Las Tunas.- Con sombrero, guayabera y la alegría de saberse necesario, el Guateque Mayor de Cuba volvió a convocar a poetas, músicos, artistas de la plástica, artesanos y otros creadores desde el 28 de junio hasta el 2 de julio, en honor al 195 aniversario de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé).
Varios amigos nos acompañaron, asiduos visitantes como Emiliano Sardiñas, Luis Paz (Papillo), Antonio Iznaga (El Jilguerito), María Victoria Rodríguez, Marisol Guillama, el fotógrafo alemán Hans Urlich Meller..., y otros no menos notorios como integrantes del Club del Poste, la musicóloga Sonia Margarita Pérez Cassola (Premio Cubadisco 2024), ganadores del Concurso Cucalambé, y hasta el ministro de Cultura, Alpidio Alonso.
El colorido matizó el inicio del jolgorio, con un desfile desde el Consejo Provincial de las Artes Plásticas hasta la Plaza Martiana, acompañados por el titular del sector, las máximas autoridades de la provincia y diversos artistas.
Luego del acto de apertura, en la plaza que honra al Apóstol, se inauguraron varias exposiciones que vislumbraron multiplicidad de técnicas y estilos. Especialmente, destacó el Salón de Paisaje y Décima Ilustrada, donde en la primera modalidad venció Pedro Jesús Ávila, quien dio vida a Paisaje con palma, mientras en la segunda categoría resultaron laureados el decimista Maikel Delgado y el ilustrador Ángel López, autores de la obra Al amparo de la sombra. Asimismo, la artesanía tuvo su salón en la galería Fayad Jamís, resultando vencedor el camagüeyano Iván Castillo con Fantasía tropical. También la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA) exhibió una gran muestra y estos creadores mantuvieron su acostumbrada feria en El Cornito.
El Recital de Mujeres Decimistas demostró la solidez de la espinela hecha por féminas. Y el Coloquio Diversidad, Esencia y Identidad, por su parte, propició un acercamiento a tópicos importantes, con énfasis en la necesidad de conservar el patrimonio inmaterial, así como las sabias alianzas y la promoción.
El Catauro de la Décima nuevamente se reafirmó como uno de los espacios sustanciosos de la festividad, con prestigiosos invitados y una atinada concepción. En Las Ruinas de El Cornito, donde ocurrieron sus dos primeros capítulos, se dieron a conocer los resultados de los concursos nacionales Cucalambé y Canto Alrededor del Punto (de glosas), que correspondieron al holguinero Ronel González y la camagüeyana Rosabel Pi, en ese orden.
El hijo de la Ciudad de los Parques venció en la lid por tercera ocasión, y esta vez lo hizo con Resurrección de la máscara, mientras la hija de la Ciudad de los Tinajones conquistó el cetro con Última solicitud de matrimonio a soledad. En cambio, el tercer Catauro..., sucedido en el Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), llegó con la buena nueva del premio del certamen Décima de Cordel, que correspondió al tunero Luis Mariano Estrada (Lewis), por Incertidumbre.
Igualmente, los niños se destacaron en el área Cantos de Colibrí y otros espacios, alentados por varios proyectos infantiles. Asimismo, las galas realizadas mostraron una hermosa factura, lo que responde a una acertada dirección artística. Precisamente, en una de estas citas se eligió a la Flor de Birama, que resultó Yaila Suyén Ojeda, mientras el pétalo fue Deleny Piñeiro.
Debutó en el guateque el espacio Son de El Cucalambé, con protagonismo de jóvenes instrumentistas emanados de la Enseñanza Artística, y el famoso Club del Poste, de Villa Clara, por primera vez nos visitó con su décima humorística.
En el Concurso de Repentismo Justo Vega, que tuvo contendientes de varias provincias (incluida una mujer), se alzó como ganador el joven mayabequense Brayan Alejandro Iglesias Fernández, también Premio de la Popularidad.
