Las Tunas.- En este calendario, con 68 años en el alma, late con una fuerza diferente, mucho más sólida y apreciada cuando el batallar por la vida marca cada bit, cada transmisión de sonidos, señales y sentir a través de múltiples plataformas, porque la Radio también ha encontrado maneras de burlar brechas geográficas y tecnológicas.
La emisora Radio Victoria asoma este 20 de septiembre, fecha de su aniversario, con una luz nueva, esa misma que resplandece en cada uno de los oyentes y los trabajadores de la planta que, desde su posición como pacientes, convalecientes de la Covid-19 y mediadores de la información, han permanecido para llevar sus impresiones y las de otros durante 24 horas al aire.
"Yo estuve en la zona roja, lamentablemente no como reportera, sino como paciente -refiere la periodista Luisa Elena Rivera Cubelo-. Estando en el centro de aislamiento Los Cocos me percaté de que había mucho que escribir y disímiles historias por contar.
"No lo podía hacer a través de la Radio tradicional como hubiera querido, pero utilicé las redes sociales. Tomaba fotos de algunos de los trabajadores, escribía algo sobre ellos y las subía a las redes. Las publicaciones recibían muchos comentarios, y unas cuántas personas también me escribían al privado, me agradecían lo que yo estaba haciendo.
"Fue la manera que encontré de resaltar el trabajo del colectivo en esos centros. Era el compromiso con mi profesión, con aquellas personas que veía todos los días allí, mi compromiso con la audiencia, con mi Radio Victoria y con quienes me siguen en las plataformas digitales".
El también reportero Ordey Díaz Escalona reconoce que el producto final que recibe el oyente bebe del esfuerzo cotidiano de todos.
"Más de un año y medio llevamos en esta batalla contra la pandemia, y los periodistas nos hemos entregado mucho. De manera general, la emisora ha tenido que divulgar, comunicar, entretener; la Radio que no para.
"Hay que reconocer el quehacer de nuestros locutores, realizadores, administrativos, de las auxiliares de limpieza, de todo el mundo, porque la Radio es un trabajo de producción continua", afirma.
Locutores, directores, guionistas, asesores, los artistas tras el sonido o la imaginaria puesta en escena de una obra dramática tienen detrás una carga personal muy fuerte, una doble rutina y el mejoramiento humano de cada quien. Así lo percibe Yurisleydis Díaz (Yurita).
"Estos tiempos han sido muy difíciles, y no solo para nosotros que estamos en la Radio. Hemos tenido que cambiar hábitos de vida, costumbres, además sopesar un poco cuánto hemos hecho como seres humanos.
"Pienso que ha sido un momento de mucha reflexión, y adaptarse a esta nueva realidad es muy complejo. La Radio no se detiene, nosotros no podemos irnos para la casa y dejar de producir; tenemos que estar aquí frente a esta batalla, aconsejando a las personas, indicándoles el camino correcto, siempre buscando la disciplina y la responsabilidad de todos, empezando por la nuestra".
Sus cuerdas vocales no denotan esfuerzo alguno: "Bueno, aquí estamos, como siempre, con el mismo espíritu de trabajo y más ahora que esta pandemia nos golpea duramente.
"En esta parte que nos corresponde vamos a estar a través de la programación, vamos a llegar, vamos a triunfar y a cumplir nuestra misión: orientar, informar y educar al pueblo a través de la programación de Radio Victoria, que ya acumula 68 años en el aire".
Una voz imprescindible para la Radio en Las Tunas, Jorge Carbonell López, asegura el triunfo de quienes se entregan día a día a la audiencia, a casi siete décadas de aquel 20 de septiembre de 1953 cuando las primeras señales de Radio Victoria comenzaron a trazar un camino en el éter y en la preferencia de oyentes de esta provincia y un poco más allá.
Cuando la batalla por la supervivencia también aboga por la construcción de un mejor ser humano y la necesidad de enarbolar la solidaridad como bandera, nuestro sonido llega con el aporte de muchas personas imprescindibles que han dejado parte de su vida en estos pasillos, pero no para quitar momentos sino para sumar a lo bueno que regalan a cada minuto.