Las Tunas.- "Me sorprendí, realmente no esperaba la Distinción Por la Cultura Nacional", entregada recientemente. Así inició el diálogo el maestro Ramón Carlos Leyva, director de la orquesta de guitarras Isaac Nicola y del grupo de rock Olimpo. Él ha dejado su huella en varias generaciones de estudiantes de la escuela profesional de arte (EPA) El Cucalambé. Su exigencia le precede y de ahí -en gran medida- los resultados.
Cuenta que desde temprana edad, le "hechizaba" el edificio donde está enclavada la EPA. "Hasta cargué ladrillos para la construcción de esa escuela. Recuerdo que, a finales de los '80, estaba en octavo grado. Escolaridad y artes plásticas se impartían donde ahora está la filial del Fondo Cubano de Bienes Culturales, y música la dábamos detrás del teatro Tunas, donde se halla hoy el Centro Provincial de Cine. Los alumnos ayudábamos cargando ladrillos, arena... Así, el primer año de la escuela de arte fue mi noveno grado también".
Ramón estudió el Nivel Medio en Camagüey, pero -al graduarse- no había plazas en la EPA para trabajar como profesor. "Aquello me dolió mucho -recalca. Me ubicaron de concertista en 1993. Solo estuve un mes trabajando, pues me llegó el Servicio Militar. Luego de cumplir esa faena, estuve de visita en la casa de Amira Moreno, quien era subdirectora de Música de la EPA. Me propuso trabajar en la escuela y acepté. En 1995 comencé allí y ya llevo 29 años vinculado con la docencia. También continué estudios de guitarra en el Instituto Superior de Arte (ISA)".
Confiesa que le gusta enseñar y sus infinidades de estudiantes suelen atestiguarlo. Tanto es así que le dijo por aquel entonces a Nurys Cantallops, directora de la EPA: "Hay que abrir Nivel Medio aquí". Así, "en el 2000, se abrió en Las Tunas este nivel para Guitarra y Tres, y un total de 10 estudiantes. Sin embargo, fuimos creciendo y hubo un momento en el que llegamos a tener el mayor Nivel Medio de Guitarra del país, con alumnos de diferentes provincias".
Durante seis o siete años también se desempeñó como profesor de la filial del ISA de Camagüey. "He tenido estudiantes muy buenos como Josué Rodríguez Fonseca, quien ganó el Concurso Nacional de Guitarra Isaac Nicola. Me gusta que mis alumnos logren cosas, soy exigente, pero me llevo bien con ellos".
Ramón goza de un prestigio como guitarrista concertista y ha llevado obras del repertorio clásico a la guitarra eléctrica, algo que lo singulariza en Cuba. Recientemente, incluso, compartió su experiencia en México, en el tercer Ciclo Internacional de Guitarra y parte de lo presentado allá fue con esta última forma de interpretar. También conformó allí una orquesta de guitarras en la ciudad de Hermosillo y dejó obras montadas. Añade que, en esas retroalimentaciones, ha podido constatar el alto nivel de la Enseñanza Artística Cubana.
Otro de sus orgullos es la orquesta de guitarras Isaac Nicola, que ya tiene 25 años y cuya excelencia ha sido reconocida por grandes figuras del pentagrama como el maestro Jesús Ortega. "Su nacimiento fue idea de Amira Moreno, lamentablemente fallecida. Iniciamos con un colectivo de niños que se presentaban en la Jornada Cucalambeana", apunta. Ya en el 2000 estaban dadas las condiciones para fortalecer la cofradía, pero se necesitaba un director. Así que el maestro Luis Aguirre le propone asumir la batuta. Y desde entonces está allí. Hoy acumula vivencias hermosas, pero destaca haber tocado un concierto en el 2003 para Leo Brouwer, quien se emocionó sobremanera.
Por otro lado, Ramón lleva 28 primaveras al frente del grupo Olimpo y, aunque pueda resultar paradójico, él aclara que no es así, que "en el rock la guitarra es un instrumento primordial. Me gusta hacer las cosas bien, si no, no hago nada".
Así se cumplió el vaticinio que alguien le hiciera a su mamá (Mireya Pérez), estando embarazada: "Ese que viene en la barriga va a ser músico". Pero él no se conforma. "Yo, como dice el maestro Eduardo Martín, soy un incesante buscador. Siempre estoy explorando cosas nuevas, sin detenerme", concluyó.
