Las Tunas.- Los altos precios de muchos alimentos en los diferentes puntos de venta han puesto a pensar a más de una familia de la provincia de Las Tunas, y del tema se habla en las paradas, los coches, las colas, en las afueras de las escuelas y en cualquier otro lugar.
Muchos opinan sin proponer soluciones. Pero otros dan un paso adelante y se atreven a producir algunos recursos que apoyarán su dieta diaria, una práctica que no es nueva, pues ya era común durante la década del '90 del pasado siglo, en los oscuros años del Período Especial.
Por esa época, los cubanos desarrollaron numerosas iniciativas para procurarse los alimentos en sus propios patios; incluso, hasta en las azoteas de las viviendas era común ver varios neumáticos y recipientes viejos en los que crecían hortalizas, condimentos y plantas medicinales.
Poco a poco disminuyeron las necesidades, y lo que ya se había aprendido y generalizado quedó en el olvido. Sin embargo, ahora los tiempos vuelven a ser difíciles y el reclamo se repite: los cubanos comerán lo que sean capaces de producir aquí.
Esa ha sido una de las prioridades del Movimiento Nacional de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, el que desde el año 2020 encontró un fuerte respaldo en el Programa Cultiva tu Pedacito, impulsado por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).
En el territorio tunero hay potencialidades, según Odalis Bello Leyva, responsable de la actividad en la Delegación del Ministerio de la Agricultura, quien informó que, a finales de este mes de febrero, se contabilizaban 104 mil 416 patios, en los que existen condiciones para producir uno o varios subprogramas.
Agregó que en activo están 102 mil 99 y, de ellos, casi cuatro mil se dedican a la siembra de hortalizas. En esos espacios renacen el frijol caballero sembrado en cercas, espinaca, pepino y calabaza, así como pequeños canteros de ajo, cebolla, ají y cilantro.
Las plantas medicinales o aromáticas también llevan la delantera junto a algunos frutales y plantas de plátano, yuca y boniato que no son suficientes para la familia durante todo el año, pero sí constituyen alivio al lastimado bolsillo de los tuneros en estas difíciles circunstancias.
La meta es -acotó la funcionaria- cerrar el año 2024 con 150 mil patios incorporados a la producción. Canteros, siembras directas al suelo, un par de gallinas que se alimentan con los restos de la cocina, un cerdo en un corral… cualquier opción es válida.
En el territorio puede hacerse más, pero de manera paulatina, muchos coterráneos se suman a esas prácticas que unen a la familia en torno a un propósito común, aprovechar cada pedacito y, luego, saborear el premio; o sea, comer de lo que produjeron sus manos.
