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La provincia cerró el 2024 con una tasa de mortalidad infantil de 6,3 por cada mil nacidos vivos y la fortaleza de un manejo más consensuado y multidisciplinario

Las Tunas.- Una llamada telefónica cambió el curso de los acontecimientos para un equipo de médicos tuneros. La gravedad de la gestante de 31,3 semanas del policlínico con servicios de hospitalización Luis Aldana Palomino, en el municipio de Amancio, activó la Comisión Provincial de la Materna Extremadamente Grave del Hospital General Docente Doctor Ernesto Guevara de la Serna. Era el sábado 2 de noviembre y asediaba el huracán Rafael.

Después de las 2:00 de la tarde, la paciente presentó un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda con necesidad de permeabilizar la vía aérea y ventilarla. El equipo de expertos mantuvo comunicación estrecha para asesorar la realización de estos procederes y estuvo allí en el menor tiempo posible.

La condición de salud de la madre empeoraba y el peligro para la vida del bebé sumaba riesgos y angustias. Después de consultar a profesores e intensivistas vinculados a la Comisión Nacional de la Materna Crítica, del Ministerio de Salud Pública, se crearon las condiciones necesarias para traer el niño al mundo.

Fueron minutos de estrés entre las paredes de verde, pero la maniobra resultó. El equipo de Neonatología reanimó al pequeño y lo llevó al "Guevara"; el resto pasó la madrugada estabilizando a la mamá. En la mañana retornaron a la ciudad capital en la ambulancia de apoyo vital avanzado, y tras varios días de desvelos, tensiones y mucha faena mancomunada, ambos regresaron a su hogar.

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OBRA COLECTIVA

Durante el 2024, esa no fue la única incursión que inclinó la balanza a favor de la vida en suelo tunero, ni ese team de especialistas los responsables exclusivos de 12 meses que cerraron marcados por el quehacer superior en el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI).

La doctora Viviana Gutiérrez Rodríguez, directora general de Salud, comparte con 26 el reconocimiento para las filas de "batas blancas", pues en medio de un año de tensiones económicas, escasez de recursos e insumos vitales, desconexiones energéticas, eventos climatológicos..., el personal sanitario estuvo a la altura de las demandas y los resultados hablan por ellos.

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"La provincia concretó un trabajo profundo con todos sus especialistas, tanto en la Atención Primaria como en la Secundaria de Salud, que posibilitó indicadores meritorios en materia de cuidados" -asegura la directiva.directora general de salud foto Tomada de facebook

"Al cierre de diciembre, en Las Tunas ocurrieron tres mil 642 nacimientos, mil 74 menos que en el año precedente, y se alcanza una tasa de mortalidad infantil de 6,3 por cada mil nacidos vivos, cifra por debajo de la media nacional e inferior al calendario anterior. Ese hecho último no es casual, se debe a la labor cohesionada que impulsamos en el territorio.

"La Atención Primaria, con el accionar del médico y la enfermera de la familia, ha sido el principal protagonista y ello obedece al aseguramiento de las prestaciones, la cobertura de todos los consultorios, ya sea con doctor propio o utilizando variantes como incentivos salariales o con personal de Enfermería al frente de estos escenarios vitales".

Gutiérrez Rodríguez aclara que, como estrategia, la nueva reorganización de los consultorios y el perfeccionamiento del programa permitieron establecer un seguimiento más eficaz a gestantes y niños.

"Los hogares maternos se sumaron al empeño y le hicieron frente a cuestiones estructurales y subjetivas para la transformación de riesgos obstétricos. Destaca el control de la hipertensión arterial y el diagnóstico y tratamiento del síndrome de flujo vaginal y de las infecciones urinarias, aspectos que constituyen las causas fundamentales de la morbimortalidad materno infantil.

"No es raro que la tasa de mortalidad materna de la provincia se mantuviera en cero al cerrar el año. Elemento en el que también destacan la Atención Secundaria y la integración entre las especialidades.

"Cuando llega una materna grave al hospital Guevara hay toda una movilización y un respaldo en el servicio de Urgencias que garantiza el manejo integral. En este proceso no solo despuntan la Terapia Intensiva y la Ginecobstetricia, comparten el aval otras disciplinas como Radiología y Laboratorio Clínico.

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"Asimismo, el Sistema Integrado de Urgencias Médicas (SIUM) jugó un rol importante por la prontitud con la que trasladaron a embarazadas y bebés, lo que facilitó la atención oportuna. A pesar de tener un parque deprimido, estos compañeros preparados, técnica y profesionalmente, dieron los primeros auxilios y cuidados" -subraya.

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Mientras, ocurrió un arduo proceso de revitalización de inmuebles, a pesar de las carencias. Se trabajó en hogares maternos, sitios como la sala de Neonatología del "Guevara", en los salones de partos, y el hospital Guillermo Domínguez, de Puerto Padre, optimizó el salón quirúrgico, donde atienden también a las gestantes.

De igual modo, se colocaron recursos y fuerza de trabajo en las maternidades de todos los hospitales municipales que tienen servicio de hospitalización, como el de "Amancio" y la Villa Azul. Y honraron el plan de reparación y mantenimiento previsto, incluyendo los consultorios.

