Las Tunas.- Tras los espejuelos de Roddiel Merino Yang hay dos ojos curiosos, descubridores, de los que miran un poco más allá y buscan el intríngulis de las cosas. Esa primera impresión de "chico inteligente" o siempre dispuesto a aprender te asalta cuando lo ves y se confirma en pocos minutos de conversación. Es de los que se sienten felices poniéndoles pensamiento a los desafíos, por eso, cuando en el Centro Provincial de Electromedicina, donde trabaja desde su graduación hace más o menos dos años, logran resolver uno de los tantos acertijos diarios, vuelve a palpar la dicha de ser bueno y útil.
Para él, esta red de instituciones reviste una trascendencia singular en el contexto cubano; justiprecia el valor de la labor que allí se realiza, a contrapelo de carencias y sí con mucho ingenio.
"Además de reparar y hacer innovaciones, investigamos y estudiamos mucho; cada equipo es distinto y al no tener los manuales técnicos se complejiza. Cuba adquiere la tecnología por terceros países, el equipamiento de muy buena calidad y de marcas del Primer Mundo, pero al adquirirlo de esa forma se nos imposibilita, ante una rotura o desperfecto, contactar la compañía y tener asesoría. De manera que estamos al tanto de qué hace un dispositivo, pero el know how detrás no es de nuestro conocimiento y tampoco es un saber público, porque las compañías protegen esa experiencia. Ahí empieza el proceso de investigación, al desarmar el equipo para encontrar dónde está el problema y solucionarlo. Imagínate ¡es como armar un rompecabezas sin nunca antes haber visto la imagen!".
En el área de Soporte de Vida "cayó" casi al unísono con la pandemia de la Covid-19, que le descubrió aún tomándole el pulso al ámbito laboral. A él también el virus le plantó guerra y le exigió poner sus conocimientos y su humanidad al servicio de otras vidas. En una rara simbiosis, las memorias de esos días de fuego son dolorosas y de satisfacción, mas, guardan la confirmación de que está en el sendero correcto.
"Ahora mismo la Ingeniería Biomédica ha desarrollado un trabajo excepcional durante la pandemia, en la ayuda al personal de Salud. Es un encargo maravilloso y de un servicio invaluable, lo doloroso es que se hace en el anonimato; pero estudiamos para ayudar y no para ser estrellas de cine, lo importante es hacer nuestro trabajo y eso resulta muy gratificante. Si a usted le gusta investigar, si le gustan las ciencias, asumir retos y lograr cosas que nunca se han hecho, pues este es el camino”.
Y de eso también nos cuenta, de los inicios en la Ingeniería Biomédica, especialidad que unió dos pasiones: la Electrónica y la Biología. La carrera, que cursó en la Universidad de Oriente, fue todo lo que el joven imaginó y abrió un horizonte para la investigación científica y la aplicación práctica de esta en las Ciencias Médicas. Hoy, el muchacho de mirada inquisitiva celebra que el resultado de su tesis con vistas a graduarse mereciera mención en la XVII Exposición Nacional Forjadores del Futuro, acontecida recientemente.
"Se trata de un software, Neuromap, el cual permite el estudio de señales de electroencefalografía como ayuda al diagnóstico de pacientes con deterioro cognitivo leve en estado de reposo. Posibilita, además, encontrar el punto entre la pérdida de la cognoscitividad propia de la edad y la extrema, cuando ya hay una afectación mayor; ese punto álgido entre los dos padecimientos, que es el momento de inicio de las enfermedades neurodegenerativas.
“Fueron mis profesores-investigadores de la Universidad los que me sembraron el interés por las neurociencias; luego, la dificultad del tema me llamó mucho la atención y también el nivel de estudio que implicaba. Quise demostrarme que podía tratar un asunto tan complicado y aumentar mis conocimientos, además de sentirme bien conmigo mismo, ¿no?”.
Es un tema harto complejo de explicar, pero Roddiel se empeña en traducirlo para quienes apenas de oídas somos conocedores, aunque sí, admiradores del aún inexplorado mundo de las neurociencias.
"Debido a que los síntomas de las enfermedades neurodegenerativas se solapan o resultan similares, el diagnóstico es muy complicado. Hay manifestaciones que son apreciables a simple vista; otros males son más difíciles de diagnosticar, porque transcurren sin manifestaciones externas. Por ejemplo, el trastorno cognitivo mayor de tipo Alzheimer genera señales, generalmente, tras una década de poseerse el padecimiento. Si logramos un diagnóstico temprano significa que durante ese rango de 10 años podemos tratar al paciente y con ello evitar o retrasar esos síntomas, además de preparar al cuidador para lo que sobrevendrá".
Aún el software está en proceso de estudio y aprobación, tal y como sucede con el equipamiento médico, fármacos o vacunas, pues este debe transitar por un riguroso proceso de certificación por las autoridades correspondientes. Pero Roddiel es optimista y confía y espera ver su obra al servicio de los galenos y pacientes. No escatima aspiraciones, tampoco esfuerzos, por eso ya sus neuronas se mueven en pos de otro programa informático que permita contribuir al diagnóstico del aneurisma y tener mayor certeza, antes de la cirugía, de su tamaño, peso, volumen, centroide…y otros valores necesarios, además de contar con su imagen en 3D.
Mientras más complejo es el asunto, mejor se celebra el triunfo; aunque no brille en cinematógrafo alguno, el callado gusto de ser útil y hacer bien le reporta soberana alegría a este joven y a sus compañeros del Centro Provincial de Electromedicina en Las Tunas; ¡eso es mejor que ser estrella de cine, ser bueno!.
