Las Tunas.- “Buenos días…", así comienza la jornada en el Centro de Llamadas de Atención al Cliente de la Empresa Eléctrica, con una sonrisa anónima dispuesta a dar respuesta a quien lo necesite. Pero el panorama se muestra diferente desde el otro lado del teléfono, un grito acompañado de amenaza deja sin saber qué decir a una de las seis telefonistas que trabaja en el primer turno.
Damaris Escalona Leyva, especialista principal de ese centro, explica a 26 que “contamos con cuatro turnos de seis posiciones cada uno, las cuales deben trabajar 12 horas diarias, por tanto, podemos decir que este sitio no duerme, trabaja las 24 horas.
“Las llamadas están habilitadas para que entren de forma consecutiva; es decir, cuando se cuelga una, entra la siguiente, por ese motivo es que en ocasiones los clientes refieren que se encuentra ocupado constantemente, y esto se debe a que el flujo de llamadas es muy grande”.
Al contactar se pueden escuchar algunos mensajes que orientan a la población sobre dónde estarán las afectaciones diarias, sin necesidad de esperar que conteste alguna de las telefonistas. Y es que en medio de la era digital, con solo acudir a la página de Facebook o al canal en Telegram de la Empresa Eléctrica es posible conocer cada jornada detalles del acontecer en materia energética en la provincia.
“La población se siente muy mal con esta situación electroenergética, y claro está que nosotras también; vivimos ese día a día de incertidumbre cuando llegamos a casa, porque casi el 100 por ciento del personal aquí es femenino, madres de familia.
“Entonces, lejos de ejercer nuestras funciones como telefonistas tenemos que escuchar insultos, agresiones, y el trabajo para el que fuimos preparadas es informativo, con el objetivo de viabilizar la solución del problema que tenga el usuario”, comenta Damaris, quien lleva alrededor de un lustro desempeñándose dentro de la empresa.
Las amenazas "subiditas de tono" hicieron que la entidad buscara apoyo psicológico para las trabajadoras del centro; el apoyo por parte de las autoridades de Salud hace que su función sea más llevadera, pero no las libera del todo de la preocupación que genera este complejo escenario.
Más de dos mil llamadas son recibidas diariamente con variados intereses: reportes de averías, otras para conocer por qué no hubo la afectación en el horario establecido y un sinfín de interrogantes que asaltan a los clientes durante su tiempo de espera al teléfono.
“Una revisión diaria de todas las llamadas realizadas forma parte de las rutinas de trabajo; hay que tener en cuenta que ciertas personas hacen algunas con el objetivo de desdeñar la obra revolucionaria, realizar fuertes acusaciones y amenazas contra la empresa, y es partiendo de estos registros que se llega a conocer el origen de la llamada", acotan estas muchachas.
Un abanico de preocupaciones camina por las mentes de las telefonistas, y ni los años de trabajo, que van desde los cuatro hasta los 12, o siquiera el curso de habilitación en los diferentes módulos para operar que oferta la Eléctrica, las aleja de las altas tensiones que se generan en la cotidianidad del cubano de hoy.
Son ellas mujeres valientes, ese estrés (y libre de culpas) no lo aguanta cualquiera. Libran su batalla de una manera diferente, aún con afectaciones en sus casas llegan a decirte buenos días, en espera solo de un saludo de vuelta.
