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Las Tunas.- Otra vez el esfuerzo y la destreza de los profesionales del Centro de Electromedicina en Las Tunas, junto a vitales gestiones del Gobierno y la Dirección Provincial de Salud, devuelven las esperanzas a personas con insuficiencia renal crónica que reciben hemodiálisis en el hospital Ernesto Guevara de la Serna, en esta ciudad, y el policlínico Luis Aldana Palomino, en “Amancio”.
En declaraciones a 26, Alberto Charles Martínez, director de esa primera entidad, refirió que recientemente los pacientes fueron asistidos en Holguín y Puerto Padre, debido a las roturas en la planta de tratamiento de agua que ocasionaron la interrupción de tan importante asistencia en dichas instituciones sanitarias.
“Aunque originalmente, explica, la planta usa ocho membranas, divididas en dos bloques, funcionaba solo con seis. Para que eso fuera posible hicimos una adaptación, pero el material no soportaba la agresión química de los desinfectantes y desincrustantes empleados en la limpieza; al romperse dejó de osmotizar el agua”.
Si bien la intención era fabricar otro aditamento, comenta, la mala calidad del líquido, que llega desde las fuentes de abasto, iba a demandar higienizaciones más frecuentes y los productos químicos volverían a deteriorarlo. “Decidimos solicitar las dos membranas que faltaban y comenzamos a realizar los trabajos, que también incluyeron la reparación de otras dos que se habían afectado.
“No son nuevas, porque el país no tiene los recursos para reemplazarlas. Sin embargo, gracias a nuestras innovaciones probamos membrana a membrana, y en esas revisiones encontramos cuatro que todavía estaban en condiciones óptimas, y echamos a andar la planta”.
Las labores se ejecutaron al unísono en el “Guevara” y el “Luis Aldana Palomino”, durante un corto período. “Una vez que tuvimos los recursos, en menos de 48 horas ambos servicios se pusieron a prueba y entraron en la fase de validación de la calidad del agua”.
Las plantas, acotó, constituyen el corazón de la hemodiálisis, porque el agua osmotizada es elemental en ese proceder. “Se puede averiar una o varias máquinas (conocidas como riñones artificiales), mientras existan otras continúan los procesos; pero si hay daño en la planta, se detiene todo”.
El Gobierno pone a disposición de los cubanos esta costosa atención, en armonía con su proyecto social. A pesar de ello, el bloqueo de Estados Unidos, ahora más recrudecido, coloca enormes zancadas a ese noble propósito al impedir la adquisición de equipos y piezas de repuesto esenciales para su funcionamiento.
