hoy4Las Tunas.- A pesar de la llovizna y los presagios de mal tiempo, la presentación del libro Haydée Santamaría. Hay que defender la vida, califica ya como uno de los espacios más emotivos de la edición 58 de la Jornada Cucalambeana, Fiesta del Campesinado Cubano, a propósito del centenario de la heroína del Moncada y de su huella en suelo tunero donde aún se le rememora.

La presentación del ejemplar, por especialistas y editores del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas, acercó las vivencias de Yeyé, develó cuestiones poco conocidas y sobre todo sirvió de pretexto para hablar de la muchacha sencilla que llegó a "Amancio Rodríguez", junto a Armando Hart, su esposo, y lo bautizó como “Macondo”.

Al decir de sus presentadores el libro juega con vivencias y subjetividades, tiene alrededor de 600 páginas, producto de un largo y exhaustivo proceso de investigación, y también de una edición rigurosa. Para su compilación hubo que contrastar información, triangular, realizar entrevistas y aun así Haydée trasciende el relato.hoy3

Detrás de una portada discreta emana la mujer de mucho temperamento y rostro severo, pero dulce en los adentros. Se narra su llegada a “Amancio” para apoyar la zafra de 1970, y como junto a su secretaria Graciela Rodríguez (Chela) se dedicó a realizar obras sociales en escuelas, casas de campesinos, a conocer con profundidad las necesidades de aquella gente de mirada noble que la acogieron con cariño.

Allí está recogido su empeño de poner en funcionamiento una atelier, para el que hizo traer las máquinas desde La Habana y en poco tiempo muchas mujeres encontraron empleo de costureras. Y de cómo mientras el esposo recorría los extensos cañaverales y ultimaba detalles dentro del coloso, ella se reunía con las madres de los mártires del territorio y a cada una le socorrió como pudo.

Sus editores ahondaron de más significativo de la huella de Yeyé por el sur de Las Tunas su labor desplegada en la entrega de bienes y viviendas que antes pertenecían a familias ricas que emigraron a Estados Unidos tras el triunfo revolucionario.

Caridad Tamayo Fernández, editora, crítica e investigadora del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas asegura que faltan muchos más materiales que registrar todavía, pues el acercamiento a la heroína se acompaña de una búsqueda incesante.

Abordó, además, la creación de La Casa de las Américas y el espíritu y la fuerza que tenía Haydée, por lo cual la designaron para tamaña empresa. “Tenía una mirada de artista impresionante”, comentó.
La presentación, seguida de remembranzas y evocaciones forma parte de la fiesta de tradiciones que se desarrolla en la provincia del 28 de junio al 2 de julio, dedicada, además, al cumpleaños 194 de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), mayor poeta bucólico del siglo XIX en Cuba; al poeta y artista de la plástica Renael González Batista, y al aniversario 45 del Sistema Provincial de Casas de Cultura.

 

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