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Las Tunas.- Tres líneas de comercialización basadas en productos naturales integran el Proyecto Papaya y Banana, de Las Tunas, un novedoso emprendimiento protagonizado por mujeres que apuestan por la inserción social y elevar la cultura naturalista en esta provincia del oriente cubano.

A partir de las medidas implementadas en el país para dinamizar la economía, realizamos un proceso de importación a través del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) para iniciar la línea cosmética con los jabones de glicerina, producto líder, que se fabrica con este elemento derivado del aceite de coco, dijo en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) Yamel Meneses Reyes, una de sus líderes.

Gracias al FCBC, una de las 37 empresas autorizadas en Cuba para realizar esta actividad, nos llegó desde México la glicerina de tipo opaca y transparente, y desde España los colores, aceites y aromas, aunque tratamos de darle más protagonismo a la canela, el anís, la albahaca, y otras plantas cubanas que son parte de nuestra tradición cultural, explicó.

Los jabones se hacen mediante un proceso: fundir y verter, en el que no se emplean químicos ni interviene la saponificación, para luego aplicar un principio activo de colores y aromas.

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Meneses Reyes puntualizó que Papaya y Banana desarrolla los jabones individuales, con efecto dermatológicos, y los jabones como concepto de regalo, empacados en estuches de madera gracias al empleo de personas con discapacidad que realizan esta labor con mucho esmero.

El equipo, integrado por la ingeniera química Liz Yanet Santiesteban Ávila, dos historiadoras del arte y una económica, trabaja actualmente en productos como las cremas, los aceites esenciales y los aromatizantes.

La bodega vintage -agregó-, sería la segunda línea de negocio y estará encaminada a las conservas, aderezos y frutos secos, una producción artesanal que marcaría la diferencia ante el resto de los productos de uso y consumo que compramos de manera industrial.

Mientras Yamel y Liz Yanet están inmersas en plena faena productiva, cuentan a la ACN que la decoración con elementos naturales, las llamadas popularmente naturalezas muertas (naturaleza seca), y las creaciones en barro, están entre los anhelos por materializar como tercera vertiente de trabajo; productos que seguramente llegarán cuando quede inaugurado el espacio físico para las ventas, en esta ciudad.

Papaya y Banana ya tuvo su primera prueba comercial en la Feria Nacional de Artesanía, en La Habana, y en estos momentos se alista para insertarse en el mercado del territorio tunero y participar en la Feria Arte 500, de Camagüey.

Detrás del curioso nombre escogido, hay toda una referencia a lo natural, a las frutas cubanas, a la pronunciación y escritura de formas iguales tanto en el idioma español como el inglés, incluso, juega hasta con lo erótico que alude a los sexos masculino y femenino.

Mujeres que emprenden, nuevas oportunidades de empleo para todo tipo de personas y un impulso para elevar en la población el uso de lo que brinda la naturaleza, la creación artesanal, son las banderas que enarbola este joven proyecto.

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