acueducto

Las Tunas.- Con la primera nube que le colorea el cielo de negro, Anita cruza los dedos y espera que la lluvia no sea demasiado abundante, por más que el polvo, el calor y demás excesos también la agobien. Su mirada entonces se pierde en la franja del río junto a su casa y teme cuál nuevo “cargamento" podrá arrastrar esta vez, que el cauce caprichoso desembarque justo en su orilla.

Hace más de dos décadas comparte la misma “suerte eclipsada”. Al punto de llegar a odiar la temporada que comienza en mayo, pues trae los aguaceros esperados por la mayoría de los pobladores de la provincia. En cuanto el río Hórmigo -su huésped indeseado- crece y acumula desechos sólidos, su vivienda se convierte en una amalgama de hedores difícil de respirar, por más que la costumbre la ronde.

Cuando el pulular de las moscas y la afluencia de ratones -que llegan a mostrar tamaños considerables, según los vecinos del lugar- se vuelve insoportable, Anita agarra el teléfono y comienza a llamar a todas las instituciones y “a rezarle a las mil vírgenes” para que alguien venga pronto y les resuelva el problema.
“Muchas veces la culpa es de los propios moradores, quienes arrojan la basura al río, hasta escombros le echan, y pagamos justos por pecadores. Pero venga un día aquí, cuando la cosa está en su punto, para que vea cómo las moscas la levantan y no se puede vivir del mal olor. Imagine donde hay niños, personas enfermas, no es un capricho, es muy serio”, admite la sexagenaria, con una mueca de disgusto.


                                                                                                  VIEJAS ESTRATEGIAS Y HEDORES

Como Anita, una buena parte de la población que se yergue en las cercanías del puente de la calle René Ramos, y otras partes de la ciudad, comparten la misma situación con más o menos tolerancia. En cuanto comienza la época de lluvia cada vez son más reiterativas las quejas al respecto y la solución llega, pero nunca definitivas.
Alcides Naranjo Pérez, director de Mantenimiento e Inversiones en la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado, comentó a 26 que este es un problema viejo que se agudiza en algunos períodos del año y que se prioriza, sobre todo, en el actual contexto epidemiológico que aún no logra del todo su estabilidad.
“Nuestro colectivo tiene total responsabilidad en el saneamiento de los cauces superficiales urbanos que son más de 120 entre zanjas, ríos, cañadas o canales, enfatizó el directivo. Está en nuestro objeto social y le damos tratamiento manual y mecanizada durante todo el año.
“El río Hórmigo es el mayor afluente de esta ciudad, tiene alrededor de dos kilómetros, va desde el Ferrocarril hasta la Circunvalación y, por ende, tiene la mayor cantidad de viviendas a su alrededor. Más del 80 por ciento de este necesita un saneamiento con máquinas; sin embargo no podemos llegar a muchos de sus lugares por obstáculos que impiden la entrada de la retroexcavadora.
“A lo largo del río encontramos muros, cercas, tapias, sembrados, ampliaciones de casas mal ubicadas, las que no dejan realizar el trabajo con profundidad, quitar el sedimento y darle más capacidad.
“Tengo que decir que en la ciudad hemos recibido el apoyo de una buena parte de la población que ha quitado los muros e, incluso, ayudado en las labores de limpieza, pero no todos cooperan, el mayor problema está dado por el vertimiento de desechos sólidos, y mucha gente sigue incurriendo en los mismas indisciplinas, aunque a ellos también les afecte la insalubridad.
“Situación similar tenemos con el Ahoga Pollos, que en la calle Gonzalo de Quesada provoca inundaciones, situación que no se ha logrado resolver definitivamente por las barreras que entorpecen el trabajo”.
Naranjo Pérez puntualiza que en el territorio no contamos con una maquinaria moderna y efectiva, mas en estos momentos tienen lo necesario para el saneamiento de los cauces superficiales y un presupuesto que ronda los tres millones de pesos para darles salida a las metas del actual calendario.
“En los municipios también estamos trabajando duro y las labores manuales se cumplen sin dificultades. Aquí en la parte urbana laboramos recientemente y lo seguiremos haciendo en saludo al 5 de Junio, Día Mundial del Medio Ambiente. En esta etapa de lluvias, el río arrastra los desechos sólidos y estos se concentran en las viviendas. De eso estamos conscientes y nos preparamos para darles respuesta oportuna a los vecinos.

                                                                                      INDISCIPLINAS DE LOS PEORES “VECTORES”

Desde la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado, el llamado va dirigido hacia los pobladores, con el fin de contribuir con la higiene colectiva y eliminar los vertimientos al río, indisciplina que causa periódicamente mucho malestar a las personas que viven en sus orillas.
Aunque los órganos de inspección tengan el deber de velar por el cumplimiento de las normas establecidas al respecto, la comunidad emerge como una fortaleza para cuidar su entorno y denunciar a quienes atenten en su contra.
“Sabemos que solos no lograremos darle una respuesta definitiva a este problema que se ha vuelto histórico, puntualiza Alcides. Por esa razón queremos afrontarlo de manera multisectorial con los organismos de la Agricultura, Planificación Física e Higiene, Epidemiología y Microbiología. Nuestro compromiso es buscar soluciones y evitar disgustos”.
El río Hórmigo tributa a alimentar el agua de los subsuelos. Un mal manejo de su cauce contribuiría a la contaminación de las aguas subterráneas. En esta provincia, de las más secas de Cuba, cualquier problema al respecto involucraría a la totalidad de los tuneros, pues de este recurso depende, en gran medida, nuestra supervivencia.

 

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