Las Tunas.- Por estos días, la Universidad de Las Tunas celebra el aniversario 27 de su constitución como tal, a partir de la Resolución Ministerial 95/95 del 15 de mayo de 1995, dictada por el doctor Fernando Vecino Alegret, ministro de Educación Superior. Ese hecho elevaría el potencial científico y académico del claustro y aportaría al desarrollo socioeconómico, político y cultural del territorio tunero.
A finales de la década de los 90 e inicios del 2000, se fundan las facultades de Ciencias Agrícolas, Económicas, Sociales y Humanísticas y Técnicas. En el 2002 se institucionalizan las sedes universitarias municipales, fundamentadas en los principios de la universalización de la Enseñanza Superior, e inicia la modalidad de continuidad de estudios.
Posteriormente, el 25 de enero del 2010, el Centro Universitario de Las Tunas se convierte en universidad Vladímir Ilich Lenin, adscrita al Ministerio de Educación Superior, mediante el Acuerdo 6767, adoptado por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.
Más tarde, en agosto del 2014, por acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, se integran el instituto superior pedagógico Pepito Tey y la universidad Vladímir I. Lenin, nace así la Universidad de Las Tunas (ULT).
Pero no podemos olvidar que la Enseñanza Superior llegó a Las Tunas en el curso 1974-1975 de la mano del comandante Faure Chomón Mediavilla, en aquel entonces al frente del Partido en el territorio. 
“La Enseñanza Universitaria en Las Tunas fue una iniciativa de Chomón”, nos cuenta el doctor en Ciencias Rogelio Díaz Castillo, fundador de esos estudios en esta ciudad.
“Yo llegué graduado del pedagógico Enrique José Varona y me incorporé como profesor en una secundaria en Las Tunas. Me fui a trabajar como metodólogo de Biología al municipio de Amancio durante un año, luego paso a ser metodólogo de esa misma asignatura a nivel provincial desde el Instituto de Perfeccionamiento Educacional y ahí conozco el interés de Faure Chomón de fundar una sede universitaria en Las Tunas".
Solicitaron a un profesor a Educación y se designó como subdirector de la sede al compañero Rogelio González Acosta, psicólogo del equipo de Perfeccionamiento Educacional, y al frente de la misma Chomón nombró al ingeniero Luis Alberto Díaz. Así se organizó un grupo, al que paulatinamente se incorporaron otros compañeros. Mediante Rogelio, que me presentó con Luis Alberto, el autor de estas líneas llegó a la Universidad.
Es entonces que inicia una etapa mágica para nosotros. Trabajábamos mañana, tarde y noche; Chomón venía a la Universidad, nos orientaba las ideas que él tenía con respecto a Vicente García, la propia ciudad y el desarrollo científico de Las Tunas.
Muchas fueron las tareas que acometimos estudiantes y profesores en función de la historia y la imagen de la localidad, se iniciaron investigaciones ecológicas asesoradas desde Holguín y hubo apoyo para los estudios sobre El Cucalambé y el propio León de Santa Rita. En este período se unió a nosotros el compañero Víctor Marrero Zaldívar, Premio Provincial de Historia e historiador de la Ciudad.
Fue un tiempo glorioso, porque el surgimiento de los estudios universitarios en esas condiciones inyectó un nuevo espíritu al territorio, ya no eran cuatro jubilados sentados en el parque al caer la tarde; no, los jóvenes universitarios hicieron suyas las noches de la ciudad, estudiantes en la biblioteca, debates, discusiones de temas políticos, ideológicos, científicos. Considero que esa etapa definió un momento crucial en la historia de estos predios.
Se iniciaron también algunas indagaciones geológicas, el comandante Chomón mostraba mucho interés en estas por lo que representaban para el desarrollo. Recuerdo la visita de Armando Hart y su inolvidable discurso en defensa de la figura de Vicente García, todo esto por iniciativa de Faure.
No es menos cierto que éramos una sede universitaria, pero para nosotros era nuestra Universidad y su influencia en la vida política, social y económica ya se hacía sentir, desde el punto de vista político, ideológico, cultural y científico. Como dijo Fidel: “Las Tunas nunca se quedó atrás”, y en este aspecto tampoco. Los resultados se pueden ver hoy en esa flamante Universidad que tenemos, que tantos buenos profesionales ha aportado.
En el Congreso Universidad 2010, el entonces ministro de Educación Superior de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez expresó:
"La Universidad, como elemento de la conciencia crítica de la sociedad, está llamada a jugar un papel clave en la construcción de ese mundo nuevo posible; no solo forma la intelectualidad progresista y comprometida con su pueblo para llevar adelante los proyectos del desarrollo, sino que además, educa, forja valores y actitudes. Lo más importante no es únicamente la cantidad de conocimientos con que egrese el universitario, sino cuán preparado está para enfrentar y transformar el mundo en que vivimos".
