superación inherente a un maestro, la juventud y sus derroteros, el Partido Comunista en Cuba y la construcción de los necesarios consensos…y otros temas de interés que lo movilizan en bien de sus alumnos y, en síntesis, de su país.
Confiesa su predilección por la Geografía, la ciencia a la que ha dedicado los mayores desvelos, y que hoy imparte con tanta dedicación y certidumbre de su importancia para comprender el mundo actual y sus conflictos en materia política. “Todo lo que nos rodea es estudiado por la Geografía y las situaciones generadas de las propias relaciones entre la naturaleza y la sociedad ameritan de ese conocimiento. Comprender por qué ocurren los diferentes fenómenos, las lluvias, la sucesión de los días y las noches…; es inmensa la cultura que nos transmite y que no aporta otra ciencia.
“Hoy los geógrafos no solo se encuentran en nuestras escuelas, sino en diferentes organismos e instituciones, porque la preparación que adquieren les permite desempeñarse en otras ramas de las ciencias y en centros como el de Meteorología, Planificación Física, GeoCuba...”.
El empeño y la entrega absoluta a esta noble profesión le han hecho recoger frutos a sus 32 años de edad. Es un joven que se proyecta al futuro y trabaja con ahínco en el presente; así ha sido desde el primer calendario en el que puso los pies como estudiante en la Universidad tunera y aspiró a algún día impartir docencia allí. Hoy, convertido en doctor en Ciencias de la Educación (uno de los más jóvenes de la provincia), anda por los mismos pasillos sin dejar de avivar la llama de los sueños.
“Ser doctor en Ciencias es también ser mejor persona y nos permite contribuir al crecimiento de otros. El contenido del espacio geográfico estaba carente de una estructuración desde la propia didáctica desarrolladora que se realiza en nuestro país. Y ahí está mi aporte, en revelar las potencialidades instructivas y educativas de ese contenido para contribuir a la preparación de los estudiantes de la carrera de Licenciatura en Educación Geográfica”, explica quien se confiesa apasionado de la Metodología de la Investigación y de todo cuanto permita ponerle a la prédica su urgente dosis de práctica.
JOVEN QUE CONSTRUYE EL PORVENIR
Figueredo Espinosa no se desprende de su esencia de líder estudiantil y ve con ojos de admiración el activismo de los más mozos. Hasta hace muy poco asumía, al unísono, la militancia en la Unión de Jóvenes Comunistas y en el Partido, de manera que puede dimensionar bien el fin común de aportar a la construcción de un país, y el valor de una sociedad que cuenta con una vanguardia para su conducción.
“Gracias a la experiencia adquirida como presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) pude desempeñarme como miembro del Comité de la UJC en la Universidad, ya con la doble militancia. Luego, desde el Partido, ocupé la atención a los comités de base de la carrera, y pude contribuir a la calidad de los procesos e incentivar a los jóvenes respecto a su rol en la sociedad para lograr las transformaciones necesarias y que nuestro socialismo genere prosperidad y sostenibilidad”.
Asegura que durante el tiempo de estudios universitarios afianzó sus valores y el amor por la obra social cubana; siente nostalgia de esos “años inflamables” y, en la remembranza permanente, “vuelve a vivir” y a aupar a sus muchachos y muchachas. “La universidad nos forja y fortalece los sentimientos revolucionarios, y ese dinamismo que caracteriza a esa etapa deja una huella imborrable. En el año del centenario, vienen más desafíos para la FEU, para las nuevas generaciones, y tocará superar a quienes les antecedieron y crear una Cuba mejor”.
Asimismo, hoy sustenta que su presencia en un núcleo partidista es sinónimo de la consagración, el esfuerzo y compromiso de los más bisoños con la Revolución. Para él, hay mucho simbolismo en el tránsito de una generación histórica a otra, y en el empeño de proseguir un camino, de transformar, resistir… y continuar juntos en el complejo y privilegiado camino de hacer la Revolución
“El Partido como arma de la Revolución posee la misión de estar en cada espacio, de escuchar para direccionar los procesos y transformar la Cuba de hoy, más parecida a nuestros tiempos, a nuestros jóvenes, a nuestra sociedad. Considero que tener un solo Partido es una fortaleza, símbolo de la unidad que caracteriza a nuestro pueblo y la muestra de que todos, juntos, desde las comunidades vamos a lograr desarrollar la nación”.
Opina que la juventud tunera, heredera de su historia, construye en este, su tiempo de vida, y también de desafíos. Danis cree en el debate entre revolucionarios, en el sentido de la utilidad prendado en los más mozos y en la doctrina de la unidad como un ente indisoluble en el presente y en el futuro de la nación.
En estos meses intensos de pandemia, de recrudecimiento del bloqueo, de tensiones internas y también de triunfos del pueblo y su Revolución se ha contado con el papel protagónico de la juventud comunista y esta, a su vez, con la guía de su mentor, más experto en las lides de construir socialismo a contracorriente. Desde ambas filas, tuneros y cubanos como Danis Figueredo Espinosa, liados en la causa de un país libre y soberano, aman y fundan en Cuba.