yaisel central naily

Las Tunas.- En el corazón del municipio de Colombia está el central homónimo. Hasta allí llega, cada jornada, Yaisel Castellanos Chapman, un joven que reside en la vecina localidad de Amancio, pero que sitúa sus ímpetus y saberes en esa industria fundada en las primeras décadas de la pasada centuria.

Jefe de Brigada en el área de Generación de Vapor, los últimos cuatro años han significado para él un aprendizaje y desafío constantes. "Junto al molino, este sitio es uno de los fundamentales del ingenio; aquí se genera el vapor necesario para el funcionamiento de la maquinaria para la extracción del azúcar", explica quien tiene a su mando a un colectivo de 11 trabajadores: tres operadores, dos ingenieras químicas, un operador de la planta de tratamiento de agua, uno de bomba y otros obreros cuyas especialidades, al ser nombradas, resultan inaudibles en medio del ruido característico de la fábrica.

"Es un trabajo duro y que implica esfuerzo constante. También labor en equipo, sobre todo, cuando falta uno de los integrantes. Las temperaturas son muy altas, superiores a los 180 grados centígrados y hay que estar constantemente pendiente de la caldera, pues el mínimo detalle o error puede acabar con una zafra", explica el joven graduado de Cultura Física, pero que ha encontrado en este sector un camino en el cual se siente "muy útil".

Debido al rigor de la faena, señala, es muy importante la atención constante a las medidas de protección; de todo esto aprendió durante los siete años de quehacer en el central Amancio y en preparaciones recibidas en el "Guiteras". Cada nuevo conocimiento y entrenamiento le ha ayudado en su formación como discípulo de los más avezados de la Industria Azucarera; esa legendaria rama de la economía cuyos tiempos de esplendor son añorados también en aquellos predios.

La mayor satisfacción para Yaisel y sus compañeros, dice, es "cuando en un turno de trabajo cumplimos el plan del día y se crea un ambiente de alegría y entre todos nos damos ánimo: 'Oye sí, vamos a seguir, a cumplir y sobrecumplir'", cuenta con evidente satisfacción. "Ese día, cuando alcanzamos la meta en una jornada de 12 o 24 horas de labor, nos sentimos felices. Y cuando entra otro turno, enseguida van a felicitarnos e inician con la misma disposición de cumplir".

Con esas energías inició la molienda en el "Colombia" el pasado 10 de diciembre. El pitazo del otrora Elia es el epílogo de mucho trabajo y planificación, además, punto de partida de la zafra 2021-2022 en Las Tunas. Para macheteros, camioneros, tractoristas, operarios y trabajadores de la industria los próximos 50 días serán de mucho empeño para producir más de 13 mil toneladas de azúcar; un aporte necesario para la economía local y nacional.

Comentarios   

Franz
# Franz 17-12-2021 16:10
Reconocimiento para este joven que aporta su ímpetu y esfuerzo al desarrollo de la zafra azucarera en el central Colombia.
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