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Manatí, Las Tunas.- La finca Los Pinos, perteneciente a la cooperativa de créditos y servicios Mártires de Manatí, transforma constantemente su entorno, de la mano del Proyecto Biomás Cuba, para bien de sus propietarios y los tuneros, en sentido general.

El joven Adrián Martínez Pérez es uno de los miembros de la familia y reconoce cuánto han cambiado sus tierras a partir de la ayuda recibida, tanto en recursos materiales como en capacitación, además del esfuerzo constante de todos ellos para producir lo que necesitan.

IMG 20211014 WA0001“La nuestra es una finca integral y agroecológica, que se dedica a los cultivos varios y la ganadería, y aquí tenemos casi todo lo que demandamos para vivir. Son tierras privadas, poco más de 17 hectáreas, en la comunidad de San José, muy cerca de la cabecera municipal.

“Tenemos diversos tipos de animales, especialmente 20 reses, 80 carneros, 40 conejos y 20 cerdos de capa oscura, una especie que incentivamos porque son más resistentes en nuestro entorno. También criamos patos, pavos y gallinas, de las que logramos cruzamientos entre camperas y criollas.

“Y, por supuesto, sembramos los alimentos para su nutrición, con una cantidad considerable de plantas proteicas. Aquí satisfacemos la demanda de la familia y solo nos falta construir una micropresa para tener peces; pero estamos en camino de hacerlo”.

IMG 20211014 WA0000¿Cómo lo logran? A partir del trabajo integrador pues las tareas son de todos. Hay mucho que hacer en estas tierras y siempre andan ocupados entre los rebaños y los sembrados, aunque también encuentran tiempo para ayudar a los demás, como cuando aportan diferentes productos a los centros de aislamiento para enfermos de Covid-19.

“Nos pasamos todo el día trabajando para nuestro sustento y ayudar al país. Respondimos al llamado de utilizar los medios que tenemos a nuestra disposición, porque no hay insumos del exterior y, de manera empírica, comenzamos a usar los restos de cosechas para incorporar al suelo la materia orgánica.

“Por el proyecto tenemos un biodigestor de 27 metros cúbicos que produce 11 cada día. Y con eso funciona un refrigerador de absorción, fogones, ollas arroceras y planta eléctrica; incluso, recibimos un sistema de paneles fotovoltaicos para el alumbrado y el riego desde un pozo.

“Con los residuos del biodigestor abonamos los cultivos. También usamos microrganismos benéficos, producidos en nuestra propia finca, que ayudan a la descomposición de la materia orgánica y consumimos los bioproductos que comercializa Labiofam”.

Entre otras técnicas agroecológicas, en Los Pinos hay un lombricario desde el 2016 y aprovechan el humus en la fertilización de los cultivos; además, usan el carbón vegetal en beneficio de los suelos y tienen una yunta de buey para brindar las atenciones técnicas a los cultivos.

Los planes productivos no se han cumplido todavía, porque la sequía golpeó duro este año y el manto freático ha disminuido mucho; pero, la responsabilidad se mantiene y la familia Martínez Pérez insiste en honrar sus compromisos a partir del trabajo creador.

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