Las Tunas.- Hoy y mañana se desarrolla en la provincia la jornada de poesía Gilberto E. Rodríguez, en el aniversario 115 del natalicio de quien es considerado el poeta más importante del siglo XX en Las Tunas.
Desde su apertura, en el parque Maceo, de la ciudad cabecera, el evento vuelve a ser esa cita que abraza conversatorios, recitales poéticos y otras iniciativas en honor a Montaraz (seudónimo del autor), destacando en la agenda la premiación de la beca de creación con su nombre.
La sala Caracol del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) acogerá, por ejemplo, el acercamiento al tópico “Los dos Francisco: Francisco Varona González y Francisco Muñoz Ruvalcaba”, de mano de Bienvenido de Ávila y Carlos Tamayo, así como “Conversando con Gilberto”, a cargo de Lesbia de la Fe y Antonio Gutiérrez.
En las lecturas de versos participan numerosos poetas de la localidad, lo que simbólicamente deviene bonito tributo al autor de Sementera, quien dominó varias formas estróficas. Asimismo se suman a las propuestas los trovadores Amaury del Río, Freddy Laffita, Iraida Williams y Richard Gómez, con actuaciones en el Patio del Bonsái, de la sede de la vanguardia artística tunera.
A pesar de que el programa solo consta de dos días, tiene entre sus fortalezas el hecho de llegar hasta otros municipios, además de Las Tunas, Majibacoa y "Colombia". En el caso del primero, en la casa del soneto Sor Juana Inés de la Cruz, del poblado de Omaja, Adalberto Hechavarría compartirá sus creaciones líricas en honor precisamente a quien también fue maestro en el tratamiento de la endecasílaba rima. Por su parte, la biblioteca Camilo Cienfuegos, del segundo territorio mencionado, acogerá a los escritores Carlos Esquivel y Luis Mariano Estrada, los que igualmente deleitarán con poemas de su autoría.
Gilberto E. Rodríguez (1908-1989) se graduó como periodista en el Colegio Nacional de Periodistas Márquez Sterling, publicó varios libros de poesía, entre los que figuran 25 poemas (1945), Sementera (La Habana, 1949), El libro de las cien décimas (edición póstuma, 1991), La hora sin pájaros (1997) y Canto redondo (2008). Fue Miembro de Honor del taller literario Cucalambé e integró las filas de la Uneac y publicó en diferentes revistas y periódicos.
En su ensayo Gilberto E. Rodríguez, el poeta del siglo XX en Las Tunas, Maritza Batista señala: “Se distingue su poesía por la elegancia de versos, hechos con un exquisito cuidado y toda rigurosidad, de manera que tener sus libros es disfrutar de una buena lectura, adquirir una cultura literaria y yo, como en otras ocasiones, insisto en su sonetario Migajas de luz”.
"Su poesía es permanencia y fidelidad a un ideal estético, desde el origen hasta las últimas circunstancias. El desnudar la realidad para vestirla con sueños y nuevas realidades es centro mágico de su creación. El lenguaje permeado por el romanticismo, se halla más acá, fundamentalmente junto a los brillos y esencias de la imagen posmodernista, el regusto por la palabra, búsqueda y novedad en las estructuras léxicas, construcciones iluminadas, la tropología tradicional con frescos aires de modernidad y elegancia", añade Antonio Gutiérrez en su libro Un poeta cerca del olvido (Sanlope, 2003).
Esta jornada de poesía tradicionalmente lo reverencia; sabemos el valor de quien expresó: “Siempre estaré / donde la primavera diga su palabra florida (…) Allí donde la patria sea un alero / abierto para el nido de la paloma popular”.