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CALENDARIO ADENTRO

En medio de la sala de Neonatología de la mayor institución de Salud del Balcón de Oriente, la licenciada Yoania Reyes, máster en Atención Integral del Recién Nacido, conversa con 26 sin quitar la mirada del monitor que devela los signos de vida de un infante en estado crítico. "Este es un servicio que demanda mucho amor, y nuestra fortaleza es un equipo de trabajo comprometido que siente y se ocupa de los cambios de cada uno de los pequeños cuerpecitos dentro de las máquinas" -remarca.licenciada Yoania Reyes máster en Atención Integral del Recién Nacido

"En el año recién concluido vivimos muchas experiencias al límite, y para beneplácito nuestro el mayor porciento de los niños fue a sus hogares. Aquí no olvidamos ni un caso, los que llegan con depresión respiratoria por partos demorados u otras complicaciones asociadas a placentas previas, hipertensión arterial...

"Actualmente la sala está casi llena, aunque siempre hay espacio para uno más. Tenemos alrededor de 20 en las incubadoras y siete de ellos presentan un diagnóstico crítico. El ritmo siempre es ajetreado, pero no se escatiman esfuerzos ni horarios para salvarlos".

Yoandra Gutiérrez, jefa del Grupo Provincial de Enfermería en la especialidad de Neonatología y Pediatría, habla con orgullo de los frutos que ha arrojado el intercambio con el grupo de expertos que todas las mañanas valoran a cada infante, de cualquier grado de gravedad, y de esta observación consensuada se adopta la conducta por seguir de manera individual.

"El 2024 fue arduo, de gran preparación. Tuvimos muchos casos complejos, pretérminos de hasta 28 semanas, recién nacidos con menos de mil gramos de peso, y la mayoría ya están con su familia. Nuestro servicio es de referencia a nivel nacional y todos nos enfrascamos para que siga así".Yoandra Gutiérrez jefa del Grupo Provincial de Enfermería en la especialidad de Neonatología y Pediatría 2

En el entramado de salones abundan las historias más notorias que marcaron el pasado calendario, y se enrumban hacia los indicadores que detallan la realidad tunera. Así, la Terapia Intensiva Neonatal, con una supervivencia del 98,9 por ciento, revela un gran sentido de pertenencia. Resulta encomiable, además, que este servicio del hospital pediátrico Mártires de Las Tunas exhiba una tasa de mortalidad infantil de cero en el menor de 1 año.

Al decir de la máxima representante del sector en la provincia, la Pediatría ha marcado la diferencia en el PAMI. Sus profesionales capacitaron a los médicos de la familia en las principales enfermedades y morbilidades de los lactantes, lo que favoreció el abordaje más seguro de las complicaciones pediátricas.

Mientras, el manejo del embarazo en la adolescencia finalmente demuestra que el accionar multisectorial puede controlar un importante problema de salud con secuelas poderosas para madres y bebés.

"Hace unos meses atrás teníamos la tasa más alta de embarazo adolescente en Cuba, y aunque no estamos satisfechos, se logra una reducción de 168 embarazos menos en comparación con el 2023. Esto no significa que erradicamos el fenómeno, pero lo hemos redimensionado y le concedemos total prioridad. No queremos que las niñas sigan llegando a las terapias intensivas ni arruinen sus planes de futuro" -puntualiza Gutiérrez Rodríguez.

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FALTA MUCHO POR CONQUISTAR

"El bajo peso al nacer es el indicador más negativo en el territorio. Posee causas multifactoriales y el embarazo en la adolescencia, justamente, ha sido un catalizador para que se desencadenara en el 2024.

"Han incidido otras condicionantes como la hipertensión arterial, los malos hábitos y estilos de vida que provocan en las gestantes problemas nutricionales, ya sea por exceso o por defecto.

"En el actual año nuestro propósito es organizar la estrategia del bajo peso al nacer desde los hogares maternos, para que estos se conviertan en transformadores de esa realidad, incidiendo en puntos claves. En varios casos hubo que intervenir el embarazo antes de término por afecciones de la madre como la hipertensión arterial e infecciones urinarias" -detalla la directiva.

Entre las aristas por fortalecer enumera la preparación de profesionales en el tratamiento de las principales causas de morbilidad materno infantil y la capacitación de la Atención Primaria y Secundaria en los manejos de las urgencias.

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Sin dudas, el almanaque despedido cierra aquí con mejores indicadores que su antecesor. Aun así, las estadísticas no significan que el sector esté exento de dificultades o que el manejo del PAMI haya sido perfecto. Los números en la tasa de mortalidad, por pequeños que sean, conllevan el dolor por los que no lo lograron. Cuidar la vida es, además, una responsabilidad personal y debe tener el mayor respaldo en el hogar, en la red de apoyo para que el bebé y su mamá estén bien.

Falta mucho por conquistar todavía, los valientes de batas blancas lo saben. Pero llevan bajo el uniforme el compromiso que se traduce desde la sensibilidad para proteger, a toda costa, el regocijo de festejar en familia un nuevo alumbramiento.

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