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Las Tunas.- Sabíamos que ocurriría, quizás imaginamos que demoraría un poco, pero en enero la transmisión del nuevo coronavirus volvió a subir en esta provincia del oriente cubano, marcando así el segundo brote desde que la pandemia de la Covid-19 llegó a Las Tunas en marzo del 2020. Sin embargo, antes de que concluyera el mes los números mejoraron, ¿por qué?

SUBIERON… Y BAJARON

No sorprende el repunte de la enfermedad en los inicios del 2022, pues, tal cual anticiparon los expertos, es la consecuencia de la flexibilización de los contactos con visitantes o viajeros desde el exterior y la vuelta de la movilidad hacia el interior de la nación. Si a esto se le agrega la llegada de una variante del SARS-CoV-2 mucho más contagiosa como ómicron y la caída de la percepción de riesgo, que lleva al descuido y la transgresión de las pautas de bioseguridad, entonces tendremos todos los ingredientes para el rebrote. 

Enero elevó su cantidad de casos en un 35 por ciento respecto a diciembre del pasado año, colocándose como el cuarto mes con más diagnosticados entre sus similares, solo superado por septiembre, agosto y octubre del 2021; al punto de que este territorio terminó con la segunda tasa de incidencia más alta del país, únicamente inferior a la del municipio especial de Isla de la Juventud. En lo concerniente a los positivos importados fue el tercero, solo por detrás de mayo del 2021 (101) y junio del propio año (60). Empero hacia su interior es posible notar que, si bien en sus dos primeros tercios la cantidad de casos fue hacia arriba, eso comenzó a cambiar claramente en su tramo final.

Tanto es así que finalmente los epidemiólogos se permitieron hablar del arribo a la llamada "meseta", a las puertas de un eventual descenso en los días por venir. Además, ni siquiera en su peor lapso, que ubicaríamos entre los días 17 y 26, se alcanzaron en suelo tunero las cifras de pacientes activos diarios registradas, por ejemplo, en agosto, cuando llegó a ser más de mil 700.

Cifras comparativamente bajas de activos son alentadoras, incluso, teniendo en cuenta a quienes ante síntomas respiratorios leves no acudieron a los cuerpos de Guardia en enero y que quizás hayan enfermado de Covid-19, pero no engrosaron las estadísticas, algo admitido por el propio ministro de Salud Pública. Remarquemos que los altos porcentajes de vacunación de la ciudadanía, por encima del 91 por ciento, proveen de una protección extra que no teníamos en las jornadas oscuras de agosto y septiembre del calendario anterior. Por ende, disminuyó la presión sobre el Sistema de Salud.

En enero, aproximadamente el 19 por ciento de los pacientes positivos en Las Tunas fueron menores de 18 años de edad y el 13 por ciento pasó de las seis décadas de vida. Primaron, igualmente, las amas de casa, jubilados y menores de 2 años, junto a trabajadores de los sectores de Salud y Educación. Dichas cifras grafican el peligro al que están expuestos, sobre todo, los infantes que no han rebasado los dos calendarios de existencia, porque son un grupo poblacional aún sin vacunar y con un sistema inmunológico poco entrenado en la lucha contra los gérmenes del ambiente. Similar vulnerabilidad la tienen los adultos mayores, pero por encontrarse en una etapa en la cual decaen las defensas.   

De hecho, el 30 de enero, del total de pacientes activos existentes en la provincia (636) el 98 por ciento eran menores de 18 años; y la única persona fallecida certificada por Covid-19 en Las Tunas el mes pasado tenía más de 70 años de edad, y comorbilidades muy comunes en los adultos mayores, como lo son la hipertensión arterial y la cardiopatía isquémica; en su caso agravadas por el asma bronquial y un estado de postración por artrosis generalizada.

Estudiantes 2 LasTunas2022ReyACTUAR DISTINTO

"Estamos ante una situación distinta", sostuvo el doctor Aldo Cortés González, subdirector del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología; en la cual, dijo, la autorresponsabilidad es primordial. El alto porcentaje de vacunación, explicó, aconseja que los positivos o sospechosos asintomáticos puedan quedarse en sus hogares. Los medios diagnósticos, subrayó, se priorizan para los pacientes de riesgo. Enfatizó que es el médico de familia quien determina qué paciente requiere test de antígenos y cuál debe ir ingresado en un centro de Salud. Los contactos deben protegerse y ser responsables, y no necesariamente han de aislarse si cumplen con las medidas sanitarias, aclaró.

La fortaleza de las vacunas cubanas está demostrada, pues, expresó Cortés González, frenaron la pandemia en Las Tunas, justamente cuando predominaban variantes muy peligrosas como beta y delta. Ahora parecen haber hecho lo mismo, pues la transmisión comenzó a bajar cuando más avanzó por la geografía tunera la aplicación de la dosis de refuerzo. Si al comienzo del mes esa dosis apenas alcanzaba a 20 mil personas, casi todos trabajadores de Salud; a punto de empezar febrero ya rozaba las 200 mil.

Habríamos pasado a una etapa de evidente giro en el modo de lidiar con la Covid-19. Ahora, la reacción inmediata ante la aparición de un caso positivo no es el cierre súbito de servicios, instituciones o unidades productivas.

En el Sistema Educacional, por ejemplo, el aislamiento de trabajadores o estudiantes positivos o sospechosos no lleva a la cuarentena del resto de los integrantes del aula en la cual se desempeñan. La pesquisa nominal activa es el instrumento fundamental de evaluación del riesgo en las instituciones, expresó hace poco Magloiris Turruelles, jefa del Departamento de Actividades Educativas Especializadas de la Dirección Provincial de Educación.

En el ámbito laboral no parece que regresarán los días de las protecciones salariales masivas que vimos durante 2020 y 2021. Se mantiene la acreditación de certificados médicos a quienes enfermen. Arcelio López Torres, subdirector provincial de Trabajo y Seguridad Social, acotó que está vigente desde diciembre pasado el Decreto Ley 56 del Ministerio de Trabajo, el cual establece que "las madres que se ausentan al trabajo, cuyo hijo de hasta 17 años se encuentra enfermo, tienen derecho a recibir una prestación monetaria, previa presentación del certificado médico del menor".

En semejantes condiciones adquiere una relevancia mayor la capacidad de personas y directivos para tomar las decisiones correctas que, respetando las pautas de bioseguridad indicadas, eludan los extremos de decretar cierres de inmuebles e, incluso, poblados rurales completos, como ocurrió en enero. Por todas las vías posibles, las autoridades del Gobierno y los especialistas de Salud enfatizan que de tal lucidez y autocuidado dependerá que vayamos de esta especie de "paridad estratégica" en la que nos encontramos a un control absoluto e irreversible del nuevo coronavirus.

enero 2022 las tunas covid19

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