Las Tunas.- Borges dijo una vez: "El paraíso debiera ser algún tipo de biblioteca, quizás como ese lugar que se vislumbra a cada rato en esta vida". Durante la celebración del quincuagésimo aniversario del taller literario Cucalambé, este 30 de mayo, Yury García Fatela, líder actual de esa "escuela de letras", recuerda las palabras del iluminado argentino. Y es que no es tarea sencilla mantener durante medio siglo esa cantera de autores que hoy ostentan un prestigio nacional e internacional.
PINCELADAS DE HISTORIA
Rodolfo Mariño Osorio, en su investigación Aporte a la identidad sociocultural tunera en la obra del taller literario Cucalambé (publicada en la Revista Caribeña de Ciencias Sociales, en agosto, del 2018), refiere que el 30 de mayo de 1986 el taller fue declarado Institución Cultural, en el museo Mayor General Vicente García, con escritores y directivos de Cultura presentes.
Según el estudioso, algunos de los aportes del colectivo al desarrollo cultural de la localidad han sido el reflejar en los textos nuestra identidad e historia, el ambiente social y viviencias locales; la vocación por la investigación histórica y ensayística de algunos integrantes; el nacimiento de frutos poéticos y narrativos de valía que han dado lugar a no pocas publicaciones; el soporte axiológico y espiritual que emana de las obras y la latente cubanía.
El grupo se nutrió del legado de tertulias que se hacían aquí en el siglo XIX, donde participaba -por ejemplo- Tomasa Varona; de huellas del Patronato Proarte y referentes como Máquina de escribir, de cuyos hacedores queda constancia un boletín atesorado en la biblioteca provincial José Martí.
Carlos Tamayo, uno de los fundadores, recuerda que el boletín Hórmigo (Órgano de los Talleres Literarios de la Dirección de Actividades del Consejo Nacional de Cultura, Territorio Tunas) -llamado así en homenaje al primer periódico que hubo en estos predios (El Hórmigo, nacido en 1859)- desde 1973 publicó obras de integrantes del taller y de literatura universal, además de editoriales y secciones de efemérides y noticias. Y destaca el papel de alumnos del preuniversitario Luis Urquiza en el embrión de la publicación.
Por su parte, la escritora Lesbia de la Fe señala que "los miembros del taller se vinculaban en toda la vida cultural de la ciudad: peñas, exposiciones, tertulias... Era admirable el sentido de pertenencia y la fidelidad de personas como Antonio Gutiérrez, quien estuvo al frente del colectivo durante tres lustros, sin cobrar un centavo. Hacíamos lecturas en centros laborales. Nos preocupábamos por la promoción. Y, cuando comenzó una guerra silenciosa contra los talleres literarios en el país, Las Tunas nunca lanzó un dardo".
Asimismo, Antonio Gutiérrez rememora: "Carlos Tamayo le puso nombre al taller, que acogió a Eduardo Martín, Adalberto Ponce de León y Gilberto E. Rodríguez (Poeta Mayor del siglo XX en Las Tunas), este último Miembro de Honor, entre otros. En aquellos años, a pesar de las carencias materiales, se hacían varias actividades e intercambios con creadores de otras provincias".
LA ACTUALIDAD
Para celebrar las bodas de oro de este colectivo se reunieron en la casa de la cultura Tomasa Varona esos fundadores, junto a anteriores y actuales miembros. Allí compartieron anécdotas, socializaron textos y ratificaron el deseo de defender el legado, en una tierra prolífera en cuanto a literatura.
Vivir por las letras, superarse y aprender de los libros son premisas de artífices como Yury García Fatela, quienes están conscientes del papel de los talleres literarios para alentar y perfeccionar las producciones literarias. "Es el taller más antiguo del Balcón de Oriente y uno de los que durante mayor tiempo ha funcionado en el país. Además, ha formado a la mayoría de los principales escritores de nuestra provincia, esos con premios y títulos publicados como Guillermo Vidal, Antonio Borrego, Lucy Maestre, Ramiro Duarte y Aleido Rodríguez", dice él.
La actual hornada se compone mayormente de jóvenes, que se reúnen los jueves, a las 2:00 pm, en la Plaza Martiana o en la Casa del Joven Creador. "Tratamos de ir más allá de la revisión de textos, superándonos con ayuda de egresados del centro de formación literaria Onelio Jorge Cardoso. Nos esforzamos por seguir siendo referencia en la manifestación. Que el mundo sepa que hay arte y espíritu; todo no es morbo y mediocridad", añade Fatela.