Odelmis Fábrica de Vinos Bartle 1

Las Tunas.- No se pueden escribir las historias de la fábrica de vinos Bartle y de la Industria Alimentaria en la provincia sin referirse a la vida y la obra de Odelmis Méndez Polanco, y no exagero. En su trayectoria laboral hay suficientes argumentos que respaldan mi afirmación.

Por eso acepto, sin titubear, la propuesta de Caridad Agüero Martínez, directora general de la Empresa de Bebidas y Refrescos, cuando me sugiere entrevistar a Odelmis para homenajear el Día de los Trabajadores de la Industria Alimentaria, que celebran este 25 de enero.

Y cuando solicito a Méndez Polanco conversar sobre su desempeño, reitera enfática: "No hables de mí, habla de los trabajadores", y solo accede a contar su historia después de exaltar los valores compartidos por los 55 hombres y mujeres que bajo su certera guía hacen, como ella misma, de la ciencia y la innovación la brújula que los orienta.

Odelmis con su ejemplo personal ha fundado un colectivo cohesionado, muy capaz y con mucho sentido de pertenencia. "No hay fluctuación porque ellos se sienten motivados. Hemos construido una gran familia sobre las bases de buenas relaciones humanas, amistad, seriedad, responsabilidad y humanismo, que se expresa en la esmerada atención a ellos que protagonizan el hecho productivo".

DE LA ACADEMIA AL ESCENARIO LABORAL

En 1991, ya graduada de técnico de Nivel Medio en Química Industrial en el politécnico Mario Herrero Toscano, de la ciudad de Nuevitas en la provincia de Camagüey, entra por las amplias puertas de la fábrica, su primer y único centro laboral.

Empieza como química encargada del control de la calidad en el laboratorio, responsabilidad que asume durante casi una década. En el 2000 pasa a tecnóloga y estuvo 22 almanaques ejerciendo en ese puesto clave en una planta de este tipo.

En el 2022 la designan directora, un cargo al que nunca aspiró, pero sin proponérselo su desempeño cotidiano iba labrando el camino para el merecido ascenso. "Entonces, la fábrica era una unidad empresarial de base (UEB) adscripta a la Empresa de Bebidas y Refrescos de Camagüey", recuerda.

                      EL LABORATORIO

"En el 2007 me gradué en la Universidad de Las Tunas en la carrera de Ingeniería Agrónoma, aunque lo que realmente me atraía y deseaba era la Industrial"; pero pudo más el amor de madre, "tenía una niña pequeña y no podía viajar a las universidades de Holguín o de Camagüey en las cuales la impartían".

Las tantas pasiones que la animan encuentran caldo para el cultivo en el laboratorio, donde combina sus saberes sobre ciencias industriales y agronómicas. "Siempre me ha gustado ser partícipe de todo y he estado al frente de ese equipo, integrado por muy buenos especialistas y químicos, como en la parte de tecnología que son garantías del progreso y me apoyan mucho con sus innovadoras ideas".

En ese escenario se siente realizada a plenitud; "y las formulaciones de nuevos rones y vinos tienen en su composición una parte de sus sueños, de su sapiencia y de su afán investigativo, ese "bichito" que la saca de la oficina administrativa y la lleva hasta el pequeño recinto, en el que las ideas encuentran herramientas para florecer.

Es una innata innovadora y no cesa en su ahínco de superación. Se hizo maestra ronera, un título acuñado en el 2007 por la prestigiosa universidad central de Las Villas, Martha Abreu, y que coronó después de vencer varios cursos sobre esta especialidad.

                       LAS EMOCIONES…

Durante esos 34 años Odelmis ha actuado en un escenario colmado de adversidades que no han mellado su espíritu creativo, de incesantes búsquedas de alternativas y sigue haciéndolo con las mismas energías de los primeros tiempos.

Esas experiencias avalan la certeza de que: "La Industria Alimentaria puede hacer más en medio de las carencias de recursos, insumos…, y tenemos que responder a los reclamos de la economía del país y de la población". Ella y su colectivo lo demuestran en Bartle, ese poblado urbano del municipio de Las Tunas.

Por eso, a pesar de su responsabilidad actual, no ha dejado de mirar, entrar y hacer en el laboratorio escudriñando oportunidades con su perspicaz mirada. Odelmis sigue creciendo como profesional y cuadro, y como persona admirada y querida por sus compañeros de labor, lo que le proporciona sosiego y le abre las puertas a nuevos horizontes para que el sector y su unidad sigan aportando al desarrollo.

Se ha acercado a las tecnologías de rones que incluyen los procesos de añejamiento, fabricación…, y sigue pensando en la necesidad del aprendizaje constante. "Quisiera hacerme máster en ron, estoy dispuesta a estudiar a esta edad", dice, como si su espíritu creativo, sus energías y su entusiasmo no develaran que su capacidad y sus facultades se burlan del calendario. Así la ven sus subordinados, quienes honran sus virtudes con el esfuerzo de todos los días.

Odelmis tiene motivaciones que la impulsan. "Siempre, cuando salgo de la casa y llego a la fábrica, siento nuevas emociones. Todos los días me emociono más y de esos impulsos nacen nuevas ideas", reitera cuando se despide con esa sonrisa franca y sincera que la ha caracterizado constantemente, y que denota su humildad y sencillez.

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