Las armas en EE.UU. son una epidemia que sigue cobrando víctimas inocentes por los tiroteos que continúan sembrando terror, pero sobre todo por el descontrol de armas de fuego.
En EE.UU. se vive una epidemia de armas de fuego. Tras la pandemia se está reactivando esta industria sin que nadie la pueda parar. Los estadounidenses han comprado en un año 1,19 millones de armas, según datos del FBI analizados por el sitio de vigilancia de armas The Trace. Para muchos estadounidenses esto quiere decir que el negocio de las armas es rentable. Cada vez que se presenta un proyecto de ley en el Congreso para controlar las armas fracasa.
Las armas de fuego causan heridas devastadoras que dejan secuelas en la salud mental y física. Algunas víctimas de disparos necesitan cuidados intensivos de por vida. Otras pueden quedar incapacitadas para trabajar. Muchas apenas tienen acceso a programas que ofrezcan atención a largo plazo y rehabilitación adecuada. Según coinciden algunos líderes comunitarios culpan a los videojuegos o películas violentas porque provocan deshumanizar las mentes, sobre todo de jóvenes.
Amnistía internacional público que la violencia con armas de fuego amenaza nuestros derechos a la salud, la educación y la vida. Estos derechos poco importan a los políticos o empresarios que se niegan a controlar las armas, importando más las ganancias económicas y el poder.
Importante señalar que EE.UU. ha fracasado en su intento por controlar las armas principalmente por los bloqueos políticos. Mientras que el negocio de las armas aumenta indiscriminadamente.
