Las Tunas.- Rita Longa Aróstegui nació el 14 de junio de 1912, primeramente estudió Arte Comercial y luego asistió a la Academia de Bellas Artes San Alejandro.
A los 23 años de edad, Rita participó en el Primer Salón de Pintura y Escultura, inaugurado en las salas del Colegio de Arquitectos, el 16 de febrero de 1935, se me dibuja como una magnífica exposición con obras que representaron tendencia artística, significativas del "arte nuevo", al decir de Juan Marinello.
El 16 de febrero de 1997, en una tertulia a la luz de la luna, justo a 62 años del acontecimiento y junto a los intelectuales Lili Delafe Dotres, Gustavo Polanco, Rogelio Ricardo y Antonio Gutierrez, salió a nuestro encuentro La Pluma en Ristre de Pablo de la Torrienre Brau, con el artículo Vernissage de los artistas, un bosquejo sobre las obras participantes en esa primera exposición de pintura y escultura, el relato testimonial despertó en mí la curiosidad sobre la estrella naciente cuyo "torso ágil, lleno de esbeltez y gracia moderna [que] se escondía en el baño como si fuera una muchacha incompleta que tuviera miedo de salir, desnuda, al salón [...], según criterio de Pablo de la Torriente, la obra "Torso" de Rita Longa, además de parecer un autotorso, después de ubicado en el espacio preciso constituía una de las mejores "cosas" del salón.
En él expusieron, además, Amelia Peláez, Víctor Manuel, Carlos Enríquez, Fidelio Ponce, Eduardo Abela, Antonio Gattorno, Leonardo Romero Arciaga, Jorge Arche, Ramos Blancos.
Unos días después de la tertulia, se celebró el aniversario 20 de la Fuente de las Antillas, durante la II Bienal de Escultura de Pequeño Formato, en Las Tunas, tuve el honor de intercambiar palabras con la doctora Rosario Novoa (figura cuyos aportes no han sido estudiados lo suficiente), y de ella recogí algunos datos sobre esa primera exposición, que quizás contradiga algunos datos ya recogidos en la historia del arte.
Como quiera que la historia no puede ser escrita de un plumazo pues aporto lo que en aquella oportunidad recogí y que en algún momento referí sin muchos elementos y poca connotación.
Por Rita y Rosario confirmé que la incompatibilidad de académicos y vanguardistas, reunidos en el Colegio de Arquitectos, fue uno de los rasgos reafirmados en el Salón, predominando, claro está, lo "nuevo" superior en obras y premios pese a la composición del jurado formado por vanguardistas, académicos y uno neutro. Para los premios la Secretaria de Educación, en la Dirección de Cultura creada en 1934, destinó siete mil pesos.
En esta primera edición la obra Torso, de Rita Longa, no fue premiada, sí lo fueron Figuras y Paisajes de Víctor Manuel, Autoretrato y Modelo de Antonio Gattorno, La Carta, de Jorge Arche, Rey de los Campos de Cuba de Carlos Enríquez, Beatas de Fidelio Ponce, Lygeia de Domingo Ravenet y Fiesta Nocturna, de Eduardo Abela.
Ya en la segunda exposición, realizada dos años después de lo planificado, en 1938, la Academia estaba prácticamente ausente, con premios esta vez para Jorge Arche, Eduardo Avela, y Rita Longa.
Innumerables obras se suman al currículo de esta artista. Rita es nuestra, es de Cuba, es historia y creación.