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Las Tunas.- Su mente comenzó a volar desde un radio, allá en Velasco, donde nació el 12 de julio de 1955. Con ese radiecito prestado se enternecía escuchando a Joselín, el pequeño ruiseñor, y las tres ardillitas.
“Desde muy chico me gustaba mucho dibujar y pintar, no me agradaban las Matemáticas ni los números, pero sí la literatura y lo que estuviera relacionado con el arte”.
En el tránsito de la niñez hacia la adolescencia practicaba deportes -judo y gimnasia- y leía, sobre todo, libros de aventuras y policíacos, aunque sus historias favoritas eran las de Sherlock Holmes.
Por dos años estuvo internado en la escuela formadora de maestros Oscar Lucero, pero no terminó la carrera, porque entendió que el magisterio no era para él. Pero en sus últimos años de estudiante participó en algunas obras de teatro con un grupo de aficionados en Holguín. El magisterio lo lleva dentro y lo sé cuando me hace entender, con voz paciente, las técnicas del teatro guiñol: “Mi querida Iris, el títere pelele es aquel que va pegado al actor, lo mueves como quieres…”.
En estos años también aprendió algo de pantomima con Jorge Reyes Medero. La habilidad adquirida como gimnasta le sirvió, en el futuro, para su carrera artística, pues le facilitó mucho la expresión corporal y los movimientos en escena; la lectura lo dotó de excelente pensamiento, escritura y ortografía.
Comenzó a trabajar en el Teatro Guiñol de Las Tunas a finales de 1977. A partir de ese momento y durante toda la carrera dentro del quehacer teatral, tuvo la oportunidad de diseñar numerosas obras, y en otras tantas, también asumió la realización.
Desde los comienzos en las tablas, se unió al entrenamiento diario de los actores, así alternaba las obligaciones de diseñador con las actividades del elenco, logrando participar en ese entonces como actor secundario en algunas puestas.
En 1980 se realizó la primera evaluación de los artistas a nivel nacional, Ivo se presentó como actor del guiñol y fue aprobado. Desde ese momento  comenzó una carrera brillante como diseñador, realizador de escenografías y atrezos, en el desempeño escénico y como pensador de las tablas.
Ivo fue protagonista en numerosas puestas en escenas, mayormente bajo la dirección de Emelia González y Carlos Leyva Bonaga, sumando más de 40 obras en las que también se desempeñó como director artístico y general.
 
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El Conjunto de Payasos de Las Tunas, fundado por Ivo en el año 1988, constituye el precedente del clown en Las Tunas. Este proyecto, en los inicios fue concebido como parte del trabajo para el contingente Juan Marinello, aunque más tarde quedó como repertorio del teatro guiñol Los Zahoríes.
El guion del proyecto conformado con chistes tradicionales y pasajes de los escenarios circenses, fue también resultado de un oído receptivo como el de Alberto Torres, director provincial de Cultura. El primer espectáculo que se montó lo titularon Ecos de risas, y estaba integrado por Jesús Rodríguez como animador, al cual no le asignaron ningún nombre; José Bañobre, que interpretaba el payaso Platillo, Ivo -el payaso Bombo-; Emelia González, la directora artística, Ulises Fonseca, operador de audio, y la confección del vestuario estuvo a cargo de Madeleine Mariño. Más tarde se incorporó Jesús Argüelles (Felito) para interpretar el payaso Bolillo.
En el año 1990, a Dovale le asignaron la dirección general del Teatro Dramático y se vio en la necesidad de abandonar las actividades del Conjunto de Payasos, continuado por los demás actores junto a Ulises Fonseca.
En 1992 trajo a Las Tunas el uso de la luz negra. Muchos datos son imprecisos, pero aún queda en la memoria de Ivo, aquella imagen de la puesta en escena del Grupo Guiñol de Remedios.
Desde ese momento todas las ideas giraban alrededor de lograr los efectos de la luz negra, la condición de diseñador de Ivo Dovales y su ingenio creativo dieron paso a la experimentación. Comenzaron por hacer una colecta para comprar la lámpara de luz negra. Por algunos contactos del actor Ulises Fonseca y el luminotécnico, se adquirió ese dispositivo junto a otros recursos como las micas de colores y la pintura fluorescente, contando con el apoyo de Alberto Palmero.
A este empeño, ya concebido por Ivo Dóvales y Jesús Rodríguez, se sumaron José Bañobre y Rafael, Felito Argüelles.
La oficina del segundo piso de la sede del Teatro Guiñol sirvió como espacio para la experimentación de la luz negra y las pinturas fluorescentes aplicadas al teatro.
En esos días se trabajaba en los diseños del proyecto para el montaje del Pequeño príncipe, para lo cual Jesús Rodríguez hizo la adaptación, respetando cuidadosamente todas las premisas que le había solicitado Ivo Dóvales como director y diseñador de la puesta en escena.
La fecha de presentación de esa puesta no es precisa, pero constituyó una experimentación en el uso de la luz negra.
Ya José (Pepe) Bañobre soñaba por esos días con la garza protegida por una oruga, un bello argumento que constituye un canto a la naturaleza y la preservación de la vida, así surgió Metamorfosis, guion de Bañobre y dirigido por Ivo Dovales, con la actuación de ambos y de Felito Argüelles; esta sería la obra que marcó la fundación del grupo Luz Negra, el 18 de octubre del año 1994.
Metamorfosis exhibió la luz negra en toda su puesta en escena como una novedad del teatro en Cuba, agenciándole a sus integrantes el Premio Villanueva 1996. Con el grupo Luz Negra se prestigió el teatro cubano en México por más de cinco años.
La obra de Ivo es inmensa, de su creatividad y como homenaje a Joselito, en el 2003 estrena Bertoldo el feo, una adaptación teatral sobre la obra de Eduardo Motini, en colaboración con Ernesto Parra.
La filmación por Alejandro Lora, desde la puesta en escena de Bertoldo el feo, generó el primer filme de Las Tunas. Aunque no consta en los registros o historias de la cultura en el territorio, las reseñas periódicas del momento así lo reflejan.
El filme Pinocchia, la propuesta teatral Cucalambeando y la adaptación de Metamorfosis con nuevos muñecos, el empleo de la luz negra y del video mapping, nos devuelven a Ivo Dovale Alarcón, al actor que lleva el arte en las venas con la fuerza de la sangre cubana. Él se reconecta con el público tunero que añora a los artistas de su talla.

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