Las Tunas.- Mientras los Leñadores, con el añadido de reinar en el pasatiempo nacional, rivalizan entre los seis mejores equipos del país, en la escuela de iniciación deportiva escolar (EIDE) Carlos Leyva González brotan las figuras por las que la afición en un futuro aclamará desde el graderío del estadio Julio Antonio Mella. La dedicación y sapiencia del colectivo de profesores, sumado a las aptitudes de una generación llamada a ocupar titulares, significan los primeros quehaceres en aras de prolongar el buen estado de salud del deporte de las bolas y los strikes en Las Tunas.
Luego de una campaña en el 2023 con balance de 12 victorias e igual número de derrotas el equipo Sub-15 quedó a las puertas de la clasificación. Los representantes de Sancti Spíritus, a la postre campeones del certamen, los aventajaron en dos unidades tras compilar 14 triunfos y una decena de fracasos, en una de las llaves de mayor paridad en la Isla. Ante el esperanzador resultado, un rostro conocido regresó a la grama del centro formativo; Reinaldo Infante Millán, después de un lustro dentro del cuerpo de dirección del combinado tunero en series nacionales, vuelve al sitio donde moldea el mañana a través de sus conocimientos.
“Tenemos una plantilla con grandes proyecciones, todo está en formarlos como hombres de bien, como lo primordial, y también hacerlo desde la perspectiva de atletas, sobre la base del pensamiento de superación profesional en eso que a ellos les gusta: jugar al béisbol. Los objetivos del equipo son ambiciosos, a partir del antecedente del año anterior, la meta fundamental resulta avanzar a la etapa final de la categoría, pese a la inexperiencia competitiva de la mayoría del grupo. Otra de las apuestas radica en conseguir un sistema de entrenamiento similar al realizado por los Leñadores, para que cuando lleguen al máximo nivel, lo hagan tras vencer ciertos indicadores técnicos-tácticos y, por ende, puedan rendir mucho mejor”.
En las afueras de la ciudad, con una labor sin reparos, los esfuerzos doblegan a las adversidades. La complejidad del panorama limita las distintas planificaciones; sin embargo, nuevas soluciones opacan las excusas hasta alcanzar un provecho idóneo, gracias al atrevimiento de entrenadores y familiares. El más fiel reflejo del aporte de muchas manos con el mismo fin.
Junto a Infante Millán otros especialistas desandan saberes con la mirada puesta en perfeccionar cada práctica. En el empeño de convertir en atractivo lo cotidiano, así como de enriquecer las decisiones en disímiles ocasiones de juego, les va la vida a los educandos deportivos.
“Con la realización de varios topes amistosos perseguimos una valoración más exacta sobre el rendimiento de los muchachos. Además, la oportunidad nos facilita involucrar las variantes estratégicas, así como definir el lineup y la rotación especializada de los lanzadores. Desde el primer momento seguimos la línea de la objetividad de acuerdo con lo que vamos a implementar en la competencia”.
A decir de Reinaldo Infante “en los tres factores de juego se observan atletas con mucho talento para imponerse en esta categoría y las que restan para llegar al peldaño superior. En el apartado de los lanzadores, todavía algunos aspectos lucen débiles, pero en el futuro se convertirán en fortalezas. La estatura, que múltiples serpentineros de 14 años de edad midan más de 1,83 metros, el fortalecimiento y desarrollo de su propia anatomía posibilitarán ganar en velocidad en sus envíos de manera paulatina. Ejemplos palpables en igualdad de condiciones, dígase Alejandro Meneses, quien antes de lesionarse el brazo sobrepasaba con holgura las 90 millas por hora, aportan solidez a tal vaticinio. En el caso de la ofensiva, contamos con bateadores de poder, donde destaca Deniol Castro que muestra herramientas de un prospecto nacional, es decir, de seguro pronto estará enrolado en una selección cubana. Asimismo, el área de los receptores emerge como un núcleo compacto, situación muy positiva para encarar los desafíos. A rasgos generales, a esas potencialidades solo les resta el trabajo objetivo y el extra de que ellos crean que sí pueden alcanzar los sueños”.
El bienestar de la “pelota” tunera fluye por el ciclo ganador de los Leñadores, inmersos esta vez en la II Liga Élite, donde buscarán prolongar las sonrisas; las intenciones de realizar un torneo provincial, huérfano de apadrinamiento y con escasos recursos que restringen la extensión del calendario; y, sí, también por el bregar de esas personas con la responsabilidad de forjar el relevo, pese al revoloteo de innumerables carencias por doquier. La repercusión mediática, acompañada de la fanaticada, encuentran asidero en la magna cita, pero las demás instancias también juegan un papel vital para preservar los aires de gloria en el “Mella”.
