niños compartiendo

Las Tunas.- Hace unos días descubrí que un conejo vive unos 9 o 10 años. Ahora sé que una rana alcanza hasta los 12 y las moscas apenas los 30 días de existencia. Recién sé también que la ballena de Groenlandia es de los animales más longevos y goza de una vida saludable durante su trayecto vital.

niña jugando con espumaCon mi hija aprendo algo todos los días, cada pregunta que se hace es un desafío que, más que retarla a ella, me impele a mí a indagar de su mano.

La lista de curiosidades y hallazgos es larga. Ahora, me pregunto ¿cómo entran los pensamientos en el cerebro?, ¿cómo funciona el organismo humano?, ¿cómo se crean las partes del cuerpo? o ¿cómo son las paticas de las abejas?

Curiosidad infinita la de la niñez que nos enseña a hacernos preguntas insospechadas: "Mamá, ¿de qué están hechas las monedas?" "¿Cómo fabrican las abejas la miel?" "¿Cómo crecen los pelos?"…"Y mamá ¿qué comen las mariposas?"

Mi pequeña filósofa me enseña. Y mi empobrecida mente de adulta se sorprende y aprende. Son maravillosas las dudas de la infancia, como lo es también su sabiduría, alejada de la adultez, siempre apresurada y ocupada, tanto así que, a veces, no vemos el mundo. Dejo, dejamos de paladear cosas, la vida.

"Y, ¿cómo sale el agua de la 'pluma'?" "¿Sabías que unos punticos que hay en la lengua llevan al cerebro la información y en la nariz se sienten los olores? Sí, mamá lo vi en unos muñequitos", así se pregunta y me dice. Todavía tenemos pendiente buscar y saber "¿cómo hay animales que pueden vivir en el Polo Norte?", "¿cómo es que se hacen la tela y el hilo? o de ¿qué están hechas las nubes?".

Ya encontró la respuesta al surgimiento del papel. YouTube nos ayuda mucho.

¡Y me encanta que indague por lo que no sé! ¡Y me alegra que sepa que la tecnología también nos sirve para eso! ¡Y me hace muy feliz que se pregunte y que busque respuestas! Que sepa, cuanto antes mejor, que solo será verdaderamente independiente desde el conocimiento, y que leer es la mejor respuesta para todas las preguntas.

Adaptar mi mirada a su mirada infantil me hace mejor. Ante cada complicidad en la búsqueda del saber hacemos clic, tanto como puede hacerlo ante un cacharro que se disfruta más y mejor que cualquier juguete nuevo, costoso por demás.

Cada etapa de la infancia de nuestros hijos tiene su disfrute, como madre lo voy descubriendo. ¡Qué valiosa la fascinación infantil! ¡Qué útil para que descubran la condición humana y nuestro sitio en el mundo, anchuroso, a veces triste y, por obra nuestra, también hermoso!

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