Por supuesto, no faltó la entrega de condecoraciones a quienes día a día, desde múltiples escenarios, defienden nuestra identidad y, por ello, se otorgaron a varias figuras la Placa por el aniversario 195 del natalicio de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), así como las distinciones Raúl Gómez García y Por la Cultura Nacional. Esta última la merecieron, por ejemplo, Marina Lourdes Jacobo, Ramón Batista, Verónica Hinojosa, Guillermo Castillo Ramírez y Rolando Portillo, todas personalidades imprescindibles.
Además, se mantuvieron el Bohío Campesino y el área de juegos campesinos, no faltaron tampoco conferencias y audiovisuales, y la callé Cucalambé volvió a festejar el cumpleaños del bardo que le da nombre. Pero, ¿todo fue color rosa?
NECESARIA INSTROSPECCIÓN
Aunque la Fiesta Suprema del Campesinado Cubano tuvo un programa variado y numerosos espacios valiosos, la participación del pueblo en la mayoría fue insuficiente. En el Catauro..., por ejemplo, eran prácticamente artistas. Además, algunas actividades se atrasaron, lo que atenta contra lo diseñado y el que confluyan propuestas notorias también limita la participación. Especialmente en El Cornito, dolía la ausencia de la población, máxime cuando un evento de este tipo implica meses de preparación, inversión, recursos y esfuerzo.
A pesar de que este medio de prensa, hace alrededor de un mes, advertía sobre cuestiones que reinciden consecutivamente en el jolgorio como los escasos alimentos y los altos precios, este año no fue la excepción. Hubo algunas opciones, pero aún no satisfacen ni medianamente la demanda.
Otra cosa, los acondicionamientos a El Cornito no deben dejarse para último momento. Por esos días, se podía notar el asfaltín aún reciente en el camino que lleva a esos predios y la pintura fresca de mesas cercanas al patio central. Por supuesto, nos sigue doliendo ver las cabañas del lugar en franco deterioro.
"En los últimos años, he tenido una sensación de alegría y, al mismo tiempo, de tristeza. Alegría porque siempre nos encontramos con gente que ama lo mismo que uno. Tristeza por ver a El Cornito tan abandonado. Las verdaderas 'ruinas' parecen las cabañas, en otro tiempo hermosas", confesó Emiliano a 26.
Tanto el Poeta de la Mochila como Luis Paz y Juan Carlos García Guridi, voces conocedoras del arte de la improvisación, coincidieron en que este año el nivel del Concurso Justo Vega bajó considerablemente, lo que viene siendo tendencia en los últimos calendarios. Ahora hubo -incluso- errores técnicos, lo que podría evitarse si previamente se consultara a especialistas como ellos sobre posibles participantes en la lid, lo que además podría motivarlos. Asimismo, sugieren no dilatar tanto la publicación de los libros ganadores del Premio Cucalambé, por lo que representan, algo que debe apoyarse hasta a nivel de país.
De manera general, hay que cuidar más los detalles, en universos tan vitales como la atención a los artistas. Conocimos más de un suceso innecesario que con simples previsiones o decisiones rápidas en el instante se pudieron evitar, máxime si se trata de personas que han entregado su alma a la cita.
La valía de la Jornada fue reconocida por los entrevistados porque, a pesar de todo, seguirla defendiendo es su mayor fortaleza. Bien dijo Papillo: "Es momento de abrir su diapasón, que se convierta en fiesta nacional, pero con un movimiento que venga desde la base en las provincias, para conservar vivas las tradiciones en Cuba. Y que se vinculen todos los factores, desde Cultura, Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), Educación... Tenemos que defender la identidad nacional". Sin embargo, como añadió Sardiñas: "Debemos ser más apasionados, más respetuosos con los artistas y, entre todos, salvar lo salvable de la Cucalambeana". Algo que urge entendamos, desde autoridades gubernamentales hasta el más humilde tunero.