Los tuneros Alberto Velázquez, Lisandra Licea y Elina Arbas Alemán fueron reconocidos con el Premio Joven Patria 2022. Esta es la máxima distinción que otorga el Movimiento Juvenil Martiano a nivel de país y está aprobado por el Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Sirva este diálogo con uno de ellos como reconocimiento de 26 a todos por tan alto honor.
Las Tunas.- Cuando habla de Martí lo hace con pasión, porque en el Héroe Nacional de Cuba encuentra explicaciones para todas las circunstancias de la propia vida, para entender las problemáticas esenciales de una sociedad como la nuestra.
Reflexiona sobre ello y se emociona. Busca en el tiempo el momento preciso en que se aferró al Maestro para siempre, más allá de la niñez, de la escuela primaria, de la adolescencia.
“Fue en la Universidad, cuando ya era profesor de Filosofía, a finales de la década de los 80 y principios de los 90. Ya tenía conocimientos desde el Movimiento Juvenil Martiano, desde mis lecturas, pero no con profundidad. El estudio verdadero llega cuando cae el campo socialista y me doy cuenta de que Martí estaba en todas partes, y me dedico al análisis, a la investigación de su pensamiento, para transmitirlo en mis clases, en mis conferencias”.
El doctor en Ciencias Filosóficas Alberto Velázquez López, profesor titular de la Universidad de Las Tunas, habla despacio, y denota la sabiduría de sus estudios filosóficos, dentro de los cuales, por supuesto, está Martí.
“Fue Fidel quien me dio el camino en aquellos momentos tan duros para el mundo socialista. El Líder cubano hablaba mucho de Martí, que resumía una época no solo para Cuba, y supe que en el Apóstol estaban las claves para comprender todo cuanto estaba pasando”.
En 1992, junto a la profesora Ada Berta Frómeta y otros docentes, crea la Cátedra Martiana de la Universidad Vladímir Ilich Lenin, de Las Tunas, y “a partir de entonces nos dedicamos a organizar eventos científicos estudiantiles en Cuba y el extranjero, a promover las investigaciones, la esencia del Programa Martiano y la aplicación de su ideario en las diferentes asignaturas de todas las enseñanzas”.
En 1999 su tesis de maestría se sustentaba en la aplicación del pensamiento político de José Martí en la enseñanza de la asignatura Teoría Sociopolítica, y en el 2001 defendió su tesis doctoral sobre los fundamentos filosóficos del pensamiento político del más universal de los cubanos.
“Lo más importante desde entonces es motivar a los estudiantes para que investiguen su obra. Ese ha sido y es el principal reto”.
El doctor Alberto es audaz e incisivo en sus investigaciones sobre el Maestro, y por ello han sido varios sus aportes. Fue el primer profesional que se atrevió a publicar acerca del papel de la ciencia en el pensamiento político del Héroe Nacional, su comunicación política, y ahora desarrolla una investigación sobre Martí y la psicología política.
“La obra de Martí es inagotable. En lo científico me permite dimensionar su pensamiento genial como líder político, como paradigma. En lo personal, me ha aportado muchos valores, y conocimientos sobre historia, arte, Filosofía, Antropología. Por él soy un mejor ser humano, porque me da un sentido de la vida, en momentos de tanta enajenación”.
Para Alberto es decisivo acercar más a los jóvenes a Martí, es una deuda que está ahí porque no es suficiente lo que se hace. Y en ello el Sistema Educacional cubano tiene que perfeccionar mucho ese objetivo, que va más allá de la Educación Política e Historia, hacia la educación cultural, más allá de contenidos repetitivos.
“Martí no solo puede ser recordado el 28 de enero y el 19 de mayo de cada año. Hay que evocarlo todos los días en medio de las más diversas circunstancias. Si enseñamos el humanismo desde la óptica martiana, sería más cercano a nosotros, más palpable”.
