donativo Río Potrero
Las Tunas.- Estos tiempos son difíciles en los ámbitos familiar y social; sin embargo, compartir parte de lo que se logra mediante el trabajo diario se mantiene como un estandarte para muchos campesinos de Las Tunas, y se extiende ahora a los nuevos actores económicos.

Uno de ellos, Yosvanys Fernández Rodríguez, prefiere ayudar en silencio, casi en el anonimato, y lo ha puesto en práctica más de una vez, pero, frente a hechos como este, alguien avisa y casi se conspira para que las demás personas sepan que la solidaridad todavía existe y nos hace más humanos.

Se trata de un gesto sencillo que recoge en sí el sudor que también riega los surcos, y las noches y madrugadas en vela para evitar la tramposa mano de los ladrones. A la vez, es un acto maravilloso, que a muchos les hace renacer las esperanzas y aliviar las preocupaciones.

"Eso es con el corazón", asegura el arrendatario del organopónico El Perejil, de esta ciudad, quien llegó a la Circunscripción 108, del Consejo Popular 18, en la comunidad de Río Potrero, con un cargamento de arroz, boniato, calabaza, tomate, pepino y pimientos.

Sus destinatarios fueron 25 familias con un alto nivel de envejecimiento entre sus integrantes -incluidos dos que sobrepasan los 100 años de edad- o con enfermos de cáncer u otros padecimientos, postrados y variadas condiciones que les convierten en vulnerables.

"Hay que ayudar a las personas y para mí resulta fácil porque soy muy humano. No aspiro a riquezas ni estoy dando de lo que me sobra. Yo trabajo para producir alimentos y esas producciones son para el pueblo. Esto es solo el comienzo porque lo volveré a hacer".

Su voluntad reconforta a Ricardo Romero Drake, presidente del Consejo Popular, quien refiere que de manera sistemática sus electores han recibido diferentes gestos solidarios por parte de esos nuevos actores del quehacer socioeconómico actual del territorio tunero.

"Creo que esta donación a la comunidad es de gran beneficio. Se puede apreciar el agradecimiento de los beneficiados, en su mayoría adultos mayores y otros con determinados padecimientos que les impiden desarrollarse en centros laborales y son asistenciados. Reconocemos y agradecemos al productor; esperamos abrazarlo siempre aquí".

Entre los beneficiados hubo mucha gratitud. Alguien deseó bendiciones. Otros dieron besos y abrazos. La mayoría pidió con fe que se le multipliquen los resultados a quien regaló parte de sus cosechas sin pensar en el costo monetario de los productos.

No faltó quien agradeció humildemente e instó a los presentes a ayudar también mediante la siembra de hortalizas y condimentos en los patios de las viviendas. "Para muchos será difícil, por sus condiciones físicas, pero podría solventar algunas necesidades en los hogares".

De eso se trata, de sumar ayudas, voluntades, sensibilidad y esfuerzos; de sentir como propios los problemas ajenos, de que cada cual aporte, aunque sea un poco; de salir de las unidades productivas para caminar los barrios y detenerse justo donde más se necesita de un corazón generoso.

 

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