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Las Tunas.- “A la ganadería hay que dirigirla con conocimientos, razón y argumentos. También, con iniciativas para encontrar soluciones a los problemas y a las limitaciones de recursos materiales de modo que se logre concretar la anhelada recuperación de la actividad”.

Esas palabras, del miembro del Comité Central y primer secretario del Partido Comunista de Cuba en Las Tunas, Manuel Pérez Gallego, remiten a lo que se debe hacer en el territorio para transformar las circunstancias actuales con el fin de incrementar la natalidad y disminuir la mortalidad de ganado vacuno.

Solo así podría detenerse el decrecimiento de la masa, peligroso fenómeno presente en los ocho municipios y cuyas consecuencias más visibles están en el incumplimiento de los planes productivos de leche y carne, correspondientes al año 2022.

Sobre esos temas se debatió en la más reciente reunión del Buró Provincial de la organización partidista, en la que se analizaron las fisuras de la estrategia local, la que no se ha implementado ni en los municipios ni en las bases productivas y, por ende, no arroja los resultados que se necesitan.

A ello se añade una serie de dificultades que aquejan a los tenentes -tanto del sector privado como del estatal- más el escaso acompañamiento a los productores y la falta de exigencia y acciones por parte de los directivos del sector agropecuario.

En Las Tunas se han detectado indisciplinas tecnológicas y reportan un marcado deterioro del fondo genético, insuficiente control de la masa, dificultades con la inseminación artificial y falta de sementales de calidad para la monta directa, lo que hace disminuir el promedio de gestación de las hembras.

Súmense muchos casos de mal manejo de los rebaños, por escasa disponibilidad de agua y alimento animal, y el poco aprovechamiento de la tierra entregada en usufructo, pues en algunas áreas, en vez de pastos y forrajes, crecen el marabú y otras plantas leñosas.

Solucionar estas y otras dificultades no es cosa de un año o dos. Pero, a juicio de Pérez Gallego, urge hacerlo y puede lograrse si se establece un mayor vínculo de los responsables de la actividad con los criadores y si se fortalece la gestión de la Empresa Estatal Socialista.

En el territorio tunero más del 80 por ciento del ganado vacuno está en manos del sector privado y cooperativo, mas la estrategia contempla la recuperación de las unidades estatales, entre ellas 64 vaquerías de la Cuenca Lechera, en el municipio cabecera.

También se pretende mantener el incremento de áreas a los tenentes con más de 10 vacas y avanzar en la apertura de pozos, la puesta en estado óptimo de los molinos de viento y el traslado de los animales hasta lugares con disponibilidad de agua y comida.

De hecho, la mayoría de las muertes ocurridas durante el pasado calendario responden a poca nutrición y falta del líquido, pero apenas se movieron los rebaños hacia otras zonas y resultó insuficiente la estabulación de los terneros y las vacas preñadas o en ordeño.

Fallaron, además, los conteos e inscripciones de los ejemplares y el chequeo sistemático que las autoridades de control pecuario deben ejercer sobre los 13 mil 952 tenentes. El hurto y sacrificio fue otro obstáculo enorme para el desarrollo ganadero.

Para este año 2023 los retos son mayúsculos, más cuando se anuncia una intensa sequía durante varios meses y porque ahora mismo hay serios atrasos con la contratación de leche y carne vacuna, una consecuencia directa de la ineficiente gestión de los organismos implicados en su realización.

 

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