Las Tunas.- Caridad Borges González, la machetera curtida de Macagua 7, ha sido una de las abanderadas este año en el Desfile del Primero de Mayo. No es la primera vez que, luciendo todo el orgullo de su vida obrera, dicha mujer recorre la Plaza.
Con ella va una historia de vida en la que el trabajo ha tenido siempre un valor incuestionable; y la va contando con calma, determinada, sabedora de que es ejemplo para muchos y los logros en el camino nunca han sido fruto del azar.
"Yo acompañaba a mi esposo al campo siempre para lo que hiciera falta y ayudar a ganarnos el sustento. Hasta que un día Domingo Urrutia, que era el jefe de una Brigada Millonaria en la zafra que había en Macagua, me dijo que si yo quería, pues él me incorporaba como una machetera más entre ellos. Y dije que sí.
"Entonces me dieron machete, mocha, guantes, botas y me levantaba muy temprano para irme a cortar caña con los 48 hombres que integraban, junto a mí, la Brigada. Y un día me di cuenta de que había hecho ya 10 zafras y siempre cumpliendo mis compromisos, porque el tiempo se va rápido y a mí me gustaba mucho el trabajo".
Caridad resultó Vanguardia en varias ocasiones; la hicieron Héroe del Trabajo en el año 1978 y en una jornada memorable Fidel Castro le entregó la Condición de Heroína del Trabajo de la República de Cuba.
"Ese día no se me va a olvidar. Estaba muy nerviosa y cuando Fidel se me acercó, me entregó la Condición, me dio un beso, pues yo no me pude aguantar. Salí caminando y viré para atrás a la mitad, volví al lado de él y le di otro beso. ¡Qué va, no cabía dentro de mí de alegría!".
Ella cuenta con orgullo las promesas cumplidas del legendario Comandante a los guajiros cubanos. "Mire, tres de mis seis hijos nacieron antes de 1959. Yo sé lo que es vivir en un ranchito de piso de tierra, techo de guano y paredes de yagua en medio del tiempo muerto de la zafra y no tener nada, por nada de nada, y mucho menos esperanzas de algo mejor.
Por eso el día en el que yo supe que Fidel había dicho que en Cuba se iba a acabar el tiempo muerto me eché a reír; aquello para mí era imposible porque no podía imaginar cómo se haría eso. Y lo hizo, con eso nos cambió la vida a todos, para bien".
La agricultura para Caridad es la felicidad misma. En su cuerpo luce caídas de caballos, golpes a deshoras y los trillos que le nacen a la piel cuando la curtes al sol, limpias con la luz del candil en plena madrugada, después de haber lavado la ropa sucia abrazando la noche porque la jornada no te alcanza, y tienes que estar lista para que el sudor te cubra el rostro muy temprano mientras vas cortando la caña de azúcar y dando rigor a tu propia existencia.
Este Primero de Mayo es también un homenaje a ella y su generación; cubanos de ley que apostaron todo a la obra colectiva, desde el anonimato y el amor.
