Las Tunas.- Jóvenes artistas también quieren formar parte de los procesos que involucran las decisiones como país y, por eso, este 26 de marzo, más allá de una consigna o algo mecánico, se saben partícipes de un hecho que puede aportar transformaciones desde la mirada de nuevos artífices populares.
Ana Margarita Arada Clavería, presidenta de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en la provincia, expresó a 26: “Cuando votamos ejercemos un derecho y, que seamos conscientes de ello, es importante. La participación del pueblo es algo que caracteriza esta acción desde su génesis e implica el compromiso primero de nominar y, luego, de elegir a quienes nos representan.
“Además, es notable la cantidad de jóvenes propuestos, incluso, varios son miembros de nuestra organización, lo que significa no solo un reconocimiento a su valía, sino la posibilidad de aportar ideas desde la novel vanguardia de la intelectualidad cubana, desde un análisis profundo y una matriz cultural que permita trazar un futuro mejor como país”.
El puertopadrense Samuel Martell, con el lirismo que lo caracteriza como poeta, intérprete de música campesina y cubana, en general, comenta: “Se trata de un proceso democrático donde el pueblo tiene poder. Como artista, siempre me he enfocado en crecer y utilizar el arte para curar el alma; a pesar de las vicisitudes, he dejado mi corazón en el escenario.
“Quiero formar parte de un mundo donde uno de sus objetivos fundamentales sea lograr la fraternidad y el respeto. Varias generaciones hemos coloreado sueños, por ejemplo, en casas de niños sin amparo familiar o casas de abuelos; hemos cantado a los símbolos y atributos patrios; honramos con versos al campesino durante la Jornada Cucalambeana y en otros espacios...
“Sin embargo, las redes sociales han separado los caminos en bandos sin sentido, pero nosotros como artistas llegamos a todos, con la certeza de que un corazón limpio y transparente produce milagros”.
El instructor de arte Yuris Eduardo Bueno Yero, líder del grupo D´Ceos Teatro, quien ha impulsado en la ciudad cabecera su pasión por las estatuas vivientes y posee, entre otros reconocimientos, la Condecoración Abel Santamaría Cuadrado, señala: “Elegir, desde el barrio, a esas personas que nos representan es una manera de luchar por una Cuba mejor. Ellos saben de nuestras preocupaciones y es bueno contar con su apoyo para solucionar problemáticas que nos afectan a todos, desde la base.
“Nosotros, desde nuestra trinchera que es el arte, damos lo mejor para aportar nuestro granito de arena a una sociedad mejor. Ahora elegimos a los mejores y más capaces, en espera de que cumplan sabiamente con su misión. Nuestro voto importa”.
